Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
La Unión Europea y especialmente Alemania, acaban de realizar una oferta a Donald Trump con el fin de no terminar en un escalada de aranceles en medio de la Guerra Comercial iniciada por el gobierno de los Estados Unidos encabezado por el magnate, lo que, hasta cierto punto, era el objetivo al aumentar las aumentar tarifas a sus otrora socios comerciales.
Sin embargo, con China las cosas son muy diferentes, en el gigante asiático se sienten con la fuerza para un enfrentamiento al tú por tú contra la Unión Americana y así lo han demostrado con rápidas respuestas en forma de tarifas más altas para productos procedentes del norte del Río Bravo.
Esta Guerra Comercial afectará directamente los precios al público, lo que reducirá el consumo, afectará ventas y producción y eventualmente las finanzas de diversas empresas, que irán prescindiendo del personal “no necesario”. Harley-Davidson, por ejemplo, ya confirmó que deslocalizará parte de su producción al Viejo Continente, lo que le valió amenazas de Trump.
Tesla ya había considerado establecer una factoría fuera de California, toda vez que las instalaciones de Freemont se encuentran actualmente rebasadas. Aunque Europa era la principal candidata, la situación político-económica actual les ha llevado a adelantar sus planes para China, específicamente, en Shanghái.
China es el segundo mercado más importante para Tesla luego de los Estados Unidos, con ventas por 15,000 unidades anuales y una participación del 17% en sus ingresos, lamentablemente, la guerra de aranceles recién les obligó a aumentar sus precios entre 150,000 y 250,000 yuanes (22,600 a 37,600 dólares) dependiendo de la versión de sus vehículos Model S y Model X, lo que lógicamente ha golpeado las ventas.
La denominada Gigafactory 3 originalmente sólo produciría los Model 3 y Model Y, pero ahora también producirá los mencionados Model S y Model X, al ser vehículos con un mayor margen de utilidad. Tras asistir al rescate del sonado caso de los niños atrapados en una caverna en Tailandia, donde al final no se requirieron los mini-submarinos que estaban desarrollando, Elon Musk viajó a China para sellar el acuerdo.
La construcción de la planta, que contará con su propio centro de Investigación y Desarrollo, iniciará a comienzos de 2019. Cuando esté operativa en 2021, podrá construir unas 500,000 unidades anuales, con lo que duplicaría la capacidad productiva de la marca. Para entonces, China habrá eliminado la ley que obligaba a las marcas extranjeras a establecer un Joint-Venture 50-50 con un fabricante local, por lo que Tesla no tendrá que compartir su tecnología.
Aún no hay declaraciones de Donald Trump.