El perro Chaser tuvo una vida larga y maravillosa, pero su historia comenzó mucho antes de que ella naciera. Después de perder a su amado perro Yasha, el doctor John Pilley había decidido que nunca volvería a tener otro perro. Pero Tras retirarse de su puesto como profesor emérito de psicología en Wofford College, en Carolina del Sur, se obsesionó en la investigación de los Border Collie.
Según su hija, Pilley Bianchi, una noche él estaba sentado alrededor del fuego con unos amigos granjeros dijo: “¿Saben que la ciencia nos muestra que sus perros ni siquiera saben su nombre? Los perros no pueden aprender los nombres propios".
“¿Es eso lo que nos muestra la ciencia? Entonces dime por qué puedo llamar a mi perro Jeb de entre cuatro perros y pedirle que vaya a buscar a Millie y Tillie, dos ovejas de cada cien, y hacerlo"
Bianchi contó que uno de los agricultores respondió: “¿Es eso lo que nos muestra la ciencia? Entonces dime por qué puedo llamar a mi perro Jeb de entre cuatro perros y pedirle que vaya a buscar a Millie y Tillie, dos ovejas de cada cien, y hacerlo". En ese momento, el doctor Pilley se dio cuenta de que “tenía que encontrar palabras que tuvieran valor para el perro. Este fue el impulso para que él comenzara a investigar con Chaser”, declaró Bianchi.

Chaser llegó a la familia Pilley el 28 de abril de 2004 y se ganó su nombre porque "cualquier cosa que se mueva, ella lo persigue (chase)", dijo el doctor, quien falleció el 17 de junio de 2018. Su objetivo era enseñarle lenguaje y explorar de lo que era capaz el cerebro canino.
“Antes de mi padre, nadie había trabajado con perros”, dijo Bianchi. “Trabajaron con delfines y primates y obtuvieron hallazgos increíbles, pero no con ellos. Los perros tienen esa relación social que ha estado evolucionando durante miles de años y no aprovechar eso, él creía que era un gran error”.
“Los mayores avances en la cognición animal se dan cuando trabajamos uno a uno con animales, no con grupos de animales
Para añadir que “los mayores avances en la cognición animal se dan cuando trabajamos uno a uno con animales, no con grupos de animales, porque no se puede desarrollar o fortalecer un vínculo rápidamente cuando se trabaja con un grupo de perros. Realmente, creía que sería significativo trabajar con un perro, y ese perro era Chaser ".

Cuando tenía dos meses, comenzó a enseñarle a Chaser los nombres propios, comenzando con una bola azul. Usó una estrategia llamada " aprendizaje sin errores", que significa establecer un entorno en el que el sujeto no puede fallar.
“Él lo nombraba, se lo mostraría, decía “atrapa azul' y se lo arrojaba”, explicó Bianchi. “Se lo ponía enfrente y decía “encuentra azul'. Al tercer día, recuerda su hija, “cuando pudo recuperar la pelota de otra habitación, supo que era hora de pasar a otro objeto. Al final del quinto mes, había aprendido 40 palabras y las había guardado en su memoria".
En total, Chaser aprendió a identificar más de 1.000 nombres propios a lo largo de su vida
En total, Chaser aprendió a identificar más de 1.000 nombres propios a lo largo de su vida.
Peo quedaba lo más impresionante: Chaser se dio cuenta de que cuando el doctor Pilley decía "esto es", iba a nombrar algo. “Comenzó a aprender nombres en una prueba”, dijo Bianchi. “Enseñar sus conceptos fue infinitamente más grande que enseñarle 100 comportamientos de memoria, porque una vez que aprendió un concepto, pudo usar su cerebro y comenzar a aprender por inferencia, que es la forma en que los niños aprenden”.

“Después de aprender un sustantivo común, aprendió grupos de categorías”, continuó Bianchi. “Tenía 30 bolas y las conocía todas por nombre propio y también por categoría. Podía pedirle que buscara otra pelota y ella sabía adjetivos, como más grande, más pequeña, más rápida y más lenta".
Juntos, el doctor Pilley y Chaser, cambiaron el campo de la inteligencia del perro utilizando el poder del juego y el refuerzo positivo. Bianchi aseguró que su padre “creía firmemente en el refuerzo positivo ... Nunca obligaría a Chaser a hacer nada. En realidad, Chaser no era un perro obediente. Quería asegurarse de que ella pudiera expresarse y disfrutar de cualquier cosa que hiciera ".
Chaser cautivó al mundo con su inteligencia una y otra vez. Incluso se le pidió que participara en un programa de televisión "Scorpion" y apareció en varias publicaciones importantes

Chaser cautivó al mundo con su inteligencia una y otra vez. Incluso se le pidió que participara en un programa de televisión "Scorpion" y apareció en varias publicaciones importantes. Brian Hare, coautor de The Genius of Dogs, dijo una vez: “Chaser es el perro más importante científicamente en más de un siglo. Su fascinante historia revela cuán sofisticada puede ser la mente de un perro".
El lenguaje es comunicación
“El lenguaje es comunicación. Es una puerta de entrada a una mayor comprensión y es una forma de comunicarnos con ellos y de que ellos nos comprendan. Esto enriqueció enormemente la vida de Chaser"
Bianchi asegura que la familia recibe cientos de cartas de personas que están teniendo éxito en la enseñanza de su lenguaje canino, mientras que otras preguntan: “¿Para que enseñar un lenguaje canino?”. Ella explica: “El lenguaje es comunicación. Es una puerta de entrada a una mayor comprensión y es una forma de comunicarnos con ellos y de que ellos nos comprendan. Esto enriqueció enormemente la vida de Chaser".
Chaser murió el 23 de julio de 2019, un año después de John Pilley.