La soja, esa leguminosa de origen asiática y que se dio a conocer en Europa bien entrado el siglo XX, es un alimento saludable y rico en proteínas de alta calidad, ya que contiene los nueve aminoácidos esenciales para el organismo. Hoy, veganos y vegetarianos obtienen proteínas a través de ella.
Qué es la soja
La soja pertenece a la familia de las leguminosas, como la judía y el guisante. Se forman dentro de las vainas o legumbres, que es el fruto típico de esta familia de plantas, de carácter anual que se cultiva durante la estación cálida. La semilla de soja se recolecta cuando la vaina amarillea. Cada vaina puede contener entre una y cuatro habas de pequeño tamaño y diferentes colores según variedades: amarillas, marrones, verdes, negras o moteadas. La más frecuente es la amarilla y también la más apreciada, ya que es la que normalmente se utiliza para obtener de ella el aceite.

Su adaptación a climas diversos y las pocas enfermedades que le atacan son dos de sus características que la convierten en una forma de cultivo muy rentable, aunque su mayor enemigo es la sequía.
En los países orientales, la soja ha sido siempre un vegetal sagrado, literalmente un regalo de los dioses, que, al igual que los mejicanos con el maíz, aprendieron a preparar de muchas formas distintas
El factor principal en su desarrollo en los países orientales fue la escasez de proteínas de alta calidad para la alimentación. Para sus pobladores, la soja ha sido siempre un vegetal sagrado, literalmente un regalo de los dioses, que, al igual que los mejicanos con el maíz, aprendieron a preparar de muchas formas distintas.
Origen de esta leguminosa

El origen de la soja se sitúa en China, donde se consume desde hace unos tres mil años. Fue un alimento desconocido para el resto del mundo hasta aproximadamente el siglo VII cuando se extendió su consumo y cultivo a Japón. Pero no fue hasta el siglo XVII cuando se dio a conocer en Europa, llegando a Estados Unidos a principios del siglo XIX. Aunque ya era conocida en todo el mundo en el siglo XIX, en Europa y Norteamérica no se empleó con fines culinarios hasta bien entrado el siglo XX.
Valores nutritivos de la soja
La soja posee un elevado valor nutritivo, si bien, varía según se presente como germen de soja, grano crudo o en aceite de soja, por ejemplo.
Se equipara al valor proteico de la carne, los huevos o el pescado, con la ventaja de ser una proteína vegetal
Se equipara al valor proteico de la carne, los huevos o el pescado, con la ventaja de ser una proteína vegetal. Esta es una de las principales y más importantes características de la soja, pues es fuente de grasas de origen vegetal, no animal, muy útiles para diversas afecciones. Las grasas son insaturadas y convierten a la soja en un alimento cardiosaludable.

Además, la soja contiene vitamina B (tianina, riboflavina y niacina), vitamina A, E y F y es rica en minerales (fósforo, calcio, cobre, magnesio y hierro). Sus niveles de leticina (necesaria para las células vivas) son importantes, y permiten asimilar las vitaminas, aumenta el colesterol HDL (colesterol bueno) y reduce el colesterol LDL (colesterol malo), al tiempo que también disminuye los triglicéridos.
Beneficios de la proteína de soja
En cuanto a los beneficios de las proteínas de la soja, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, explica que, “en la dieta puede reducir los niveles de colesterol”. Y añade: “Muchos estudios científicos apoyan esta afirmación. La Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos coincide en que 25 gramos por día de proteínas de soja pueden reducir el riesgo de una cardiopatía”.
“Los beneficios para la salud de los productos de soja pueden deberse a sus altos niveles de grasas poliinsaturadas, fibra, minerales, vitaminas y bajo contenido de grasa saturada”

Además, la institución norteamericana explica que “los beneficios para la salud de los productos de soja pueden deberse a sus altos niveles de grasas poliinsaturadas, fibra, minerales, vitaminas y bajo contenido de grasa saturada”.
Asimismo, señala que “las isoflavonas que se encuentran naturalmente en este alimento pueden desempeñar una función en la prevención de algunos cánceres relacionados con hormonas”. Por lo que afirma: “Consumir una dieta que incluya una cantidad moderada de soja antes de alcanzar la adultez puede reducir el riesgo de cáncer de mama y de ovario en mujeres. Sin embargo, la ingesta cuando han pasado la menopausia o que ya tienen cáncer aún no está clara”.
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