...corazones no sabemos. Mejor dicho no pudimos encontrar para este
Jetta que registró 338.15 km/h en la tierra de los récords: Bonneville. Rompió la marca en la clase BGC/G de la Southern California Timing Association, que era de 333.55 km/h. Al volante iba el veterano de las carreras en la sal Scott Goetz y… ¡nosotros!
Por Patricio Ortiz Monasterio.
Récord para el Jetta
El 19 de septiembre Volkswagen anunció que el
Jetta Bonneville acababa de registrar un nuevo récord en el evento
World of Speed de la
Utah Salt Flats Racing Association (USFRA).

Volkswagen Jetta Bonneville
Esto fue en los alrededores de
Wendover, un pueblito muy pequeño conocido por tener tres hoteles casino -los únicos en cientos de millas, donde se dan cita los habitantes de las ciudades cercanas para “invertir” su sueldo en el juego-, ¡y claro!, ¿cómo no?, por ofrecer a los amantes de la velocidad un área inmensa de planos de sal denominada
Bonneville Speedway, donde se lleva al límite todo lo que tenga ruedas.
Aquel día pasó a la historia el experto en estos menesteres
Scott Goetz, al hacer una milla a una velocidad de
210.16 mph, al día siguiente, ¡nosotros!, pues pudimos manejarlo e intentar logran la proeza con nuestras manos.

Volkswagen Jetta Bonneville
Hace algunos meses el Volkswagen del cual todo mundo hablaba era el
I.D. R Pikes Peak, el imponente eléctrico en el cual
Romain Dumas logró el tiempo récord en la mítica pista de Pikes Peak, esta vez hablamos de un “Jettita”, “casi igual” al que vemos todos los días rodar por nuestras calles, por lograr el récord en la categoría
BGC/G (Blown Gas Coupé) o en lenguaje Bonneville “
Auto Modificado de Techo Fijo con Motor Turbocargado”, categoría de Sedanes y Coupés de Producción modificados.
“Casi igual”
Efectivamente, este rompe récords cuenta con la base del
Jetta común de producción, incluyendo el motor EA888 2.0 TSI, pero eso sí, modificado para desarrollar
600 caballos, con otros pistones, bielas, válvulas, árbol de levas, un turbo Borg-Warner de gran tamaño y un intercooler muy interesante que utiliza agua y hielo de la gasolinera más cercana para funcionar, mismo que en cada corrida hay que rellenar. Pero el bloque es el de serie, al igual que el chasís.

Volkswagen Jetta Bonneville
Obvio, la suspensión tuvo diversos ajustes con resortes y amortiguadores especiales, va mucho más bajo, recibió un nuevo juego de llantas específicas para el desierto de sal que son similares a las de un avión, con dibujo longitudinal para generar menos fricción (modelo Goodyear Bias-Ply especiales para dragster), y se le añadió un diferencial autoblocante para ayudar a la tracción.
La caja de velocidades es una transmisión también de serie manual de seis velocidades, ya que una DSG no aguantaba los 542 Nm (400 lb-pie) de torque.

Volkswagen Jetta Bonneville
El interior fue removido y equipado con más aditamentos de seguridad como una jaula antivuelcos, asiento de carreras, arnés y sistema de supresión de incendios. Del equipo original solamente encontramos el tablero y las tapas de las puertas. Para ayudar a reducir la velocidad, el Jetta Bonneville incluye un
par de paracaídas para frenarlo.

Volkswagen Jetta Bonneville
Sobre modificaciones aerodinámicas del coche, las únicas son un faldón en la parte delantera para evitar la entrada de aire a la parte baja del auto, además de los espejos retrovisores que fueron removidos y los tapones de las llantas que ahora son de aluminio liso recordando a los autos de la década de los 50; todo esto ayuda al carro a ser más limpio aerodinámicamente con un coeficiente de fricción de 0.27.
Hecho por los especialistas en Bonneville, THR Manufacturing, en Ventura, California, fueron siete meses los que les tomó preparar este ejemplar.

Volkswagen Jetta Bonneville
A más de 300…
Temprano por la mañana, después de desayunar nos transportamos al mítico Bonneville Speedway. Sobre este plano encontramos el campamento del equipo, que constaba de ocho personas, entre ellos los responsables de la construcción del auto, dos tipos muy amables llamados Jonas y Tom, uno de ellos sueco de nacimiento, y el otro californiano, nos hicieron sentir como en casa contestando todas nuestras preguntas y enseñándonos todos los controles del auto en cuestión.
Después de haber medido los cinturones, y habernos vestido con todo el equipo de seguridad
racing, llegó el momento de nuestra primera oportunidad al mando del Jetta, en esta ocasión el coche estaría limitado a 7,000 rpm, y "solamente" llegaríamos a 185 mph (
296 km/h) antes de desplegar el paracaídas.

Volkswagen Jetta Bonneville
Lo primero que hicimos fue ir al baño, pues los nervios combinados con esta necesidad fisiológica son el peor enemigo para poder disfrutar la experiencia, así que una vez ligeros, procedimos a acomodarnos en el asiento y ponernos los cinturones.
Últimos preparativos
La pista consta solamente de algunos conos a los lados que delimitan la línea recta. Para arrancar, lo primero que uno tiene en mente es “no queremos ser quienes rompan el juguete”, por lo que fuimos muy cuidadosos; en primera el torque es brutal, por lo que hay que medirse bastante en el acelerador, si uno se excede hay mucho
wheelspin y la superficie de sal no ayuda nada a la tracción, aunque con el diferencial auto bloqueante y con un pie ligero podemos empezar a subir la velocidad poco a poco.

Volkswagen Jetta Bonneville
Al cambiar a segunda y tercera el torque sigue siendo monstruoso, por lo que hay que hacer “
Short shifting” o cambios a bajas revoluciones, pero una vez que llegamos a cuarta, es ¡acelerador a fondo completo!
La sensación es muy especial pues la superficie de sal es tan plana y el coche tan sólido, que la vibración es mínima y la única referencia de la velocidad que llevamos son los conos que pasan rápidamente junto a nosotros, además de un velocímetro de gran tamaño que en esta primera pasada nos marcó un total de
296 km/h, que parecieron pan comido para el auto.
Primer intento
Una vez en alto total tras usar los paracaídas, todo el equipo de ambulancias y servicios se acercó a ver que todo estuviera bien, y a escuchar el número mágico, y después procedieron a remolcar el vehículo de nuevo a la base.
Para la segunda pasada nos advirtieron que nos iban a dar todas las revoluciones, es decir, que el limitador iba a entrar hasta las 8,000 rpm. Obviamente, después de la primera pasada ya con algo de experiencia, los nervios eran menores. Para esta pasada, iba a ser darle a todo, y buscar estar por encima de las 200 mph (320 km/h).

Volkswagen Jetta Bonneville
El procedimiento fue el mismo. Esta vez el torque, aunque más brutal, logramos controlarlo mejor y procedimos a acelerar hasta el fondo, el velocímetro subió rápidamente y el coche se mostró muy estable y dócil a altas velocidades, solamente el rugido del motor a 8,000 vueltas y los conos que se convirtieron en una línea recta naranja fueron señal de que íbamos casi volando… y finalmente a las 206 mph (
329.6 km/h) desplegamos el paracaídas al mismo tiempo que gritábamos de euforia mientras frenaba el coche.
En resumen, además de haber sido una de las mejores experiencias que hemos tenido en los 23 años que lleva de existir la revista, fue algo muy diferente a cualquier tipo de deporte motor que hayamos practicado, pero que, ¡ojo aquí!: nos da una pequeña idea de lo que nos espera con el
GLI (guardadas todas las proporciones).