Alfa 159 1.9 JTD

Los coches de venta masiva son productos esencialmente industriales. Máquinas pensadas para llevarnos de un lugar a otro. Sin embargo, hay fabricantes generalistas que reniegan de esta idea y se empeñan en hacer que sus vehículos tengan alma, espíritu. Alfa Romeo es uno de estos últimos románticos y su Alfa 159, un verdadero relicario del antiguo arte de construir coches.

Alfa 159 1.9 JTD
Alfa 159 1.9 JTD

Si en el exterior la genética Alfa Romeo es innegable, en el interior, en cambio, se aprecia una evolución en la especie. Al diseñar el 159, en Alfa . Se supera así, en parte, la crítica más habitual que recibían los habitáculos de Alfa: la falta de espacio.Es cierto que sus cotas no son las mejores del segmento, incluso falta altura para la cabeza y cierto desahogo en el asiento trasero, pero ya se puede hablar de un interior cómodo y amplio. Estos adjetivos son apropiados, sobre todo, para las plazas delanteras. En esta zona del coche, manteniendo la disposición envolvente típica de los Alfa, se ha logrado más sensación de amplitud y, por tanto, mayor confort. Incluso se ha elevado un poco la postura al volante, una decisión que, seguro, costó muchas discusiones a los diseñadores pero que, a la postre, contribuye a mejorar esa impresión de amplitud. Los asientos delanteros, de corte muy deportivo, son agradables, pero la tapicería de cuero hace que resbalen más de los que nos gustaría en un coche tan atrevido en la carretera.
A cambio, la postura de conducción es muy buena, con todos los mandos al alcance de la mano y un magnífico tacto en todos los controles del coche. Además, destaca la buena insonorización del habitáculo: se oye mucho más el ruido aerodinámico que el motor.

Claro que no todo es tan positivo. Hacer un coche tan impactante estéticamente tiene sus peajes en la funcionalidad. Así, nos parece que sería mejorable el manejo de los mandos del equipo de sonido en el volante. Se accionan con unos botones parecidos a los de las videoconsolas que, por pequeños, dificultan su empleo. Otros detalles también merecen un repaso, como la ubicación de los relojes de temperatura, combustible y presión del turbo. Colocados en el centro del salpicadero, son tan bellos como ineficaces, pues obligan a desviar del todo la mirada. En concreto, el del turbo, es simplemente un brindis al sol, pues la información que aporta es casi imposible de consultar cuando se va rápido.
Tampoco nos gustan los aireadores, que son pequeños y difíciles de orientar.

A cambio, hay mejoras en otros aspectos, como la visibilidad, muy trabajada y bastante más destacable que en otros coches de Alfa. En particular, hay que reseñar los nuevos retrovisores exteriores. Si Alfa solía pecar por defecto, ahora los ha hecho tan grandes que casi se pasa... Por suerte, no interfieren en la bellísima línea exterior del coche. También mejora el maletero, que, con 460 litros, ofrece ya una capacidad competitiva. Lástima que el acceso sea tan malo, pues, por el pequeño hueco, apenas cabe una maleta grande. Otra servidumbre pagada a la belleza con que se ha resuelto la trasera del 159.Al margen de las cuestiones de habitabilidad, el interior del 159 destaca entre los que pueden ofrecer sus rivales. Sólo Mercedes tiene un interior tan sofisticado, atractivo y sugerente, si bien más orientado al lujo, mientras que éste que nos ocupa apuesta por un lujo más deportivo.Con esa idea, se combinan cueros, relojes de fondo blanco, cromados... Se trata de buscar una apariencia lujosa y noble sin renunciar a la estética “racing". El resultado es muy bueno y, además, intachable: los acabados son muy buenos y la factura, de primera línea. Materiales de gran calidad y una disposición de elementos muy cuidada ponen el resto.El equipamiento ni mucho menos desmerece del conjunto. Es amplio y moderno y tiene algunos elementos novedosos para la categoría, como la posibilidad de instalar controles del climatizador en las plazas traseras. Por lo demás, destaca la presencia de un equipamiento de serie bastante interesante en este acabado Distinctive en el que faltan muy pocos detalles. Nos ha llamado particularmente la atención el equipo de sonido con el navegador integrado. Lleva una botonera con botones mudos que sirven para funciones diferentes en virtud del menú en que nos movamos.
También es muy bueno el ordenador de a bordo, quizá uno de los más completos del mercado. En cambio, apuestan por el deplorable recurso de la rueda de repuesto de emergencia. Un coche con tanto empaque se merece algo más.Si en el exterior la genética Alfa Romeo es innegable, en el interior, en cambio, se aprecia una evolución en la especie. Al diseñar el 159, en Alfa . Se supera así, en parte, la crítica más habitual que recibían los habitáculos de Alfa: la falta de espacio.Es cierto que sus cotas no son las mejores del segmento, incluso falta altura para la cabeza y cierto desahogo en el asiento trasero, pero ya se puede hablar de un interior cómodo y amplio. Estos adjetivos son apropiados, sobre todo, para las plazas delanteras. En esta zona del coche, manteniendo la disposición envolvente típica de los Alfa, se ha logrado más sensación de amplitud y, por tanto, mayor confort. Incluso se ha elevado un poco la postura al volante, una decisión que, seguro, costó muchas discusiones a los diseñadores pero que, a la postre, contribuye a mejorar esa impresión de amplitud. Los asientos delanteros, de corte muy deportivo, son agradables, pero la tapicería de cuero hace que resbalen más de los que nos gustaría en un coche tan atrevido en la carretera.
A cambio, la postura de conducción es muy buena, con todos los mandos al alcance de la mano y un magnífico tacto en todos los controles del coche. Además, destaca la buena insonorización del habitáculo: se oye mucho más el ruido aerodinámico que el motor.

Claro que no todo es tan positivo. Hacer un coche tan impactante estéticamente tiene sus peajes en la funcionalidad. Así, nos parece que sería mejorable el manejo de los mandos del equipo de sonido en el volante. Se accionan con unos botones parecidos a los de las videoconsolas que, por pequeños, dificultan su empleo. Otros detalles también merecen un repaso, como la ubicación de los relojes de temperatura, combustible y presión del turbo. Colocados en el centro del salpicadero, son tan bellos como ineficaces, pues obligan a desviar del todo la mirada. En concreto, el del turbo, es simplemente un brindis al sol, pues la información que aporta es casi imposible de consultar cuando se va rápido.
Tampoco nos gustan los aireadores, que son pequeños y difíciles de orientar.

A cambio, hay mejoras en otros aspectos, como la visibilidad, muy trabajada y bastante más destacable que en otros coches de Alfa. En particular, hay que reseñar los nuevos retrovisores exteriores. Si Alfa solía pecar por defecto, ahora los ha hecho tan grandes que casi se pasa... Por suerte, no interfieren en la bellísima línea exterior del coche. También mejora el maletero, que, con 460 litros, ofrece ya una capacidad competitiva. Lástima que el acceso sea tan malo, pues, por el pequeño hueco, apenas cabe una maleta grande. Otra servidumbre pagada a la belleza con que se ha resuelto la trasera del 159.Al margen de las cuestiones de habitabilidad, el interior del 159 destaca entre los que pueden ofrecer sus rivales. Sólo Mercedes tiene un interior tan sofisticado, atractivo y sugerente, si bien más orientado al lujo, mientras que éste que nos ocupa apuesta por un lujo más deportivo.Con esa idea, se combinan cueros, relojes de fondo blanco, cromados... Se trata de buscar una apariencia lujosa y noble sin renunciar a la estética “racing". El resultado es muy bueno y, además, intachable: los acabados son muy buenos y la factura, de primera línea. Materiales de gran calidad y una disposición de elementos muy cuidada ponen el resto.El equipamiento ni mucho menos desmerece del conjunto. Es amplio y moderno y tiene algunos elementos novedosos para la categoría, como la posibilidad de instalar controles del climatizador en las plazas traseras. Por lo demás, destaca la presencia de un equipamiento de serie bastante interesante en este acabado Distinctive en el que faltan muy pocos detalles. Nos ha llamado particularmente la atención el equipo de sonido con el navegador integrado. Lleva una botonera con botones mudos que sirven para funciones diferentes en virtud del menú en que nos movamos.
También es muy bueno el ordenador de a bordo, quizá uno de los más completos del mercado. En cambio, apuestan por el deplorable recurso de la rueda de repuesto de emergencia. Un coche con tanto empaque se merece algo más.