Las pandemias y epidemias han desempeñado un papel importante en la configuración de la trayectoria de la historia de la Humanidad. Su capacidad para invadir, infectar y luego devastar rápidamente poblaciones humanas ha dejado, no pocas veces, millones de víctimas muertas a su paso, tal y como ocurrió en el gueto de Varsovia.
Lo que ocurrió en este terrible lugar, donde vivían encerrados 450.000 judíos que los nazis planeaban exterminar a través del hambre y la enfermedad, sirve para comprobar lo habituales y eficaces que han sido las medidas preventivas para luchar contra las enfermedades infecciosas. Algunas de ellas, como las cuarentenas o el distanciamiento, se están implementando en la pandemia de la Covid-19.
Lo que ocurrió en este lugar sirve para comprobar lo habituales y eficaces que han sido las medidas preventivas para luchar contra las enfermedades infecciosas
Entre octubre y noviembre de 1940, la Alemania nazi, que había invadido y anexado a Polonia un año antes, convirtió a una zona de la capital en una gran cárcel: el llamado gueto de Varsovia, donde mantuvo confinado a casi medio millón de judíos, un tercio de su población.

Las malas condiciones de salubridad, la hambruna y una densidad de población de cinco a diez veces mayor que cualquier ciudad actual fueron el caldo de cultivo perfecto para una epidemia de tifus
La causa de esta enfermedad es una bacteria que se transmite a través de los piojos y otros artrópodos, causa fiebre alta, dolor muscular y una erupción cutánea. En esa época mataba a entre el 10% y el 40% de los infectados.
Durante las dos guerras mundiales, millones de personas fallecieron como consecuencia del tifus. Ana Frank, una de las víctimas más famosas del Holocausto nazi, murió a causa de esta enfermedad en el campo de exterminio nazi de Bergen-Belsen, en 1945. Ya durante la Primera Guerra Mundial el tifus había golpeado fuertemente a las tropas en el Frente Oriental, matando a más de 3 millones de personas en países como Rusia, Polonia y Rumania. En este difícil contexto, todo hacía suponer que el tifus arrasaría con la población encerrada en el gueto de Varsovia. No llegó a arrasar, pero fue ciertamente cruel.
Cuando todos esperaban que el frío generara un pico de infecciones, pasó todo lo contrario: la curva comenzó a bajar exponencialmente y la epidemia se redujo hasta detenerse
Se calcula que contrajeron la enfermedad unas 120.000 personas del gueto y que más de 30.000 murieron, a lo que se suman los fallecimientos por la escasez de comida.

Sin embargo, en otoño de 1941 ocurrió el “milagro”. Cuando todos esperaban que el frío generara un pico de infecciones, pasó todo lo contrario: la curva comenzó a bajar exponencialmente y la epidemia se redujo hasta detenerse.
El cronista del gueto de Varsovia, Emanuel Ringelblum, escribía en noviembre de 1941: “La epidemia de tifus ha disminuido un poco, solo en el invierno, cuando generalmente empeora. La tasa de epidemia se ha reducido en un 40 por ciento”.
Las razones del milagro
Según una investigación internacional publicada en 2020 en la revista Science Advances y dirigida por el biomatemático Lewi Stone, que lleva décadas modelando enfermedades, la razón de este “milagro” se debe en las medidas de prevención que implementaron los epidemiólogos y el resto de médicos recluidos en el gueto de Varsovia y que sus habitantes siguieron a rajatabla.
El estudio, titulado "Extraordinaria reducción de la epidemia masiva de tifus en el gueto de Varsovia", reveló que las personas en el gueto intentaron mantener el distanciamiento social.
La razón de este “milagro” se debe en las medidas de prevención que implementaron los epidemiólogos y el resto de médicos recluidos en el gueto de Varsovia y que sus habitantes siguieron a rajatabla
A pesar de que en un área de tan solo 3,4 kilómetros cuadrados vivían cerca de medio millón y el aislamiento social resultaba difícil, los pobladores del gueto de Varsovia se tomaron muy en serio el distanciamiento social. Así, lo explica el estudio: “El distanciamiento social fue considerado de sentido común básico por todos”, aunque no fue obligatorio. Además, “el autoaislamiento domiciliario se puso en práctica”.
“El distanciamiento social fue considerado de sentido común básico por todos”
Por otra parte, la alimentación en el gueto mejoró considerablemente. Y es que en mayo de 1941 los alemanes decidieron que no había que malgastar la fuerza productiva que representaban los judíos y aumentaron las raciones a algunos para que pudieran trabajar.
Esto permitió a los líderes del gueto organizar un "programa de alimentación" que consistía en una red de comedores comunitarios. Así se mejoró la nutrición general. Por otra parte, se organizaron cursos para educar sobre salud e higiene, y se conformaron brigadas que pasaban a inspeccionar las casas.

Incluso se creó una universidad clandestina para formar a jóvenes estudiantes de medicina y se emprendieron estudios científicos sobre el fenómeno del hambre y las epidemias.
Los investigadores destacan la labor del Departamento y el Consejo de Salud, que desarrolló “programas y medidas de saneamiento complejos y muy elaborados con el objetivo de erradicar el tifus. Esto demuestra la plausibilidad de nuestro argumento de que la epidemia de tifus del gueto de Varsovia se redujo mediante los intentos de actividades antiepidémicas de la comunidad”.
Para recalcar que todas estas medidas combinadas lograron contener al tifus. "No existen otras hipótesis alternativas razonables para explicar la pronta desaparición de la epidemia al comienzo del invierno", concluyen en su trabajo, que se publicó en el mes de julio pasado.

Según sus cálculos, sin las medidas de prevención de de salud pública, las infecciones en el gueto de Varsovia hubieran sido "dos a tres veces más altas", por lo que lograron evitar "una catástrofe".
Sin las medidas de prevención de de salud pública, las infecciones en el gueto de Varsovia hubieran sido "dos a tres veces más altas", por lo que lograron evitar "una catástrofe"
Los residentes del gueto de Varsovia desconocían por completo lo que se había logrado. Hoy a todos nos deben servir de ejemplo para continuar con la lucha para contener la Covid-19.