Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Porsche se prepara para un nuevo 911, lo que en sí siempre es una gran noticia, pues por un lado el modelo sigue apegado a la ya desacostumbrada configuración de motor colgado tras el eje posterior, mientras recibe constantes actualizaciones extremas que lo vuelven un vehículo de avanzada.
Así, tras dejar atrás los motores refrigerados por agua, sumar inducción forzada a casi toda su línea y tener entre sus opciones la dirección al eje trasero, para su siguiente generación el 911 recibirá al menos una variante híbrida, aunque en Porsche son categóricos en rechazar la electrificación total para su modelo halo, así como la conducción autónoma.
Los 911 GT3 y GT3 RS se apegan a un motor 4.0 litros atmosférico, con potencias de 500 y 520 HP, aunque el primero puede pedirse con una transmisión automática PDK de siete relaciones, es la única opción en el RS, sin embargo, para los más puristas se lanzó una variante 911 R con una aerodinámica menos agresiva, el ajuste de 500 HP y sólo con transmisión manual.
Pero así como el embrague accionado por pedal parece estar destinado a morir en la generación 992, no se iría solo, otro cambio importante para esta nueva iteración podría ser nada menos que en el cese de las variantes atmosféricas, el 911 GT3 podría compartir la mecánica Bóxer 3.8 litros del próximo 911 Turbo, que recibirá la asistencia de dos turbocompresores para lograr unos 580 caballos, es decir, tanto como el Turbo S actual, aunque el GT3 estaría limitado a uno 550 HP.
No se sabe hasta dónde podría llegar el GT3 RS, aunque el límite actual para un 911 lo tiene el GT2 RS con 700 HP. Con la presentación del 911 992 programada para finales de este año o inicios de 2020, seguida del 911 Turbo 992, quizá tengamos que esperar hasta bien entrado el 2020 para conocer al próximo GT3.
¿Porsche se atreverá a eliminar los motores atmosféricos? Lo cierto es que parecen haber alcanzado su límite crítico, a menos que como en Lamborghini, los combinen con algún tipo de hibridación.
