Nouvelle-Aquitaine aspira a convertirse en el primer destino sostenible de Francia con un sinfín de experiencias y diversión para disfrutar todo el año. Tanto si se viaja en pareja, con amigos o familia, o también solo, se encuentran planes para todos los gustos a lo largo de la región. Por ejemplo, un crucero fluvial de varios días de duración por los viñedos de Burdeos y el Médoc, llegar hasta el faro de Cordouan, Patrimonio Mundial de la Unesco situado en medio del mar; subir a la duna más alta de Europa, noches de acampada bajo las estrellas en el Parque Natural Regional de Millevaches, paseos a pie hasta las islas salvajes de Aix y Madame, catas de vinos y la mejor gastronomía, un recorrido en el tren eléctrico más alto del mundo con vistas a los Pirineos, explorar en barco el Marais Poitevin y también disfrutar de una comida y visitar el ecosistema Darwin, un lugar bio-alternativo de Burdeos y mucho más.
Aunque hay mucho donde elegir, el buscador de vuelos y hoteles Jetcost.es ha seleccionado solo ocho de los muchos destinos que esta región ofrece.
1. Angoulême, dibujos sobre el papel o en las paredes
Todo es fácil en esta ciudad. Un simple paseo a lo largo de las murallas permite conocer los principales monumentos, las iglesias románicas y los jardines de la ciudad. Y, aunque desde la Edad Media la ciudad era famosa por la fabricación de papel, en los nuevos tiempos no es imprescindible, ya que es sustituido por los muros. Más de 20 grandes murales con delicadas pinturas forman parte del circuito turístico que también ofrece la posibilidad de ver la ciudad de un modo original y lúdico.

Angulema es reconocida como la ciudad del cómic, una ciudad en la que la calle principal lleva el nombre de uno de sus grandes héroes, Hergé
Pero, por supuesto, el arte también tiene otras manifestaciones. No en vano, Angulema es reconocida como la ciudad del cómic, una ciudad en la que la calle principal lleva el nombre de uno de sus grandes héroes, Hergé. Esa profusión de arte de distinto tipo ha hecho que la Unesco la haya declarado "Ciudad creativa".
Es imprescindible la visita a la Cité de la Bande Dessinée et de l'Image, el templo del Cómic, en las antiguas bodegas de las riberas del río Charente: una colección única en Europa, con exposiciones, talleres, conferencias y encuentros con los autores.
Como complemento, el Museo del Papel muestra los secretos de esta poco conocida industria. Pero, como no todo son museos y cultura, también hay que encontrar tiempo para sucumbir ante los chocolates Duceau en una de las tiendas más antiguas de la ciudad, que es monumento histórico y sirve de marco para los dulces de chocolate de Jean Christophe Crosnier, una auténtica institución local o tomar un café en una de las placitas del Vieil Angoulême, con sus callejuelas adoquinadas y muchas terrazas donde saborear el estilo de vida angoumoisin.
2. Burdeos, mucho más que vino
Burdeos, la capital de Nueva Aquitania y puerta de entrada a la región, es densa en historia y en su dinamismo, es una ciudad con un rico patrimonio, numerosos sitios y monumentos, con un arte de vivir tradicional y típico. Su centro histórico forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2007. Es el reconocimiento del valor y la unidad patrimonial de una ciudad ejemplar.

Cuenta con más de 350 edificios declarados o inscritos en la lista de monumentos históricos, incluidos tres edificios religiosos inscritos en el Patrimonio Mundial desde 1998 como parte del Camino de Santiago.
En la Place de la Bourse, frente a un edificio monumental de casi tres siglos, está la principal atracción de la ciudad, el Espejo de Agua
En la Place de la Bourse, frente a un edificio monumental de casi tres siglos, está la principal atracción de la ciudad, el Espejo de Agua, el lugar más fotografiado de Burdeos, obra del arquitecto paisajista Michel Corajoud, alterna extraordinarios efectos de espejo y niebla. La ciudad se encuentra junto a la región vinícola más grande y más antigua del mundo, que comprende 65 denominaciones y se extiende por 112.000 hectáreas. Varios cientos de propiedades abren sus puertas al público.
La Ciudad del Vino es un centro cultural de última generación único en el mundo, en el que ellos caldos están presentes en sus dimensiones cultural, de civilización, patrimonial y universal. Hasta el 28 de agosto, se presenta la exposición "Picasso, la efervescencia de las formas".
3. Poitiers, pasado histórico, futuro espectacular
Poitiers parece vivir entre dos realidades bien distintas. Por un lado, su rico pasado histórico, que le ha permitido conservar un abundante patrimonio arquitectónico y cultural compuesto por unos 600 monumentos y, por otro, la apuesta de futuro que se vive a pocos kilómetros de la ciudad en el parque Futuroscope, convertido en su atracción estrella y principal suministradora de visitantes.
Al recorrer la ciudad, salen al encuentro sus huellas medievales en forma de restos de la muralla que en su día la envolvió, en los nombres de gremios y oficios que bautizan sus calles
Al recorrer la ciudad, salen al encuentro sus huellas medievales en forma de restos de la muralla que en su día la envolvió, en los nombres de gremios y oficios que bautizan sus calles, en la quietud anclada en el tiempo de sus plazas y terrazas, en el laberíntico entramado de sus calles que ha llevado al Ayuntamiento a pintar unas líneas en tres colores (azul, rojo y amarillo) marcando rutas que llevan a los tres barrios monumentales y permiten regresar al punto de partida sin riesgo de extravío.
A cualquiera de ellas se asoman iglesias románicas casas medievales, palacetes, abadías y otros edificios y museos de interés.

Pero, sin duda, el lugar de honor lo ocupa Notre Dame la Grande, en el centro geográfico de la urbe. La fachada es un catecismo de piedra, donde se codean San Hilario y San Martín con Adán y Eva, Isaías o Nabucodonosor.
Donde adultos y niños disfrutarán al completo es en la visita a Futuroscope
Pero, sin duda, donde adultos y niños disfrutarán al completo es en la visita a Futuroscope, a pocos kilómetros de Poitiers. Como su nombre indica, es un parque del futuro, de la alta tecnología, de las tres o cuatro dimensiones en pantallas gigantes, de la realidad virtual, de los efectos sensoriales, de los grandes espectáculos... La novedad a partir del 2 de julio es "Cazadores de Tornados" en el que uno se siente atrapado en un torbellino, viviendo la acción en el corazón de una pantalla circular LED, con efectos especiales y escenas "en vivo". Todo esto en una plataforma que sube, baja, se inclina y gira.
4. Biarritz, el sueño de Eugenia de Montijo
Sello español en esta ciudad francesa y medio española. Gracias a la emperatriz Eugenia, la ciudad se convirtió de antiguo puerto de pescadores en una estación termal de moda, y sigue siendo hoy en día un destino estrella del golf, del surf, de la puesta en forma y del turismo de negocios. En Biarritz, el buen vivir es rey.

En efecto, la ciudad seduce también por su convivencia y su alegría de vivir y se mueve todo el año alrededor de su mercado cubierto. También Biarritz es un excelente punto de partida para explorar el País Vasco.
No hay que perderse una visita a Bayona, la capital económica del País Vasco, y sus históricos barrios peatonales: el Petit y el Grand Bayonne
No hay que perderse una visita a Bayona, la capital económica del País Vasco, y sus históricos barrios peatonales: el Petit y el Grand Bayonne. Situados a ambos lados del Nive, en ellos se entremezclan sus numerosas fortificaciones con sus distintivas fachadas de colores. El centro peatonal del Grand Bayonne es una zona histórica protegida, y la joya que la corona es la Catedral de Sainte-Marie (y su claustro). El País Vasco tiene muchas playas que ofrecer para pasear, remojarse, practicar el paddle y el surf: Anglet, Biarritz, Hendaya, San Juan de Luz, Guéthary, Bidart...
5. Bahía de Arcachon, el Atlántico más auténtico

Pequeños puertos de cultivo de ostras, playas de fina arena, bosques de pinos... A 50 kilómetros de Burdeos, la bahía de Arcachon también tiene una serie de ciudades y pueblos, así como la famosa duna de Pilat y la encantadora península de Lège-Cap-Ferret. Buenas razones no faltan para descubrir este rincón de Francia donde las mareas y la corriente han dado forma a un paisaje extraordinario. Imprescindible subir a pie (no hay otra forma) a la duna más alta de Europa, con 109 metros de alto, 2.700 metros de largo, 500 metros de ancho y 60 millones de metros cúbicos de arena.
6. Las landas, naturaleza en estado puro
Playas naturales, de moda, deportivas, familiares, naturistas... También en Las Landas hay para todos los gustos y espacio para todo el mundo con 106 kilóemtros de arena fina y quince pueblos costeros, de sur a norte. Un destino incomparable para los amantes del surf, de la vela, de los grandes espacios naturales, del bienestar o simplemente del descanso.
Las Landas son desde hace tiempo un destino predilecto de los adeptos del naturismo, para los que existen lugares y servicios específicos
Las Landas son desde hace tiempo un destino predilecto de los adeptos del naturismo, para los que existen lugares y servicios específicos. La playa de Culs-Nus (el nombre no puede ser más indicado), en Hossegor, y la playa de Arnaoutchot, en Vielle-Saint-Girons, cuentan con servicio de socorrismo donde el naturismo está oficialmente permitido.

En Vielle-Saint-Girons, en medio de un pinar de 45 hectáreas, el camping de Arnaoutchot es toda una institución para los amantes del naturismo y de la naturaleza, porque en las Landas la naturaleza está por todas partes, y especialmente en lugares protegidos por su interés ecológico y paisajístico, como la reserva natural de la Corriente de Huchet, con su lago y su corriente que discurre entre las dunas pobladas de alcornoques, antes de ir a parar a la playa de Moliets. Al lado de Labenne, la Marisma de Orx está declarada Reserva Natural Nacional y en ella pueden observarse más de 250 especies de aves y palmípedos. La reserva de Arjuzanx, por su parte, es el principal lugar de hibernación de la grulla común en Francia, ofreciendo un espectáculo mágico con cada migración.
7. Lascaux y Sarlat, arte en el interior y belleza exterior

Situado en el corazón del Périgord Noir, el valle de la Vézère ofrece un paisaje de acantilados al pie de los cuales fluye el río Vézère. Pero, además de ese exterior deslumbrante, en su interior propone hasta 15 cuevas y sitios prehistóricos, entre ellos la famosa cueva de Lascaux, reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Aunque el original, como ocurre con Altamira y otras cuevas con pinturas prehistóricas, no puede ser visitada por el público para no deteriorarla, sí puede verse la mayor réplica de una cueva ornamentada del mundo y a admirar las pinturas, los grabados y otros elementos prehistóricos de esta obra maestra de la humanidad de 20.000 años de antigüedad.
Saliendo de la cueva se descubre un lugar impresionante: el entorno natural preservado del valle de la Vezere que lo convierte en un destino ideal para las actividades en plena naturaleza
Pero, saliendo de la cueva se descubre un lugar impresionante: el entorno natural preservado del valle de la Vezere que lo convierte en un destino ideal para las actividades en plena naturaleza. Paseo, senderismo, equitación, pero también canoa, baño... estamos en Dordoña Perigord, en la base del triangulo de oro turístico constituido de Sarlat, Montignac Lascaux y Les Eyzies.
Sarlat es la capital del Périgord Noir y, aunque a menudo se la considera una ciudad medieval, tiene un patrimonio rico y variado, que refleja acontecimientos significativos y desarrollos importantes.
8. Limoges, mucho más que la mejor porcelana
Limoges es la capital mundial de las artes del fuego es una ciudad de arte e historia, que se puede recorrer a despacio y con delicadeza como en una tienda de porcelana. Para ver la ciudad medieval, hay que empezar admirando la catedral de Saint-Etienne, de estilo gótico. En su interior, se puede descubrir la mayor Virgen Negra del mundo, su particularidad es que está hecha de esmalte. Hay varias iglesias más que visitar antes de la comida en el corazón del mercado cubierto, Boucherie, cuya fachada está decorada con un friso de porcelana en la más pura tradición de Limoges.

Hay que dejar tiempo para descubrir la estrella de la ciudad: la porcelana
Por supuesto, hay que dejar tiempo para descubrir la estrella de la ciudad: la porcelana. Para ello, hay varias posibilidades: el Museo Adrien-Dubouché, renovado y dotado con una museografía rediseñada, propone un apasionante viaje por la historia de la cerámica en torno a las civilizaciones y los continentes, la Fundación Bernardaud o el horno de Casseaux. Imprescindible dar un paseo por el Boulevard Louis Blanc, un verdadero escaparate de porcelana y esmalte, gracias a las numerosas tiendas que ofrecen porcelana en formas clásicas e inesperadas y las últimas creaciones en esmalte.
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