Por Gilberto Samperio (@gilsamperio) Fotos: Carlos Quevedo
Una de las tendencias apreciadas en el último par de años es el crecimiento de la oferta de vehículos híbridos en el mercado mexicano, sobre todo en la zona metropolitana. Un buen reflejo de esa preferencia se explica en la búsqueda de coches híbridos usados entre capitalinos preocupados por su movilización diaria, garantizada con las suficientes prebendas que otorga el gobierno de la Ciudad de México a estos vehículos de uso personal.
En este entorno, Toyota ha reportado un excelente año de ventas, al igual que otras firmas, mayoritariamente de corte premium, en el rubro todavía pequeño de la movilidad híbrida y eléctrica. Pero no había nada por debajo de la barrera de los 400 mil pesos. Y si consideramos que poco más de la mitad de nuestro consumo de automóviles se halla en los segmentos compacto y subcompacto, resulta claro que había oportunidad comercial. Toyota no despreció esa posibilidad, aunque ello le llevó esperar un poco más a que se consolidara la demanda metropolitana.
Primero hay que notar que sus formas externas son frescas, suficientemente orgánicas y actuales para presumir una fisonomía al día. El frontal luce formas más rebuscadas, con faros bulbosos y una gran parrilla; incluso habrá quien asegure que existe un propósito aerodinámico. Pero el resto del segundo volumen es más convencional, con puertas anchas y un portón que también posee sus detalles como las calaveras en D. Sobresalen los logotipos de Toyota con destellos azules, al igual que la última letra de su nombre -Prius C– y el anagrama del sistema híbrido de la casa: Hybrid Sinergy Drive.
Al interior, las cosas apuntan a sencillas. De entrada, la cúpula se halla al centro y acomoda dos pantallas digitales; la primera para el velocímetro y estatus de la transmisión. La segunda nos despliega desde gráficos sencillos sobre el funcionamiento del sistema híbrido, pasando por una tabla de resultados –la computadora de viaje– sin olvidarse de los habituales de consumo o una referencia en barra del depósito de combustible. En el último tercio tienen lugar las alertas e indicadores de otras funciones básicas. En efecto, no hay relojes.
Debajo de esta larga cúpula, encajonado en un panel cuasi triangular figura la táctil del sistema de infotenimiento, que también nos deja saber mediante gráficos animados cómo trabaja todo el sistema HSD. Debajo de esta pantalla figura el aire acondicionado y su automatización. Sencillo pero funcional.
Todo envuelto y rodeado de plásticos más resistentes que bonitos, con algunos embellecedores en plástico negro brillante tipo piano y hasta un borde cromado en la consola frontal. Todo muy funcional, nada que ver con la belleza armónica que exhibe su hermano de tres cuerpos, el Prius más conocido. Eso sí, abundan los huecos para acomodar los objetos personales de estos días. Muy bien.
Los asientos cumplen bien su misión pero el espacio interior no es destacable para seres humanos de talla grande. La segunda fila satisface en lo que cabe, pero la cajuela resulta escasa, lo que confirma su prioridad ciudadana.
Una de las curiosidades interesantes es el tren motor, pues en este caso la directiva es el ahorro del precioso líquido volátil. El cuatro cilindros de 1.5 litros dispone de ciclo Atkinson y eroga casi una centena de caballos de potencia (99 HP). La administración de su energía corre por cuenta de una transmisión automática de tipo CVT, que trabaja a la perfección con el mecanismo HSD, que optimiza en todo momento las cargas energéticas. Desde el arranque en cero mediante el modo eléctrico –el motor eléctrico se halla entre endotérmico y caja–, hasta la recarga en las frenadas, pendientes largas o en la búsqueda de los regímenes menos dispendiosos para que las visitas a las gasolineras sean lo menos posible.
De hecho, si somos escrupulosos con el manejo y procuramos los ritmos más suaves y discretos, podemos rozar los mil kilómetros de autonomía. Todo un logro de eficiencia si consideramos que su tanque es de 36 litros. Excelente.
Al sentarnos en la posición de privilegio, nos recibe una visibilidad muy completa hacia todos lados. Incluso para los puntos ciegos de la trasera, disponemos de una cámara de reversa. Y si bien el volante no presume formas vanguardistas, su botonería explica una intención de uso más constante, bienvenida en el quehacer urbano.
Su marcha califica de firme, aunque filtra bien la mayoría de las desigualdades del camino, en zonas maltratadas tenemos un segundo eje más saltarín de lo esperado. No obstante, la dirección ofrece una buena retroalimentación, que da oportunidad a practicar buenos ritmos en vías rápidas y carreteras de baja exigencia. Porque en zona de curvas, aflora pronto el subviraje e incluso un evidente balanceo, ocasión de una amortiguación no tan firme a la compresión. Sin embargo, jugando con la posición B de la caja –por Brake, que aprovecha cualquier soltura del acelerador para retener un poco y cargar batería–, podemos mantener una conducción alegre, divertida en buena medida por sus neumáticos que poseen TreadWear de 140 (Bridgestone Potenza); son muy suaves y terriblemente adherentes, le ayudan mucho en esa actitud desenfadada.
Por una etiqueta de casi 320 mil pesos, se accede a un híbrido en verdad muy eficiente en términos de gasto de combustible. Si bien su talla subcompacta puede comprometer viajes largos –no es cómodo después de cinco horas arriba–, sus ventajas tanto dinámicas como de equipamiento –muy completo en términos de seguridad y las suficientes amenidades hoy requeridas–, se tiene un coche perfecto para los urbanitas, aquellos que aman vivir y conocer su ciudad a través del automóvil. Y este Prius C es una excelente respuesta a esas necesidades de movilidad personal diaria y recreativa.
Unidad probada
319,400 pesos (a fecha de la publicación)
NOS GUSTA
- Estampa atractiva
- Excelente consumo
- Nivel de equipamiento
NOS GUSTARÍA
- Tablero menos simplón
- Suspensión más amable
- Caja con opción Sport
Resumen técnico
MOTOR
Tipo/cilindrada: AC síncrono + L4, 1,497 cc
Potencia máxima: 99 HP (60 HP + 72 HP a 4,800 rpm)
Par máximo: 169 Nm + 111 Nm a 4,000 rpm
TRANSMISIÓN
Caja: Automática, con efecto CVT
Tracción: Delantera
DIMENSIONES
Peso vacío: 1,150 kg
Tanque de combustible: 36 litros
Largo x ancho x alto: 405 x 169 x 145 cm
Distancia entre ejes: 255 cm
Cajuela: 238 litros
PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)
0 a 400 metros: 19.78 s
Rebase 80 a 120 km/h: 15.06 s
Frenado de 100 a 0 km/h: 40.8 m
Consumo medio: 23.4 km/l