La ruta de los vinos de Alsacia es una de las más antiguas de Francia. A lo largo de sus 170 kilómetros, los viticultores dispensarán una cálida bienvenida para hablarte de su bonita profesión. En diferentes momentos del año, los pueblos se animan para celebrar las famosas Fiestas del vino.
Alsacia descubre estos pueblos, que albergan acogedores mesones con distintivos históricos e inimitables casas apiñadas en torno a un campanario
Al pie de las pendientes arboladas de los Vosgos dominadas por misteriosos castillos, Alsacia descubre estos pueblos, que albergan acogedores mesones con distintivos históricos e inimitables casas apiñadas en torno a un campanario. Sin duda, seducirán a quienes se hayan tomado un tiempo para detenerse en ello.
Inaugurada en 2013, con motivo del 60 aniversario de la célebre Ruta de los Vinos de Alsacia, la ciclovía del Viñedo de Alsacia transcurre a lo largo de este itinerario bucólico por pueblos típicos y sus joyas vinícolas.
De la catedral de Estrasburgo al viñedo de la Couronne d’or

A los pies de la imponente catedral de Estrasburgo, punto de partida de este itinerario, resulta difícil no quedar impresionado por los cinco siglos de historia que muestra con orgullo su fachada gótica esculpida. Tras subir unos cuantos escalones (¡332, nada menos!), desde la terraza panorámica se puede apreciar otra perspectiva totalmente diferente de la ciudad.
Senderos vinícolas esperan para descubrir los vinos de la “capital de Europa”
De regreso a tierra firme, las manos en el manillar, hay que dirigirse al viñedo de Estrasburgo, puerta de entrada Norte de la Ruta de los Vinos, en Marlenheim. Senderos vinícolas esperan para descubrir los vinos de la “capital de Europa”
Dominar las viñas desde el torreón de Obernai

La primera etapa transcurre en Obernai, a unos treinta kilómetros de Estrasburgo. Detrás de las murallas de esta antigua localidad medieval se ocultan unas casas con entramado de madera de vivos colores y con ventanas decoradas con flores, así como verdaderas joyas arquitectónicas, como el ayuntamiento de estilo renacentista y el sublime torreón de gres rosa, que los alsacianos denominan Kappelturm.
En la Edad Media, la fama de su vino era tal que se servía en las más destacadas mesas imperiales
Pero, en Obernai, la arquitectura no es el único atractivo de la localidad. En la Edad Media, la fama de su vino era tal que se servía en las más destacadas mesas imperiales. Tras haber puesto pie a tierra, se puede proseguir la visita por el viñedo que rodea la ciudad, siguiendo un circuito pedestre señalizado que permitirá conocer todos sus secretos.
Descubrir los grandes vinos partiendo de Barr

Tras Obernai, Barr es otra etapa destacada para sumergirse en la historia de Alsacia. Más desconocido, pero notablemente bien conservado, este pueblo lleno de encanto también cuenta con numerosas casas con entramado de madera, típicas de la región. En la plaza del ayuntamiento, la casa consistorial, construida sobre las ruinas de un castillo destruido por las llamas, se merece con creces su declaración de monumento histórico, con su fachada de estilo renacentista y su balcón de 1604.
Esta colina, donde crece la viña, ha dado nombre a un gran vino que se puede adquirir en una de las numerosas bodegas de la localidad
La visita prosigue hasta la iglesia del pueblo, desde donde se puede disfrutar de unas vistas magníficas de Kirchberg. Esta colina, donde crece la viña, ha dado nombre a un gran vino que se puede adquirir en una de las numerosas bodegas de la localidad.
El Castillo de Koenigsbourg

El paseo en bicicleta termina tras 70 kilómetros en la fortaleza del Alto Koenigsbourg, que se alza sobre una roca a cerca de 800 metros. Su arquitectura, que es un testimonio de las rivalidades entre señores y su sucesión de ilustres propietarios, sirvió de decorado al director Jean Renoir para su obra maestra “La gran ilusión”. Puente levadizo, sala de armas y torreón muestran cómo era esta época fascinante.
La visita a las bodegas permitirá descubrir los vinos procedentes del terruño del Alto Koenigsbourg, entre ellos el Grand Cru del Praelatenberg, verdadero orgullo local
Para terminar a lo grande, el ciclista en esta ruta por Alsacia tiene una cita a cinco kilómetros, en Orschwiller, que alberga numerosas propiedades vinícolas. La visita a las bodegas permitirá descubrir los vinos procedentes del terruño del Alto Koenigsbourg, entre ellos el Grand Cru del Praelatenberg, verdadero orgullo local, con razón.
Fuente: Explore France.