En una pequeña isla frente a la costa oeste de Sicilia, una enorme piscina hace mucho tiempo mostraba los reflejos repletos de estrellas de los dioses.
Los científicos han pensado durante mucho tiempo que una antigua cuenca rectangular, en la isla de Motya, sirvió como un puerto interior artificial, o tal vez un dique seco, para los marineros fenicios hace aproximadamente 2.550 años. En cambio, la estructura llena de agua es la piscina sagrada más grande conocida del antiguo mundo mediterráneo, dice el arqueólogo Lorenzo Nigro, de la Universidad Sapienza de Roma.
Los fenicios, que adoptaron influencias culturales de muchas sociedades mediterráneas en sus viajes por mar, pusieron la piscina en el centro de un complejo religioso en una ciudad portuaria también llamada Motya, informó Nigro en la Antigüedad de abril.
La piscina y tres templos cercanos se alinearon con las posiciones de estrellas y constelaciones específicas en días clave del año, como los solsticios de verano e invierno
La piscina y tres templos cercanos se alinearon con las posiciones de estrellas y constelaciones específicas en días clave del año, como los solsticios de verano e invierno, encontró Nigro. Cada uno de esos cuerpos celestes estaba asociado con un dios fenicio en particular.

Por la noche, la superficie reflectante de la piscina, que era un poco más larga y ancha que una piscina olímpica, se utilizó para hacer observaciones astronómicas marcando las posiciones de las estrellas con los polos, sospecha Nigro. Los descubrimientos del puntero de un instrumento de navegación en un templo y la estatua desgastada de un dios egipcio asociado con la astronomía encontrada en una esquina de la piscina apoyan esa posibilidad.
Fue un arqueólogo que exploró Motya hace aproximadamente un siglo quien describió por primera vez la gran piscina como un puerto que se conectaba al mar por un canal. Un puerto similar había sido descubierto previamente en Cartago, una ciudad fenicia en la costa del norte de África.
Él y su equipo drenaron temporalmente la cuenca, demostrando que en su lugar se alimenta de manantiales naturales
Pero, las excavaciones y la datación por radiocarbono realizadas en Motya desde 2002 por Nigro, trabajando con la Superintendencia de Trapani en Sicilia y la Fundación G. Whitaker en Palermo, han anulado esa opinión.
"La piscina no podría haber servido como puerto, ya que no estaba conectada al mar", dice el arqueólogo. Él y su equipo drenaron temporalmente la cuenca, demostrando que en su lugar se alimenta de manantiales naturales. Solo después de que los invasores griegos conquistaron Motya, en una batalla que terminó en 396 a.C., se cavó un canal desde la piscina hasta una laguna cercana, según descubrió el grupo de Nigro.

El dios fenicio Ba'al
Los fenicios se asentaron en Motya entre los años 800 a.C. y 750 a.C. La piscina sagrada, que incluye un pedestal en el centro que originalmente sostenía una estatua del dios fenicio Ba'al, fue construida entre 550 a.C. y 520 a.C., señala Nigro. Dos pistas sugirieron este hecho. Primero, después de drenar la piscina, el equipo de arqueólogos encontró un bloque de piedra con los restos de un gran pie esculpido en el borde de la cuenca. Y, segundo, una inscripción en un pequeño pozo en una esquina incluye una dedicatoria a Ba'al, un dios fenicio primario.
La capacidad de incorporar las deidades de otras personas en su propia religión "fue probablemente una de las claves del éxito de los fenicios en todo el Mediterráneo"
Los dioses adorados por los fenicios en Motya y en otros lugares se identificaban estrechamente con los de otras sociedades mediterráneas. Por ejemplo, Ba'al era una contraparte cercana del héroe divino Hércules en la mitología griega.
La capacidad de incorporar las deidades de otras personas en su propia religión "fue probablemente una de las claves del éxito de los fenicios en todo el Mediterráneo", apunta la arqueóloga Susan Sherratt, de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, que no participó en el nuevo estudio.
Una cultura extendida en el Mediterráneo
Los comerciantes marineros, ahora llamados fenicios, vivían en ciudades del Mediterráneo oriental fundadas hace más de 3.000 años. Éstos establecieron asentamientos desde Chipre hasta la costa atlántica de España. Algunos investigadores sospechan que los fenicios carecían de una identidad cultural o étnica unificadora.

Nigro no está de acuerdo. Los fenicios desarrollaron un sistema de escritura influyente y hablaban una lengua semítica común, marcadores clave de una cultura común del Mediterráneo oriental, sostiene. A medida que estos marinos se asentaron en islas y regiones costeras que se extienden hacia el oeste a través del Mediterráneo, crearon culturas híbridas con grupos nativos, sospecha Nigro.
Las excavaciones de Motya indican que los recién llegados fenicios crearon una cultura occidental distintiva
Las excavaciones de Motya indican que los recién llegados fenicios crearon una cultura occidental distintiva, a través de interacciones con personas que ya vivían allí. La cerámica y otros artefactos señalan que grupos de Grecia, Creta y otras regiones mediterráneas se asentaron periódicamente en la isla desde hace unos 4.000 años. Los objetos metálicos y otros restos culturales de varias etapas muestran influencias de todos los rincones del Mediterráneo.
Aunque aún se desconoce mucho sobre la vida política y social en Motya, sus fundadores fenicios supervisaron un experimento de tolerancia cultural que duró al menos 400 años, confiesa Nigro.
Fuente: ScienceNews.