La superficie del Sol tiene una temperatura de aproximadamente 10.000 grados Fahrenheit (5.500 grados Celsius), mientras que las temperaturas en el núcleo alcanzan más de 27 millones F (15 millones C), impulsadas por reacciones nucleares. Uno necesitaría explotar 100 mil millones de toneladas de dinamita cada segundo para igualar la energía producida por él, según la NASA.
El Sol es una de las más de 100 mil millones de estrellas en la Vía Láctea. Orbita a unos 25.000 años luz del núcleo galáctico, completando una revolución una vez cada 250 millones de años aproximadamente. Es relativamente joven, parte de una generación de estrellas conocida como Población I, que son relativamente ricas en elementos más pesados que el helio. Una generación más antigua de estrellas se llama Población II, y puede haber existido una generación anterior de Población III, aunque todavía no se conocen a sus miembros.
Cómo se formó el Sol
El Sol nació hace unos 4.600 millones de años. Muchos científicos creen que éste y el resto del sistema solar se formaron a partir de una nube gigante de gas y polvo en rotación, conocida como nebulosa solar. Cuando la nebulosa colapsó debido a su gravedad, giró más rápido y se aplastó en un disco. La mayor parte del material fue atraído hacia el centro para formar el Sol.
El Sol se formó primero a partir del vasto material, seguido de cerca por los planetas
En una amplia extensión del espacio, la gravedad atrajo polvo y gas para crear el joven sistema solar. El Sol se formó primero a partir del vasto material, seguido de cerca por los planetas. Pero, ¿cómo un mar de partículas arremolinadas se convirtió en la estrella más brillante de nuestro cielo?

"El sol es aterrador y hermoso, y también es el mejor laboratorio de física de nuestro sistema solar", señala Sabrina Savage, científica del proyecto Hinode de la NASA en el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la agencia, en Huntsville, Alabama.
Aunque parezca vacío, el espacio está lleno de gas y polvo. La mayor parte del material era hidrógeno y helio, pero una parte estaba formada por restos de las muertes violentas de las estrellas. Hace unos 4.500 millones de años, las ondas de energía que viajaban por el espacio presionaron las nubes de tales partículas, y la gravedad hizo que colapsaran sobre sí mismas y luego comenzaran a girar. Estos serían los primeros pasos de cómo se formó el sistema solar. El giro hizo que la nube se aplanara en un disco como un panqueque. En el centro, el material se agrupó para formar una protoestrella que finalmente se convertiría en el Sol.
La extinción del Sol
Dentro de varios miles de millones de años, el hidrógeno del interior del Sol se agotará y la estrella se hinchará hasta convertirse en una gigante roja con un radio que se extenderá hasta la órbita de la Tierra. El helio en su núcleo también se consumirá. La estrella nunca estará lo suficientemente caliente como para quemar el oxígeno y el carbono que quedan, por lo que se extinguirá y se convertirá en una enana blanca.