La sequía extrema en 2019 dio lugar a incendios forestales de intensidad sin precedentes, que quemaron más de 5,8 millones de hectáreas en Australia. Además de causar daños catastróficos, generaron columnas de humo que se elevaron a la atmósfera y aumentaron las temperaturas en la estratosfera inferior sobre este país en 3 ° C. A nivel mundial, las temperaturas en la estratosfera inferior aumentaron en 0,7 ° C, el mayor incremento desde que la erupción del Monte Pinatubo en Filipinas en 1991 envió una columna de ceniza a la atmósfera, señala el estudio, que se publicó en Scientific Reports. El aumento de la temperatura duró alrededor de cuatro meses.
El efecto "fue equivalente al tipo de impacto que veríamos de una erupción volcánica moderada"
El efecto "fue equivalente al tipo de impacto que veríamos de una erupción volcánica moderada", señala la científica paleoclimática Nerilie Abram, de la Universidad Nacional de Australia en Canberra. "Lo que estamos descubriendo sobre la escala de estos incendios es notable", agrega.
Humo en la estratosfera
La estratosfera se encuentra entre aproximadamente 10 y 50 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Las partículas de humo no suelen llegar a ésta, pero el humo de los incendios australianos alcanzó alturas de más de 35 kilómetros, debido a las inusuales nubes de pirocumulonimbus inducidas por el fuego.
Estas nubes de trueno infundidas con humo contienen una gran cantidad de carbono negro, que absorbe el calor y se eleva hacia la estratosfera inferior como un globo aerostático, señala el coautor del estudio Jim Haywood, científico atmosférico de la Universidad de Exeter, en Reino Unido. Una vez allí, el carbono negro continúa absorbiendo la luz solar y calentando el aire.

"Hubo partes de la costa que estuvieron bajo una neblina de humo durante meses y meses", relata Abram. "La escala de esa temporada de incendios forestales estaba fuera de lo común", agrega.
Haywood y su equipo utilizaron datos de satélites de órbita polar y teledetección para observar los cambios en la distribución de partículas de humo en la estratosfera, y combinaron esta información con modelos climáticos
Haywood y su equipo utilizaron datos de satélites de órbita polar y teledetección para observar los cambios en la distribución de partículas de humo en la estratosfera, y combinaron esta información con modelos climáticos.
Encontraron que el impacto de las partículas de humo en las temperaturas estratosféricas que se predijeron en los modelos coincidió con los picos de temperatura observados. Estudios previos han utilizado modelos para simular la duración y el grado de calentamiento después de los incendios, pero éste incorpora un análisis global, atribuyendo definitivamente el aumento de las temperaturas al humo de los incendios forestales, relata Haywood.
Capa de ozono dañada
Los modelos también indicaron que las reacciones químicas entre el humo y el ozono en la atmósfera exacerbaron el agujero de ozono antártico, haciéndolo más grande. "El año anterior a los incendios, teníamos un pequeño agujero de ozono insignificante", explica Haywood. "En 2020, nos sorprendió bastante porque había un agujero de ozono muy, muy profundo", detalla.

El agotamiento de la capa de ozono fortalece el vórtice polar sur, una bolsa de baja presión y aire frío sobre el Polo Sur. Eso crea un bucle de retroalimentación: cuanto más fuerte es el vórtice polar, más agota el ozono circundante y más tiempo mantiene el agujero abierto. Cuando la capa de ozono se daña, más radiación del Sol llega a la Tierra, causando daños al medio ambiente y la salud humana. El calentamiento en la estratosfera también puede provocar daños en la capa de ozono, al alterar la dinámica de la atmósfera.
Exactamente cómo interactúan el humo de los incendios forestales y el ozono sigue siendo un rompecabezas, debido al complejo cóctel químico en el humo
Exactamente cómo interactúan el humo de los incendios forestales y el ozono sigue siendo un rompecabezas, debido al complejo cóctel químico en el humo. Se espera que el cambio climático aumente la frecuencia y la gravedad de los incendios forestales, por lo que Haywood enfatiza que es importante determinar cómo el humo y los incendios afectarán la capa de ozono.
Fuente: Nature.