Renault Twizy: prueba de manejo

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En vacío, este biplaza no pesa más de 500 kilogramos, lo cual redunda en que ni la dirección o los frenos están asistidos: no hace falta. Mover las angostas ruedas en parado no representa mayor esfuerzo y en movimiento la sensación es del todo natural, se guía con precisión y rapidez.
 
Al detenerse hará falta un poco de cálculo y costumbre en los primeros metros, dada la dureza adicional del pedal. Circular en vías principales de ciudades como el Distrito Federal podría parecer suicida, pero basta con hundir el pie derecho hasta el fondo sin miedo (y asegurándose de llevar buena carga) y preferir los carriles centrales o derechos. 
 
Un circuito de ida y vuelta a casa a diario, cargando tanto en el hogar como en la oficina, no debería ser problema en la rutina y de hecho facilitan una versatilidad adicional de necesitarse hacer otros trayectos.
 
El Twizy es una alternativa idónea en el entorno urbano si prevalece el espíritu ecológico y que se ahorrará con los años. Se sacrifica en amenidades y accesorios de confort, a cambio de maniobrabilidad sin igual y una utilidad envidiable en espacios reducidos.
 
NOS GUSTA
Estilo único
Maniobrabilidad casi de moto
Autonomía utilizable
 
NOS GUSTARÍA
Incentivos oficiales que lo masifiquen
Interior menos rústico
Más espacios de almacenamiento
 

Resumen técnico

 

MOTOR

Tipo: AC síncrono de imanes permanentes

Potencia máxima: 20 hp

Par máximo: 57 Nm

TRANSMISIÓN

Caja: Automática, una velocidad

Tracción: Trasera

DIMENSIONES

Largo x ancho x alto: 232 x 119 x 146 cm

Distancia entre ejes: 168 cm

Cajuela: 31 litros

Batería: 6.1 kWh

Peso vacío: 474 kg