Construir una estación espacial es un gran logro, señala Paulo de Souza, quien desarrolla tecnologías espaciales en la Universidad Griffith en Gold Coast, Australia. “Es excepcional.” Tiangong (Palacio celestial) “ha abierto un nuevo patio de recreo científico para los investigadores chinos”, agrega.
Los científicos de otros países también tendrán acceso a este laboratorio en órbita
Sin embargo, los científicos de otros países también tendrán acceso a este laboratorio en órbita, apunta Brad Tucker, astrofísico de la Universidad Nacional de Australia en Canberra. China ha seleccionado nueve experimentos internacionales, a través de un proyecto de colaboración con las Naciones Unidas, desarrollado por investigadores de Japón, Rusia, India y México, entre otros.
Más de 20 minilaboratorios
El módulo final, Mengtian, lanzado el pasado lunes y que concluyó el martes su acoplamiento con el resto de la terminal, es uno de los dos diseñados para albergar experimentos científicos; el otro, Wentian, se lanzó en julio. Juntos, Mengtian y Wentian forman los brazos de la estación espacial, acoplados con el módulo central, Tianhe, que ha estado orbitando la Tierra desde abril de 2021.

Mengtian es crucial para restaurar la simetría de la estación, que estaba “volando de forma torcida, lo que requiere mucha energía para mantenerse orientado”, explica Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian en Cambridge, Massachusetts.
Varias misiones de carga y astronautas ya han visitado el puesto avanzado, y ahora vive allí una tripulación de tres personas.
A bordo hay más de 20 minilaboratorios equipados con centrífugas, cámaras frigoríficas que alcanzan temperaturas de hasta -80 °C, un horno de alta temperatura, múltiples láseres y un reloj atómico óptico
A bordo hay más de 20 minilaboratorios equipados con centrífugas, cámaras frigoríficas que alcanzan temperaturas de hasta -80 °C, un horno de alta temperatura, múltiples láseres y un reloj atómico óptico. Éstos se utilizarán para realizar experimentos similares a los realizados en la Estación Espacial Internacional (ISS), incluidas investigaciones sobre cómo el confinamiento a largo plazo en la órbita terrestre baja afecta la salud de los astronautas, cómo prevenir incendios en diversos materiales y las propiedades cuánticas de los gases.
Tres instalaciones ubicadas en el exterior de la estación ayudarán a estudiar los efectos de la radiación cósmica en plantas y microorganismos.

China no es socio en la ISS y sus astronautas no han podido acceder a la estación. Las reglas estadounidenses prohíben que la NASA, una agencia participante en la ISS, participe en asociaciones bilaterales con China.
Un nuevo laboratorio espacial significa que los investigadores pueden repetir los experimentos que se han realizado en la ISS, para probar si los resultados se pueden reproducir, señala De Souza.
Experimentos en abundancia
Ya están en marcha más de 25 proyectos de investigación, incluidos aquellos para estudiar los efectos de la microgravedad en las células vegetales, los huesos y los músculos, así como en los materiales fundidos, junto con experimentos de cristalización de proteínas, desvela Zhang Wei, director de Tecnología y Centro de Ingeniería para la Utilización del Espacio, Academia de Ciencias de China, en Beijing.
La tripulación llevó unas 12.000 semillas, incluidas semillas de alfalfa, avena y hongos, a la estación espacial, exponiéndolas a la radiación cósmica y la microgravedad durante seis meses
Los medios de comunicación estatales chinos también informaron que la tripulación llevó unas 12.000 semillas, incluidas semillas de alfalfa, avena y hongos, a la estación espacial, exponiéndolas a la radiación cósmica y la microgravedad durante seis meses, antes de devolverlas en abril para plantarlas en la Tierra.
Fuente: Nature.