Los dacios, antepasados de los rumanos de hoy, fueron una civilización que vivió en la actual Rumanía, especialmente en lo que hoy es Transilvania. Se separaron del grueso de las tribus indoeuropeas y experimentaron un crecimiento demográfico, un desarrollo económico y una expansión de la red de asentamientos entre los siglos III y I antes de Cristo.
Los Cárpatos eran un entorno favorable para el desarrollo económico de los dacios, principalmente debido a la migración estacional de ganado de las colinas a las montañas
La etimología del nombre "daci" proviene de la palabra "daos" que significaba "lobo" en frigio antiguo. Los dacios se referían a sí mismos como "daoi" y su relación con el simbolismo del lobo continuó a lo largo de su existencia.
Los Cárpatos eran un entorno favorable para el desarrollo económico de los dacios, principalmente debido a la migración estacional de ganado de las colinas a las montañas, siendo su principal ocupación el pastoreo. Para practicarlo, los dacios crearon caminos a través de las montañas para llegar a los abundantes pastos de la zona.

Hoy en día, es la ruta turística más famosa por ser la carretera de mayor altitud que cruza los Cárpatos; todavía sirve como ruta de trashumancia, una tradición que se mantiene viva desde la época de los dacios.
Este pueblo también era conocido por la apicultura y por su conocimiento en el uso de plantas medicinales. Estas tradiciones se mantienen hoy en el pueblo tradicional de Transilvania.
La rica mitología de los dacios
El uso de plantas medicinales se entrelazó con el lado espiritual-místico del pueblo dacio y se traspuso a su rica mitología.
Según la deidad suprema de Dacia, Zalmoxe, no se puede intentar curar el cuerpo sin curar el alma. De este modo, este pueblo demostró que comprendía la conexión entre el cuerpo y el alma, siendo estas nociones psicosomáticas probablemente extrañas en ese momento.
Creían en la inmortalidad del alma, para ellos la muerte era solo un paso del mundo material al espiritual, gobernado por Zamolxes. La fusión armoniosa con el cristianismo llevó a la conservación de algunos aspectos y tradiciones

Asimismo, creían en la inmortalidad del alma, para ellos la muerte era solo un paso del mundo material al espiritual, gobernado por Zamolxes. La fusión armoniosa con el cristianismo llevó a la conservación de algunos aspectos y tradiciones. Algunas deidades dacias evolucionaron a personajes cristianos, como San Elías o personajes de cuentos de hadas rumanos, como el Príncipe Azul (Făt-Frumos - hijo del sol) e Ileana Cosânzeana (hija de la luna).
El hombre lobo y el vampiro son dos personajes fantásticos enraizados en la mitología dacia. Los maravillosos cuentos de hadas rumanos cubren temas filosóficos como la ciclicidad, la atemporalidad o la relación del hombre con la naturaleza
Para la gente de Dacia, los encantamientos combinados con el efecto de las plantas medicinales tenían un papel importante en el tratamiento de cualquier tipo de enfermedad. La mitología dacia, antecesora del folclore rumano, estuvo fuertemente influenciada por estas creencias, dejando atrás muchos personajes legendarios, así como algunas supersticiones y leyendas que aún perduran hasta nuestros días.
El hombre lobo y el vampiro son solo dos personajes fantásticos enraizados en la mitología dacia. Los maravillosos cuentos de hadas rumanos cubren temas filosóficos como la ciclicidad, la atemporalidad o la relación del hombre con la naturaleza, siendo la mayoría de los aspectos una reminiscencia de sus mitos.
Artesanía dacia
Siendo artesanos, los dacios procesaban arcilla para crear objetos de cerámica, continuando así la tradición de la civilización Cucuteni (5500-3500 a.C., la civilización europea más antigua confirmada), que ya usaban el torno de alfarero. A su vez, el dacio también utilizó el torno de alfarero, desde el siglo V a.C., consiguiendo dar a luz una impresionante cantidad de objetos de cerámica de calidad. La continuidad de esta tradición se ha conserva actualmente, de forma que Transilvania comprende muchos centros importantes de alfarería.

Los artesanos utilizaban técnicas complejas y diversas para crear joyas atractivas, incluso dominando la técnica del baño de oro. Además, la pureza de su oro era reconocida en la antigüedad, por lo que no necesitaba técnicas especiales de purificación. También, eran muy hábiles en el procesamiento de bronce, latón y plata, prueba de ello son una serie de artefactos encontrados por arqueólogos, que muestran la artesanía artística y la funcionalidad de sus productos.
Una de las principales razones de la invasión de Dacia por parte del Imperio Romano fueron sus reservas de oro. Las fuentes indican que éstas giraban en torno a la cifra de 165 toneladas, además de las 300 toneladas de plata
Una de las principales razones de la invasión de Dacia por parte del Imperio Romano fueron sus reservas de oro. Las fuentes indican que éstas giraban en torno a la cifra de 165 toneladas, además de las 300 toneladas de plata. Comparando estos datos con la actualidad, la reserva de oro de Dacia habría estado entre las 25 principales reservas de las naciones del mundo en 2015, por encima de países como Suecia, Brasil o Singapur.
Los dacios, una fuerza militar a tener en cuenta
Los dacios eran una fuerza militar a tener en cuenta, portaban el "falx", un arma similar a una hoz, más pequeña y corta que las típicas espadas largas de la época. Ésta apareció en numerosos monumentos y monedas durante los siglos II y III d.C. La mayoría de las representaciones se encuentran en la Columna de Trajano en Roma. La falx causó tanto miedo entre los soldados romanos que tuvieron que rediseñar por completo su armadura, para poder luchar en igualdad de condiciones con sus oponentes dacios.

Sus procesos tácticos iban desde batallas en ángulos agudos para perforar las líneas enemigas, hasta maniobras defensivas de la guerrilla. Además, en medio de la batalla, los dacios se comportaban con una agresividad comparable a la de los lobos, incluso en su bandera de batalla aparecía un lobo con cabeza de dragón. Después de dos guerras, este pueblo fue conquistado con gran dificultad y muchas pérdidas por el Imperio Romano y, como resultado de la fusión entre las dos naciones, nació el pueblo rumano.