.Muchos conocen la mítica bestia griega Hydra, el monstruo acuático serpentino que supuestamente podría regenerar dos cabezas en caso de que una de las originales fuera cortada. Sin embargo, el animal homónimo de la vida real, la Hydra magnipapillata o simplemente hidra o pólipo de agua dulce, probablemente lo haga bastante mejor. Esto se debe a que, a diferencia de la mayoría de los organismos multicelulares, esta especie no parece mostrar signos biológicos de deterioro celular con la edad.
Sus aparentes signos de inmortalidad provienen de la fascinante disposición de sus células madre que permite capacidades regenerativas
En términos de su atributo físico, la hidra es un invertebrado que tiene una anatomía cilíndrica (tubular) con tentáculos, y todo su cuerpo solo crece hasta los 10 milímetros. Son más pequeñas que el ancho de un dedo humano. A pesar de su “baja estatura”, el organismo es bastante capaz de atacar a los animales acuáticos más pequeños. Pero sus aparentes signos de inmortalidad provienen de la fascinante disposición de sus células madre que permite capacidades regenerativas.

Este último ámbito está cubierto por la capacidad inherente de las células madre para dividirse y transformarse en cualquier tipo de célula requerido por el cuerpo. En resumen, la hidra puede revitalizarse con un nuevo suministro de células.
No parece acatar el fenómeno biológico de la senescencia: la pérdida del poder de división y crecimiento de una célula, lo que provoca deterioro e infertilidad
En otras palabras, la hidra, a diferencia de otros organismos multicelulares, no parece acatar el fenómeno biológico de la senescencia: la pérdida del poder de división y crecimiento de una célula, lo que provoca deterioro e infertilidad con la edad.
Con ese fin, en una investigación realizada en 2015 (después de una investigación anterior en 1998), los científicos crearon pequeños “paraísos” artificiales para alrededor de 2.256 especímenes de hidra vivientes.

Durante ocho años, no encontraron evidencia de deterioro celular. Las tasas de mortalidad se mantuvieron constantes en una por cada 167 hidras por año, sin importar su edad. Asimismo, la fertilidad se mantuvo constante para el 80 por ciento de los individuos. El otro 20 por ciento fluctuó hacia arriba y hacia abajo, probablemente debido a las condiciones del laboratorio.
Dicho todo esto, la cualidad de la hidra no significa que no se pueda matar. De hecho, puede morir como presa de una criatura acuática más grande o incluso en el caso de contaminación del agua. Pero como mencionamos antes, este pólipo parece casi derrotar el proceso multicelular intrínseco de deterioro celular.

Si se puede comprender completamente la capacidad de curación de la hidra, estos conocimientos podrían aprovecharse para curar lesiones cerebrales o enfermedades degenerativas en los humanos
Hoy los biólogos están particularmente entusiasmados con esta característica. Y es que señalan que, si se puede comprender completamente la capacidad de curación de la hidra, estos conocimientos podrían aprovecharse para curar lesiones cerebrales o enfermedades degenerativas en los humanos.
El pólipo saltarín
Pero aún hay más sobre estos pequeños invertebrados: tienen una increíble habilidad para dar volteretas.

Las hidras pueden doblar sus cuerpos y voltear perfectamente sus tentáculos. Recientemente, gracias a una combinación de experimentos biofísicos y modelos computacionales, los investigadores han descubierto que las diferencias en la rigidez del tejido a lo largo de la longitud del cuerpo del pólipo hacen posible este movimiento único.
Suyash Naik, un estudiante de pregrado en el Instituto Indio de Educación e Investigación Científica (IISER), Pune, a estudiar el organismo, fue quien inició esta investigación.
Su rígido 'hombro' almacena energía cuando se dobla, antes de liberarla para aterrizar
"Pensamos en un sistema de resortes, con dos partes de diferente rigidez conectadas como un slinky", dijo Naik. Esto podría explicar el movimiento de salto mortal de la hidra, donde su rígido 'hombro' almacena energía cuando se dobla, antes de liberarla para aterrizar.

Para verificar que el cambio en la rigidez gobernaba su capacidad para dar un salto mortal, los investigadores utilizaron dos técnicas. Primero, alteraron la rigidez del tejido del hombro, manipulando el medio que une las células, después de lo cual la hidra no pudo dar un salto mortal. En un enfoque independiente, crearon un modelo computacional de resortes con la rigidez adecuada y pudieron replicar el movimiento de la hidra con él.
"El hecho de que la hidra haya evolucionado para manipular activamente su propia estructura corporal, con el fin de provocar este movimiento complejo, es emocionante"
Estudiar la locomoción de los organismos más simples es importante desde un punto de vista evolutivo. Arroja luz sobre cómo los animales aceptaron la necesidad de moverse en busca de comida, agua y evadir a los depredadores.
"El hecho de que la hidra haya evolucionado para manipular activamente su propia estructura corporal, con el fin de provocar este movimiento complejo, es emocionante", declara Sudhakaran Prabhakaran, biólogo de la Universidad de Cambridge que no participó en este estudio. "Esta es una fascinante colaboración interdisciplinaria entre expertos en biología, física y computación, que se unen para explicar un aspecto fundamental de un organismo vivo", concluyó.