Desde que comenzara su andadura, algunos hitos y sitios marcan los progresos de la joven ciencia arqueológica española, bien sea de forma institucional, o a través de descubrimientos y hallazgos que han cambiado radicalmente la perspectiva con qué mirábamos la historia. Aquí van siete ejemplos de estos trabajos, que hoy son dignos de una visita.
1. Atapuerca y el Museo de la Evolución Humana (Burgos)
Sin duda, Atapuerca se ha convertido en uno de los yacimientos paleoantropológicos más importantes del mundo. Su excavación e investigación está contribuyendo a una construcción más sólida del conocimiento de la evolución humana, aportando incluso una nueva especie: el Homo antecessor, al árbol genealógico humano.
Este yacimiento se ha labrado el primer puesto en el ranking de los mejores de España a golpe de investigación, plasmada en numerosas publicaciones divulgativas de impacto internacional
El equipo de investigadores de Atapuerca es uno de los más amplios e importantes de nuestro país, e incluye profesionales de la arqueología, la antropología, la paleontología, e infinidad de otras ciencias auxiliares dedicadas a la investigación de la Prehistoria. Este yacimiento se ha labrado el primer puesto en el ranking de los mejores de España a golpe de investigación, plasmada en numerosas publicaciones divulgativas de impacto internacional.

El Museo de la Evolución Humana de Burgos, recientemente reformado, es el escaparate y complemento perfecto para Atapuerca. Es el único museo del mundo dedicado exclusivamente a la evolución humana y es una parada imprescindible si se visitan los yacimientos de la Sierra de Atapuerca.
2. Altamira y el Museo con la Neocueva (Cantabria)
Desde su descubrimiento en 1879 por Marcelino Sanz de Sautuola, este gran hallazgo cambió la visión internacional de los grupos de la prehistoria. En 1902, a raíz del descubrimiento de varias cuevas con pinturas rupestres en Francia, se aceptó la autenticidad y valor de las pinturas de Altamira, que desde entonces son consideradas como Capilla Sixtina del arte rupestre. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985.
Se decidió construir una réplica de la cueva origina, denominada la Neocueva, que permite visitar una reproducción extremadamente fiel de la cueva de Altamira sin causar perjuicio a la misma
En 1917 se abrió la cueva al público en general y en 1924 fue declarada Monumento Nacional. A partir de ese momento, se irían incrementando las visitas exponencialmente, hasta que un exceso de visitantes en la cueva hizo peligrar su microclima y la conservación de las pinturas. Por este motivo, se decidió construir una réplica de la cueva original, denominada la Neocueva, que permite visitar una reproducción extremadamente fiel de la cueva de Altamira sin causar perjuicio a la misma.

Hoy en día se puede visitar el nuevo museo junto a la Neocueva, esta reproducción totalmente exacta de la cueva original realizada tras haber escaneado en 3D toda la cueva, grieta a grieta. Sin duda, la Neocueva también es un hito en sí misma en la arqueología española, pues deja a disposición y disfrute del público general un bien arqueológico hasta ahora reservado a los más selectos investigadores.
3. Yacimiento de Casas del Turuñuelo (Badajoz)
En 2014, las excavaciones de este yacimiento del siglo V a.c. comenzaron a arrojar luz sobre la misteriosa cultura tartésica, hasta que, en 2017, se convirtió en punto de mira internacional, tras exhumar un edificio de dos pisos que conserva ambas plantas con una escalinata de acceso, único caso tan antiguo en el Mediterráneo occidental. Además, constata la utilización más antigua en España de un mortero de cal y granito, un siglo antes que la aparición del opus caementicium o cemento romano.

Un gran corredor que lo rodea, sacrificios animales en masa, falsas bóvedas, objetos provenientes de todas las culturas del Mediterráneo… Todo ello convierte al yacimiento de Casas del Turuñuelo en el hito que está cambiando nuestra percepción del mundo tartésico.
4. El tesoro de las ánforas romanas en Tomares (Sevilla)
La arqueología es una ciencia que seduce a niños y mayores de mente aventurera que sueñan con encontrar grandes tesoros. Nada más lejos de la realidad de la arqueología profesional, del todo alejada a lo que la literatura y el celuloide nos han querido mostrar.

Pero a veces en las excavaciones arqueológicas sí que desentierran tesoros. Es el caso del hallazgo de Tomares (Sevilla), que podría constituir un verdadero tesoro en sí mismo. En 2015, durante una campaña de excavación arqueológica, se localizaron 19 ánforas romanas, en cuyo interior había 600 kilogramos de monedas de bronce y plata. Se trata de follis, monedas de los siglos III y IV, en las que aparecen las figuras de los emperadores Maximiano, Constancio I, Diocleciano y Galerio.
5. Recópolis (Guadalajara)
El yacimiento de Recópolis es en sí mismo un hito de la arqueología española, ya que no se dispone de muchas manifestaciones arqueológicas de la cultura visigoda, y mucho menos una ciudad completa.
Entre los restos excavados destacan el palacio, la iglesia palatina y la muralla. También se conservan restos de un acueducto que abastecía de agua a la ciudad
Esta ciudad fue fundada ex novo en 578 por Leovigildo tras la unificación del reino de Toledo y su construcción sirvió para legitimar su dinastía real a través de su hijo, Recareda, a quien dedicó el nombre de la ciudad: Recópolis, la ciudad de Recaredo.

Entre los restos excavados destacan el palacio, la iglesia palatina y la muralla. También se conservan restos de un acueducto que abastecía de agua a la ciudad, y vestigios de época islámica que en siglos posteriores modificaron notablemente el trazado originario de la ciudad.
Hoy es la única ciudad completa visigoda que se puede visitar y de la que, hasta el momento, tenemos constancia en España.
6. Medina Azahara (Córdoba)
Si Recópolis fue una ciudad fundada ex novo por los visigodos, Medina Azahara lo es por parte de los omeyas. Esta ciudad palatina situada a 8 kilómetros de Córdoba fue fundada por Abderramán III, como símbolo de su recién instaurado califato.
El 1 de julio de 2018 su valor fue reconocido internacionalmente a través de la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
Como todo buen califa, éste debía tener una ciudad propia, como sucedía en otros califatos orientales, para mostrar la grandeza de su reinado.

Si a la magnificencia de las edificaciones se unen las zonas ajardinadas, las fuentes, los estanques y la profusa decoración de atauriques (arabescos) con interminables motivos vegetales, podremos entender por qué algunos autores árabes llegaron a afirmar que se trataba de una de las ciudades más espléndidas jamás construidas por el hombre. El 1 de julio de 2018 su valor fue reconocido internacionalmente a través de la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
7. Los Dólmenes de Antequera (Málaga)
El Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera es un bien cultural, declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 2016. Está formado por cinco monumentos, tres culturales y dos naturales.
El conjunto formado por los dólmenes de Menga, Viera y Tholos del Romeral constituye una de las mejores manifestaciones del megalitismo europeo. Su valor es equiparable al de otros grandes conjuntos megalíticos como Stonehenge o Carnac
Se conocen ininterrumpidamente desde que fueron construidos y han sido objeto de estudio por los mejores prehistoriadores y arqueólogos europeos, en especial el Dolmen de Menga.

El conjunto formado por los dólmenes de Menga, Viera y Tholos del Romeral constituye una de las mejores manifestaciones del megalitismo europeo. Su valor es equiparable al de otros grandes conjuntos megalíticos como Stonehenge o Carnac.
Su antigüedad, su magnífico estado de conservación, su integración con el medio circundante y la curiosa orientación de los dólmenes hacia elementos naturales de su entorno hacen de la visita a este yacimiento arqueológico un hecho indispensable e inolvidable.