Los huesos de criaturas parecidas a caballos desenterrados en una tumba real de 4.500 años de antigüedad en Siria son los primeros animales híbridos conocidos criados por personas, con secuencias de ADN que muestran que son cruces de burros y asnos salvajes sirios.
El descubrimiento sugiere que la civilización temprana en lo que hoy es Siria era "realmente avanzada tecnológicamente", dice Eva-Maria Geigl, de la Universidad de París en Francia.
En 2006, se encontraron los esqueletos completos de 25 animales en un complejo funerario real de 4.500 años de antigüedad, llamado Tell umm el-Marra, en el norte de Siria. Los arqueólogos estaban perplejos porque parecían caballos, pero tenían diferentes proporciones, y no se pensaba que éstos se hubieran introducido en el área hasta 500 años después.
Descubrieron que eran híbridos del burro doméstico y el salvaje sirio, que se extinguió el siglo pasado
Para averiguar qué eran los animales, Geigl y sus colegas secuenciaron el ADN de sus huesos y lo compararon con los genomas de otras especies similares a los caballos de la región.
Descubrieron que eran híbridos del burro doméstico y el salvaje sirio, que se extinguió el siglo pasado. Fue posible secuenciar el ADN del salvaje sirio utilizando dientes del siglo XIX y especímenes de pelo alojados en un zoológico austriaco y un hueso de 11.000 años de antigüedad desenterrado en Turquía.

Los kungas
Los investigadores creen que los animales híbridos son ejemplos de "kungas", misteriosas criaturas parecidas a caballos con colas de burro que aparecen a principios de la Edad de Bronce en Siria y Mesopotamia
Los kungas eran muy apreciados y costaban seis veces más que los burros. Se usaban para tirar de vehículos reales y vagones de guerra y como dotes para matrimonios reales
Según las tablillas de arcilla de la época, los kungas eran muy apreciados y costaban seis veces más que los burros. Se usaban para tirar de vehículos reales y vagones de guerra y como dotes para matrimonios reales.
Geigl cree que la gente en la región puede haber comenzado a cruzar burros con asnos salvajes sirios después de verlos aparearse por casualidad y producir descendencia con cualidades deseables.
Los burros tienen un temperamento tranquilo, pero son demasiado lentos para los campos de batalla, mientras que los asnos salvajes sirios eran rápidos, pero demasiado salvajes y agresivos para ser domesticados, por lo que el híbrido de kunga puede haber equilibrado los dos, señala Geigl.

"Pero criarlos no habría sido fácil, porque se habrían necesitado estrategias especiales para capturar los asnos salvajes sirios, que eran muy rápidos, y llevarlos a las burras hembra para que pudieran producir los híbridos", explica.
Una vez que los caballos se introdujeron en la región hace unos 4.000 años, la cría de kunga probablemente cesó, porque éstos podían cumplir los mismos roles y reproducirse por sí mismos, dice el coautor del estudio Andy Bennett, de la Universidad de París. "Los kungas probablemente eran mucho trabajo para criar y simplemente no eran tan buenos como los caballos", indica.
Fuente: NewScientist.