Un extraño animal parecido a un pez puede ser uno de nuestros antepasados ​​​​más antiguos

Un extraño animal extinto, cuyos fósiles han desconcertado a los científicos durante más de un siglo, puede haber encontrado finalmente su lugar en el árbol de la vida.

Vicente Alcaíde

Diagrama de los huesos de la cabeza del extraño animal.
Diagrama de los huesos de la cabeza del extraño animal.

El pequeño animal parecido a un pez se llama Palaeospondylus gunni, fue descubierto por primera vez en fósiles en Escocia en 1890 y vivió hace, aproximadamente, 390 millones de años durante el Devónico medio.

Los científicos creen que fue uno de los primeros ancestros de los tetrápodos, animales con cuatro extremidades, incluidos los humanos

Ahora, según un nuevo análisis de fósiles bien conservados, los científicos creen que fue uno de los primeros ancestros de los tetrápodos, animales con cuatro extremidades, incluidos los humanos.

"Este extraño animal ha desconcertado a los científicos desde su descubrimiento en 1890 como un rompecabezas que ha sido imposible de resolver", dice la física Daisy (Yuzhi) Hu, de la Universidad Nacional de Australia.

"Las comparaciones morfológicas de este animal siempre han sido extremadamente desafiantes para los investigadores. Sin embargo, las recientes mejoras en la segmentación y visualización 3D de alta resolución han hecho posible esta tarea que antes era imposible”.

Hay varias razones por las que clasificar a este animal ha sido tan problemático. Los fósiles son abundantes, pero debido a que Palaeospondylus era tan pequeño y sus restos estaban tan dañados, reconstruir su anatomía craneal resultó enormemente difícil.

Los fósiles de este extraño animal son abundantes, pero se encouentran muy dañados.
Los fósiles de este extraño animal son abundantes, pero se encouentran muy dañados.

Además, su anatomía comparte características con los peces con mandíbula y sin mandíbula, además de una falta total de dientes y huesos dérmicos conservados en el registro fósil.

El equipo de investigación, dirigido por el paleontólogo Tatsuya Hirasawa, de la Universidad de Tokio y RIKEN, en Japón, intentó resolver estos problemas buscando especímenes excepcionales, con las cabezas aún firmemente incrustadas y escondidas en la roca.

"La elección de los mejores especímenes para los escaneos de micro-CT y el recorte cuidadoso de la roca que rodea el cráneo fosilizado nos permitió mejorar la resolución de los escaneos"

"La elección de los mejores especímenes para los escaneos de micro-CT y el recorte cuidadoso de la roca que rodea el cráneo fosilizado nos permitió mejorar la resolución de los escaneos", apunta Hirasawa. "Aunque no es una tecnología punta, estos preparativos fueron sin duda claves para nuestro logro", añade.

Luego, los investigadores estudiaron los fósiles con tomografía microcomputadora de rayos X de radiación de sincrotrón, lo que les permitió obtener imágenes de los fósiles en una resolución exquisita sin destruirlos, para realizar un examen y una reconstrucción exhaustivas.

Incluso sin dientes ni huesos dérmicos, los resultados son bastante sorprendentes. En el cráneo del extraño animal, el equipo encontró tres canales curvos, consistentes con las orejas internas de los vertebrados con mandíbula.

Otras características del cráneo de Palaeospondylus se parecían a los de otros dos peces antiguos, casi contemporáneos, Eusthenopteron y Panderichthys.

El cráneo reconstruido de Palaeospondylus.
El cráneo reconstruido de Palaeospondylus.

Éstos tenían rasgos similares a los observados en los tetrapodomorfos.

Sin embargo, la falta de dientes y huesos dérmicos en Palaeospondylus presenta un problema. Los tetrapodomorfos suelen tener estas características, y otros animales contemporáneos de este extraño pececito también las tenían.

Un tetrapodomorfo juvenil

Palaeospondylus se piensa que se parece a un tetrapodomorfo juvenil, uno que no ha desarrollado todas sus características adultas. Esto podría explicarse si tomó un camino evolutivo diferente, uno con desarrollo retrasado o detenido.

"La extraña morfología de Palaeospondylus, que es comparable a la de las larvas de tetrápodos, es muy interesante desde el punto de vista genético del desarrollo"

Se desconoce si los dientes y las mandíbulas simplemente se desarrollaron más lentamente o si se perdieron por completo, pero podría representar una peculiaridad evolutiva que hizo que el extraño animal se desarrollara de otras maneras, señalan los investigadores, tal vez hacia la evolución de las extremidades.

También aseguran que continuarán investigando a esta criatura para confirmar de manera más definitiva su posición en el árbol genealógico de los animales.

"La extraña morfología de Palaeospondylus, que es comparable a la de las larvas de tetrápodos, es muy interesante desde el punto de vista genético del desarrollo", afirma Hirasawa. "Teniendo esto en cuenta, continuaremos estudiando la genética del desarrollo que provocó éste y otros cambios morfológicos que ocurrieron en la transición del agua a la tierra en la historia de los vertebrados", añade.

La investigación ha sido publicada en Nature.

Fuente: Science Alert.