El surf en España comenzó a popularizarse influenciado por Biarritz, donde la práctica ya se había asentado; la similitud de las condiciones del mar y su proximidad a la península, comenzó a crecer en el norte del país y se extendió más tarde por todo el territorio.
Hoy, desvelamos cinco playas paradisíacas para practicar el surf, que poseen rincones casi desiertos y desconocidos, que harán sentir a cualquiera que se ha trasladado a algún lugar perdido del mundo.
1. Playa de Zumaia, País Vasco
El norte de España es la zona por excelencia para hacer surf. Zumaia, situada en la costa guipuzcoana, es uno de los lugares preferidos por los surfistas profesionales y aficionados, no sólo por las potentes olas que se forman, gracias al terreno rocoso cuando el viento sopla en la dirección adecuada, sino también por el paisaje que ofrece.
Un espacio inmenso, abierto al mar en forma de media luna, rodeado de acantilados, formaciones rocosas y vegetación, es lo que brinda Zumaia
Un espacio inmenso, abierto al mar en forma de media luna, rodeado de acantilados, formaciones rocosas y vegetación, es lo que brinda Zumaia, que además cuenta con un espectáculo geológico llamado flysch, que es un conjunto de formaciones rocosas de rocas duras que se alternan con otras más blandas formando láminas, que una tras otra, se extienden a lo largo de ocho kilómetros. Éstas tienen un origen prehistórico y fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2015.

Es una playa muy concurrida, sobre todo en los meses de verano, por surfistas locales y extranjeros que no pueden dejar de cabalgar estas olas vascas, por lo que verla vacía es complicado, sin embargo, muy cerca de ésta, hay caminos escondidos y conocidos por muy pocos que son perfectos para descansar después de surfear.
Lo primero que hay que hacer es llegar a la Iglesia de San Telmo, y seguir caminando, dejándola atrás, hacia el mirador. Una vez allí, se puede ver a la izquierda, desde arriba, una pequeña entrada de agua en el mar en forma de semicírculo, que parece sacada de una película y que es perfecta para descansar, bañarse y tumbarse a tomar el sol cuando la marea está baja. Se accede a ella por un camino de tierra que desciende hasta la orilla.
2. Playa de Salinas, Asturias
Quien visite Asturias, también puede encontrar playas paradisíacas para hacer surf, de hecho, la Playa de Salinas también es conocida como "la ciudad del surf", lo que dice mucho de la calidad del sitio.
Está situada en la costa central de Asturias, muy cerca de Avilés, y es uno de los destinos estrella para los surfistas de todo el mundo. Se extiende a lo largo de dos kilómetros y medio y está dividida en tres zonas: la de los bañistas, la de los surfistas locales y la de las escuelas de surf.
Salinas también es conocida por su festival de longboard, que se celebra cada verano y que llena la ciudad de camiones y tablas de surf, desprendiendo un aura relajada y ligeramente hippie
Salinas también es conocida por su festival de longboard, que se celebra cada verano y que llena la ciudad de camiones y tablas de surf, desprendiendo un aura relajada y ligeramente hippie que merece la pena experimentar.

Hay un pequeño espacio aislado del exterior, entre rocas, y con un suelo pedregoso que ofrece las mejores puestas de sol, el mejor olor a mar y el mejor sonido del mundo
A la izquierda del Museo de Anclas Philippe Cousteau, casi saliendo de Salinas, hay un pequeño espacio aislado del exterior, entre rocas, y con un suelo pedregoso que ofrece las mejores puestas de sol, el mejor olor a mar y el mejor sonido del mundo.
3. Playa de Mundaka, País Vasco
La Playa de Mundaka, situada en Vizcaya, en la desembocadura de la ría de Urdaibai, genera una de las mejores olas de Europa, por la que ya han pasado los mejores surfistas del mundo.
"La extraordinaria calidad de la ola de Mundaka fue descubierta por surfistas extranjeros que la mantuvieron en secreto durante mucho tiempo, como un pequeño paraíso escondido en un pequeño rincón de la Península Ibérica"
Craig Sage, un surfista australiano que viajaba en busca de olas, llegó a España y, en un libro titulado "Mundaka surfing for a living", asegura que: "La extraordinaria calidad de la ola de Mundaka fue descubierta por surfistas extranjeros que la mantuvieron en secreto durante mucho tiempo, como un pequeño paraíso escondido en un pequeño rincón de la Península Ibérica".

Por otro lado, una vez más, el entorno natural que rodea el lugar no puede ser más acogedor; los colores de la arena son oscuros y muchas veces se pueden ver barcos blancos, rojos y azules varados en la arena, algunos desgastados. Si se investiga un poco y se camina no sólo por la playa principal, se pueden encontrar rincones vacíos y pequeñas rías que tienen formaciones rocosas o pequeños bosques.
4. Playa del Confital, Islas Canarias
La Playa del Confital también está considerada como una de las mejores playas europeas. Ofrece tubos y olas de gran tamaño y paredes prácticamente verticales en días de buenas condiciones atmosféricas. Además, tiene la suerte de no estar tan directamente afectado por los vientos alisios que azotan Gran Canaria, por lo que normalmente se puede surfear bien. En ocasiones, ha sido cuna de campeonatos de surf, como el Red Bull Rival, o las pruebas WQS y ASP.

Esta playa es muy popular entre los locales y los surfistas de la zona, normalmente en los meses de septiembre y mayo, cuando se crean las olas de mayor calidad. Éstas rompen en un fondo volcánico poco profundo. Las características del entorno y los alrededores tienen el potencial de hacer de El Confital una playa paradisíaca, si no fuera por la cantidad de gente que la visita.
5. Playa de Famara, Islas Canarias
Algunos medios de comunicación también llaman a Famara "el Hawái de Europa". Se encuentra en Lanzarote, en el noroeste de la isla, dentro del Parque Natural del Archipiélago Chinijo. Tiene una dimensión de algo más de tres kilómetros y la arena que la recorre es completamente blanca.
Ofrece un paisaje volcánico inédito, que combina playas con fondos rocosos, perfectas para los surfistas profesionales
Esta zona ofrece un paisaje volcánico inédito, que combina playas con fondos rocosos, perfectas para los surfistas profesionales, pero también con fondos arenosos, para los más aficionados. Este tipo de terreno también se puede ver en la superficie, alternando entre montañas y dunas.

Además, Famara, a pesar de ofrecer un surf de muy buena calidad y ser muy conocida, no es una playa masificada, por lo que se puede disfrutar de su magnífico paisaje frente a La Graciosa.
Fuente: The Indian Face.