En la hibernación, las ardillas de tierra se mantienen en forma al reciclar la urea, el compuesto principal en la orina, con la ayuda de sus microbios intestinales.
Cuando los animales hibernan, entran en un estado de animación suspendida, lo que reduce su uso de energía y la ingesta de alimentos. Pero, la falta de alimentos puede conducir a una escasez de nitrógeno, un componente esencial para establecer y mantener los músculos.
Durante la hibernación, sus microbiomas intestinales cosechan nitrógeno de la urea, que suele ser un producto de desecho
Recientemente, Matthew Regan, de la Universidad de Montreal, Canadá, y sus colegas han descubierto cómo las ardillas terrestres de trece líneas (Ictidomys tridecemlineatus) superan el problema. Durante la hibernación, sus microbiomas intestinales cosechan nitrógeno de la urea, que suele ser un producto de desecho.
Regan y su equipo examinaron varios grupos de ardillas terrestres en varias etapas de sus ciclos de hibernación, pero le dieron a la mitad de los animales antibióticos que agotan el microbioma. En los ejemplares no tratados, los investigadores rastrearon compuestos de nitrógeno como el amoníaco y la glutamina desde los estómagos de las ardillas hasta los músculos y las proteínas en sus hígados. Para las agotadas, estos compuestos no se encontraron en cantidades significativas en sus músculos e hígado.

“Los microbios son importantes en todo esto, porque tienen la capacidad de descomponer la urea en sus componentes, liberando nitrógeno, para luego volver a utilizarlo en un momento en el que el animal ya no recibe nitrógeno nuevo”, dice Regan.
Las bacterias que comen urea también se benefician de este proceso, lo que podría explicar cómo se produjo el acuerdo de beneficio mutuo. “Es una simbiosis que les permite a ambos emerger efectivamente de la hibernación en buena forma”, explica.
Comprender cómo los microbiomas de éstas reciclan la urea podría ayudarnos a mitigar la pérdida muscular y el agotamiento de nutrientes en una amplia variedad de escenarios
Los humanos también han demostrado la capacidad de recuperar nitrógeno de la urea, aunque no en cantidades tan significativas como las que se ven en las ardillas. Comprender cómo los microbiomas de éstas reciclan la urea podría ayudarnos a mitigar la pérdida muscular y el agotamiento de nutrientes en una amplia variedad de escenarios, incluida la pérdida muscular asociada con la vejez y con los vuelos espaciales en microgravedad.
“Podemos mirar a estos animales para aprender mucho sobre la biología básica del reciclaje de nitrógeno”, dice Kevin Kohl, de la Universidad de Pittsburgh, en Pensilvania.
Fuente: Scientific American.