Las ranas de cristal esconden sangre en el hígado mientras duermen

La rana de cristal es una especie que vive en bosques tropicales desde el sur de México a Ecuador. Tiene tejidos transparentes y la piel translúcida, adaptaciones que emplean como camuflaje frente a posibles depredadores mientras duerme durante el día sobre hojas verdes.

Grupo de ranas de cristal durmiendo juntas boca arriba debajo de una hoja (izquierda). Un ejemplar fotografiado durante el sueño (centro) y mientras está activo.
Grupo de ranas de cristal durmiendo juntas boca arriba debajo de una hoja (izquierda). Un ejemplar fotografiado durante el sueño (centro) y mientras está activo.

Para muchos vertebrados, en particular para los terrestres, alcanzar el nivel de transparencia de esta especie de anfibio supone todo un desafío, porque la multitud de glóbulos rojos que circulan continuamente por el cuerpo oscurecen y hacen opacos incluso los tejidos más transparentes.

Ahora el biólogo argentino Carlos Taboada, de la Universidad Duke en EE UU, junto a otros colegas del país norteamericano, ha investigado cómo las ranas de cristal superan esta barrera fisiológica.

Mediante fotografías calibradas para medir su transparencia e imágenes fotoacústicas para rastrear el movimiento de los glóbulos rojos en ejemplares vivos, los investigadores han descubierto que las ranas de cristal se vuelven entre un 34 % y un 61 % más transparentes, de media, mientras duermen. El estudio es portada de la revista Science.

Esta transparencia excepcional la consiguen retirando de la circulación aproximadamente el 89 % de sus glóbulos rojos y escondiéndolos en el hígado durante el sueño

Según los autores, esta transparencia excepcional la consiguen retirando de la circulación aproximadamente el 89 % de sus glóbulos rojos y escondiéndolos en el hígado durante el sueño, sin ningún efecto vascular o metabólico perjudicial para esta rana.

Esta rana de cristal hembra dormida guarda la mayor parte de sus glóbulos rojos mientras duerme.
Esta rana de cristal hembra dormida guarda la mayor parte de sus glóbulos rojos mientras duerme. Foto: Nature.

Sin embargo, Taboada apunta que, posiblemente, su metabolismo se ve afectado: “Normalmente, los vertebrados precisamos un buen suministro de oxígeno para suplir nuestras necesidades metabólicas. Cada tejido de nuestro cuerpo lo necesita. En cierta manera, las ranas de cristal tienen que reducir su metabolismo oxidativo y una forma de lograrlo es permaneciendo completamente inmóviles por horas y horas durante el día”.

“Sabemos que hay una relación con el ciclo circadiano de estas ranas -añade-. Cuando duermen durante el día, permanecen inmóviles en la vegetación donde bajan su metabolismo y están camufladas”. Después, cuando despiertan y se activan, el número de glóbulos rojos que circulan aumenta considerablemente, al igual que su opacidad.

“En este momento, estamos estudiando algunos de los mecanismos bioquímicos y fisiológicos que regulan el secuestro y empaquetado de los glóbulos rojos dentro del hígado y con suerte tendremos más datos pronto”

“Las ranas despiertan por la noche y su metabolismo aumenta al moverse para cazar insectos, vocalizar, aparearse, etc. En estos casos, precisan mayor suministro de oxígeno, y la forma de hacerlo es movilizando más glóbulos rojos”, explica el biólogo, y comenta: “En este momento, estamos estudiando algunos de los mecanismos bioquímicos y fisiológicos que regulan el secuestro y empaquetado de los glóbulos rojos dentro del hígado y con suerte tendremos más datos pronto”.

Implicaciones en la coagulación de la sangre

En la mayoría de los vertebrados, una concentración local tan elevada de glóbulos rojos como la que acumula la rana de cristal suele provocar procesos de coagulación, por lo que los nuevos hallazgos podrían ayudar a comprender mejor los mecanismos que intervienen en la prevención de éstas y otras patologías vasculares en las personas.

Imágenes de microscopía fotoacústica que muestran los glóbulos rojos circulantes dentro de una rana de cristal dormida y bajo anestesia
Imágenes de microscopía fotoacústica que muestran los glóbulos rojos circulantes dentro de una rana de cristal dormida y bajo anestesia. Imagen: Sinc.

“Los organismos vivos que conocemos son el resultado de millones de años de evolución, lo que implica cambios y novedades fisiológicas que pueden ofrecer respuestas bioquímicas que otros organismos como los humanos no tenemos”, destaca Taboada.

 “Una de las aristas que estamos estudiando -continúa- es cómo las ranas de cristal logran tener procesos de coagulación normales ante heridas, pero a la vez no generan coágulos patológicos, al detener el flujo sanguíneo por completo y comprimir casi el 90 % de sus glóbulos rojos en un volumen muy pequeño”.

“Estudiamos estos mecanismos de anticoagulación local, algo que es muy complicado de lograr en humanos con los tratamientos convencionales, y se abren muchos campos de investigación, por ejemplo, en el área de la trombosis”

El biólogo adelanta que “estamos estudiando estos mecanismos de anticoagulación local, algo que es muy complicado de lograr en humanos con los tratamientos convencionales, y se abren muchos campos de investigación, por ejemplo, en el área de la trombosis”.

Aunque quedan puntos que aclarar, como si estas ranas pueden controlar los cambios en la circulación de glóbulos rojos en presencia de un depredador, los resultados del estudio ayudan a comprender mejor una adaptación única dentro de los vertebrados, además de servir para entender mejor el flujo sanguíneo y desarrollar nuevos anticoagulantes u otros fármacos cardiovasculares.

Fuente: Sinc.

Los tipos de ranas más diversos se encuentran en la selva amazónica y los bosques de África Ecuatorial.

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