¿Qué tienen en común Nicolás Copérnico y John Lennon?

Aunque pueda parecer extraño, el padre de la astronomía moderna, Nicolás Copérnico, y el gran músico John Lennon, autor de una de las canciones más emblemáticas de la Humanidad, Imagine, tienen algo en común. Una pista: ambos han recibido el reconocimiento de la comunidad científica internacional, uno, en la Luna y otro, en Mercurio.

Francisco Moral

Copérnico y Lennon, dos leyendas de la historia con algo en común.
Copérnico y Lennon, dos leyendas de la historia con algo en común.

Nicolás Copérnico, el padre de la astronomía moderna y autor de la teoría, falleció en 1543 cuando acababa de publicar su teoría heliocéntrica, que desarrolló durante 25 años y que se considera una de las más importantes del mundo occidental.

Es importante recordar que la principal idea de su modelo defendía que los planetas giraban alrededor del Sol, así como el orden de dichos planetas y los movimientos que realiza la Tierra.

En 1934, a un asteroide, descubierto por Karl Wilhelm Reinmuth, se le dio el nombre de Coppernicus

Al morir antes de que su teoría fuera conocida, el científico polaco no recibió ningún reconocimiento en vida. Todos vinieron posteriormente y tarde. Así, en 1934 a un asteroide, descubierto por Karl Wilhelm Reinmuth, se le dio el nombre de Coppernicus. La Agencia Espacial Europea (ESA ) cuenta con un programa espacial llamado Copernicus Programme y un observatorio del estado de Nueva York en Estados Unidos fue bautizado como “Kopernik Observatory & Science Center” en su honor.

Una escultura de Nicolás Copérnico, el padre de la astronomía actual. Foto: IStock.
Una escultura de Nicolás Copérnico, el padre de la astronomía actual.

También en 2012 y en reconocimiento al eminente científico, la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) nombró al elemento 112 de la tabla periódica como Copérnico.

El cráter Copérnico

Y Copérnico da nombre también a uno de los mayores cráteres lunares  Ubicado en el Mare Insularum, este cráter de impacto es indudablemente uno de los cráteres más conocidos y una de las formaciones lunares más típicas. Se encuentra ubicado al noroeste de la cara visible de la Luna. Al oeste de Copérnico, se encuentra un grupo de solitarias y dispersas colinas, las cuales se elevan hasta alcanzar una altura de varios cientos de metros. Con un diámetro de 93 km, es observable mediante unos simples binoculares.

Cráter de Copérnico en la Luna.
Cráter de Copérnico en la Luna.Foto: NASA.

Y es que la Luna tiene miles de cráteres y muchos de ellos llevan el nombre de personas.

Los nombres de los accidentes planetarios no se deciden al azar, los acuerda la Unión Astronómica Internacional (IAU), siguiendo una serie de criterios. Sin embargo, esto no ha ocurrido siempre así. Esta tendencia nace con los primeros intentos de trazar mapas de la Luna.

Los nombre de los cráteres los acuerda la Unión Astronómica Internacional (IAU), siguiendo una serie de  criterios

Filósofos y astrónomos en la luna

En el siglo XVII. Michael Florent van Langren, el cosmógrafo del rey Felipe IV de España y cortesano adulador, fue quien denominó mares y cráteres con nombres de la realeza y nobleza europea –como por ejemplo Felipe IV, Mar Austriaco o Mar Borbónico–, pero también con nombres de filósofos, científicos y exploradores.

Más tarde, Ferrara Giovanni Battista Riccioli, astrónomo y físico italiano, por primera vez, impone un criterio coherente para denominar los accidentes lunares. Mares y tierras recibieron denominaciones de sabor astrológico medieval como Mar de las Crisis, Mar de la Tranquilidad. Los cráteres recibieron nombres de filósofos y astrónomos antiguos y modernos. Por ejemplo, Arquímedes, Aristarco, Aristóteles, Platón, Tycho, Eratóstenes, Kepler, Galileo, Alphonsus (Alfonso X el Sabio). Grimaldi y Copérnico.

Las características lunares fueron nombradas a medida que fueron descubiertas, principalmente celebrando el trabajo de científicos masculinos y figuras históricas

En los siglos que siguieron, las características lunares fueron nombradas a medida que fueron descubiertas, principalmente celebrando el trabajo de científicos masculinos y figuras históricas. La Unión Astronómica Internacional no fue responsable hasta 1919 de aprobar los nombres de los elementos astronómicos.

En la superficie lunar, hay miles de cráteres.
En la superficie lunar, hay miles de cráteres. Foto: IStock.

La mayoría de los cráteres con nombre homenajean a personas de la vida real que destacaron a lo largo de la Historia, como científicos y filósofos, también hay algunos dioses y diosas, así como criaturas mitológicas. Sin embargo, si nos trasladamos hasta el planeta Mercurio, la cosa cambia bastante.

Los creativos nombres de los cráteres Mercurio

Según las normas de denominación de la IAU, los cráteres de Mercurio sólo pueden llevar el nombre de personas creativas, o, más concretamente, “de artistas, músicos, pintores y autores que han realizado aportaciones destacadas o fundamentales en su campo y han sido reconocidos como figuras históricas en su especialidad”.

De tal modo que cráteres de este planeta llevan el nombre del arquitecto español Antonio Gaudí, del autor de «El señor de los anillos», J.R.R Tolkien, o el pintor ruso Wassily Kansinsky, entre muchos otros.

Cráteres de este planeta llevan el nombre del arquitecto español Antonio Gaudí, del autor de «El señor de los anillos», J.R.R Tolkien, o el pintor ruso Wassily Kansinsky

En diciembre de 2013, La Unión Astronómica Internacional aprobó diez nombres propuestos por el equipo científico de la misión Messenger de la NASA, que estudia el planeta Mercurio.

Cráter de John Lennon en el planeta Mercurio.
Cráter de John Lennon en Mercurio. Foto: IStock.

Entre los nombres de la escritora Natalie Clifford Barney, los escultores Alexander Calder y Jean Boulogne Giambologna, el pintor belga James Ensor Sidney, el novelista alemán Erich Maria Remarque o la pintora portuguesa Maria Elena Vieira da Silva, el tenor Enrico Cruso y el escritor Truman Capote, figuraba el del famoso músico británico y leyenda de los Beatles, John Lennon.