La NASA se vuelca en la lucha contra el cambio climático

La agencia espacial tiene como objetivo dar nueva vida a su programa de ciencias de la Tierra mientras el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, impulsa una ambiciosa agenda climática en la que la agencia puede jugar un papel importante.

Gavin Schmidt se ha convertido en el primer asesor climático de la NASA. Foto: NASA
Gavin Schmidt se ha convertido en el primer asesor climático de la NASA. Foto: NASA

Entre las muchas agencias federales de EE.UU. que Biden ha reclutado para frenar el cambio climático, la NASA destaca por ser líder en descubrimientos planetarios básicos. Su historia de observación de la Tierra se remonta a 1960, cuando lanzó el satélite TIROS-1 para probar la viabilidad de monitorear el clima desde el espacio.

Durante más de seis décadas, la NASA ha diseñado, construido y lanzado naves espaciales para observar la Tierra. A menudo, trabajando junto a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los EE.UU. (NOAA), que tiene la responsabilidad principal de la predicción meteorológica nacional, la NASA tiene satélites que miden la fusión de las capas de hielo y el dióxido de carbono que fluye a través de la atmósfera. La agencia también vuela aviones para recopilar datos sobre el cambio planetario y financia una amplia gama de investigaciones climáticas fundamentales, como estudios de modelos climáticos.

Entre las observaciones épicas de la NASA sobre el cambio climático se encuentran un programa de 29 años que registra el aumento global del nivel del mar, medido con precisión desde el espacio con colaboradores franceses y de otros países, y estudios que comenzaron en 2002 para rastrear la pérdida de hielo de Groenlandia y la Antártida, realizados con socios alemanes.

Las próximas misiones incluyen un satélite de radar estadounidense-indio que estudiará los cambios en la capa de hielo marino, y un proyecto estadounidense-canadiense-francesa-británica que estudiará los recursos de agua dulce y las corrientes oceánicas. Ambos están programados para lanzarse el próximo año.

Entre los programas futuros está la medición de aspectos fundamentales del calentamiento global, como los cambios en las nubes y las precipitaciones, y en la masa de la Tierra a medida que se seca el agua subterránea. En conjunto, la NASA los llama un observatorio del sistema terrestre que ayudaría a los científicos a seguir rastreando el cambio global y brindaría a los responsables de la formulación de políticas los datos que necesitan para informar sobre las acciones frente al cambio climático.

A pesar de sus dificultades presupuestarias, la NASA ha logrado continuar haciendo ciencia climática en los últimos años. Reunió dinero para comenzar a trabajar en un nuevo instrumento llamado Libera, que se lanzará en 2027 para medir la radiación solar, de modo que la agencia pueda mantener un registro crucial de cuatro décadas de cuánto calor absorbe la atmósfera de la Tierra.

Luchas presupuestarias

El coste estimado de estas misiones se sitúa entre los 300 y 800 millones de dólares cada una. El presupuesto anual de ciencias de la Tierra de la NASA ha rondado los dos mil millones de dólares durante años, incluso cuando otros programas de agencia recibieron enormes aumentos de fondos.

En abril, Biden propuso aumentar el presupuesto de ciencias de la Tierra de la NASA a casi 2,3 mil millones, aunque el Congreso tendría que aprobarlo.

La agencia ha estado tratando de ahorrar dinero y acelerar las cosas asociándose con empresas comerciales. A veces eso ha funcionado bien. Por ejemplo, la agencia estableció un programa para comprar datos de observación de la Tierra de compañías de satélites y poner la información a disposición de los investigadores financiados por la NASA, para complementar las mediciones de los satélites del gobierno. En otras ocasiones, la NASA se ha quedado en la estacada con socios que cambiaron sus planes, dejando una nave espacial de monitoreo de la contaminación llamada TEMPO y una misión de mapeo de carbono llamada GeoCarb luchando por nuevos viajes al espacio.

Si el Congreso aprueba un impulso significativo para la división de ciencias de la Tierra de la NASA, entonces la agencia finalmente podría acelerar el progreso de los satélites para rastrear el cambio climático. Se espera la decisión de financiación en los próximos meses.