Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
¿Cuál consideran que es el auto más hermoso de la historia? Cada uno tendrá su muy respetable opinión, aunque hay varios modelos que tienden a aglutinar preferencias.
De los autos previos a la Segunda Guerra Mundial, uno de los más reverenciados es el Talbot-Lago T150C-SS Teardrop Coupe, gracias a su suave carrocería de bellas formas orgánicas Art Deco, obra de la empresa carrocera parisina Figoni et Falaschi, que le ganó el apelativo de “gota de agua”. Ante la escasez de ejemplares, no es raro que sea un frecuente ganador de concursos, además que está bastante valorado entre los coleccionistas.
Pero también entre los amigos de los ajeno. Roy Leiske, propietario de una fábrica de plásticos en Milwaukee, se hizo con un ejemplar de 1938 del Talbot-Lago en 1967, por un valor de 10,000 dólares. El estado, en partes, no era el mejor, aunque Leiske tenía toda la intención de restaurarlo hasta recuperar su estado original.
El proyecto, que se prolongó durante décadas, nunca se concretó, pues el auto fue robado en el año 2001. Los ladrones cortaron las líneas telefónicas de su casa y aunque piezas y documentos estaban regados y ocultos en varias habitaciones, todo fue sustraído –si sospechan de algún exempleado insatisfecho filtrando detalles específicos, no son los únicos-.
Algunos vecinos reportaron una camioneta blanca en la entrada de la casa, pero no les pareció inusual. Leiske intentó mantener en secreto el atraco, para poder investigar por medio de varias conexiones que tenía entre los coleccionistas internacionales, que es donde sospechó que terminaría el auto.
Lamentablemente, el empresario falleció en 2005, a la edad de 93 años, sin poder recuperar su auto y sin que la policía local, el FBI o Interpol pudieran hallar pistas. Ahora, se sabe que el Talbot-Lago fue enviado a Europa, donde debió estar oculto un par de años, hasta que salió a la venta en 2015.
El comprador resultó ser Rick Workman, fundador de Heartland Dental y conocido coleccionista de autos de alta gama, quien pagó 7,000,000 de Euros por el vehículo y que se “autodelató” al intentar registrar el auto en su natal Illinois, de manera un tanto opaca, lo que alertó a las autoridades.
Por supuesto, Leiske tuvo un heredero, su primo Richard "Skip" Mueller, quien como depositario de los derechos del dueño original, fue avisado del intento de registro y presentó una demanda para recuperar el Talbot-Lago, asesorado por el abogado Joseph L. Ford III, especialista en la recuperación de clásicos robados.
Workman se negó a devolver el auto, que ha estado retenido desde que iniciara todo en la firma de restauración Paul Russell and Co. Aunque un juez recién falló a favor de Workman, pues habían pasado más de los seis años que señalan las leyes locales para reclamar el robo, la corta de apelaciones acaba de revertir el veredicto, pues la querella en sí inició con la demanda. El caso se llevará a la Suprema Corte, por lo que habrá más noticias al respecto.