Los calamares vampiros no solo no se dan un festín con la sangre de las presas acuáticas, sino que ni siquiera cazan de forma convencional. En cambio, navegan pacíficamente por las aguas profundas y dejan que les llegue la comida. En su mayoría, subsisten con nieve marina, pequeños trozos de material muerto que se filtran desde arriba, que recogen con filamentos pegajosos en sus dos tentáculos más largos. Sin embargo, su estilo de vida pacífico parece haber sido un cambio evolutivo relativamente reciente.
Alison Rowe, de la Universidad de la Sorbona, y sus colegas, analizaron recientemente al antepasado jurásico del calamar vampiro, Vampyronassa rhodanica, y descubrieron que podrían haber sido asesinos brutales. Sus hallazgos fueron publicados en la revista Scientific Reports.
Los avances en los instrumentos científicos permitieron un nuevo análisis que reveló mucho más sobre las especies antiguas
Los fósiles de Vampyronassa rhodanica fueron descubiertos en el sitio de La Voulte-sur-Rhône, en la región de Ardèche en Francia, y están increíblemente conservados. Los tejidos blandos de los cefalópodos normalmente no se prestan a ello. La mayoría de las veces, lo mejor que los paleontólogos pueden esperar son impresiones en el sedimento, pero este lugar es conocido por preservar especímenes en tres dimensiones. Éstos se describieron por primera vez en 2002, sin embargo, los avances en los instrumentos científicos permitieron un nuevo análisis que reveló mucho más sobre las especies antiguas.

“Utilizamos poderosas técnicas de imágenes de rayos X en el Muséum National d'Histoire Naturelle (MNHN) en París, la Instalación Europea de Radiación Sincrotrón (ESRF) en Grenoble y el Museo Americano de Historia Natural (AMNH) en Nueva York para escanear fósiles. y especímenes modernos. Esto nos permitió observar estructuras internas nunca antes vistas de los fósiles, así como ver la anatomía del tejido blando externo con una resolución mucho mejor”, señaló Rowe a SYFY WIRE.
La clave entre ellos fueron los cambios en los dos tentáculos más largos
La comparación de las características del extinto Vampyronassa rhodanica y el calamar vampiro moderno reveló una serie de características en los ancestros del Jurásico que no son evidentes en sus parientes vivos. La clave entre ellos fueron los cambios en los dos tentáculos más largos. Si bien hoy en día se utilizan para recolectar alimentos de forma pasiva en las profundidades del océano, hace millones de años estaban equipados con potentes ventosas que, probablemente, se usaron para cazar presas de forma activa.

Más cerca de los pulpos que de los calamares
No está claro qué impulsó el cambio de depredador que vaga por el océano a pacifista de las profundidades marinas, pero los científicos sospechan que puede deberse a la competencia de otras especies. Comprender su historia se complica aún más por su posición única en la familia de los cefalópodos. El nombre de calamar vampiro es un nombre inapropiado de arriba a abajo. No solo no son vampíricos, sino que tampoco son calamares.
"Cuenta con sus propias características que no se ven en otras formas modernas, como su tipo único de accesorio de ventosa, que ahora también hemos identificado en V. rhodanica"
“Está más cerca de los pulpos que de los calamares. Al igual que los octópodos, tiene ocho brazos, pero también dos filamentos que son homólogos en el desarrollo de éstos, lo que lo hace algo comparable al calamar o la sepia que tiene diez. Cuenta con sus propias características que no se ven en otras formas modernas, como su tipo único de accesorio de ventosa, que ahora también hemos identificado en V. rhodanica, y su gladius, que es una especie de caparazón orgánico interno”, detalla Alison Rowe.
Fuente: Syfy.