Peugeot 308 GT: prueba de manejo

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Por Gilberto Samperio Fotos: Carlos Quevedo Edición para online: Manuel Fernández

 

El nuevo Peugeot exhibe cualidades más propias de un Gran Turismo como lo resumen sus siglas y se aleja de su intención radical de los primeros tiempos.

 

Si miramos hacia la cabina, nos recibe ese acomodo dividido entre la cúpula y el volante advertido en el 208 que sabe a nostalgia. Sin embargo, el tratamiento que recibe este felino en términos de calidad y equipamiento califica de notable. Los empalmes son muy buenos y los materiales están próximos a los que llamaríamos premium no hace mucho tiempo.

 

Y es que la lista de equipamiento no tiene que envidiarle al de un coche elitista. Porque la pantalla táctil dominante al centro aglutina casi todas las funciones. De hecho, desaparecen muchos botones, dejando una consola frontal limpia.

 

La posición mando califica como alta, propia de las casas francesas, lo cual facilita el dominio visual de todo el vehículo sin reparos. Los asientos son amplios, sujetan bien y observan mayor facilidad para ajustarlos a nuestra posición ideal; adiós a las palancas raras. La segunda fila es correcta, con respaldos altos y un ambiente cómodo para viajes largos, cualidad mejor explicada vía el enorme techo solar que deja admirar todo el exterior, un placer para sus usuarios.

 

 

Carácter agradable

 

Para su movilidad, este 308 GT monta el reconocido y admirado cuatro cilindros de 1.6 l turbocargado que respirara por primera vez en el brioso MINI Cooper S. Esta iteración más reciente entrega 205 HP a una transmisión manual de seis velocidades. Todo con una facilidad de uso y acertado escalonamiento que enamora en los primeros kilómetros.

 

No obstante la siempre importante primera impresión, el 308 GT discurre otras premisas en su corazón. Si bien el turbocargado presume una buena entrega de fuerza desde las primeras vueltas, no conserva esa energía en los regímenes superiores a las 5,000 rpm. De hecho, se aprecia progresividad en las maneras en que dosifica el par-motor, incluso si pulsamos el botón de Sport, que magnifica la ronquedad del propulsor vía bocinas y tiñe las agujas de rojo.

 

Ello no resta méritos a todo el conjunto, que demuestra un nivel de diversión e interacción delicioso a ojos entusiastas. Además, la dirección posee una fidelidad expedita y la suspensión presume una calibración firme de filtrado exacto.

 

Todo suma para ofrecernos un comportamiento dinámico muy balanceado, bien plantado, que otorga gran confianza al abordar nuestra carretera de curvas preferida o para rodar a buenos ritmos en vías rápidas.

 

 

Buena elección

 

Sí, el Peugeot 308 GT es una posibilidad dinámica divertida, completa en términos de equipamiento y seguridad; quizá no nos robe el aliento, pero convence su sensato equilibrio de forma y fondo.

 

 

Unidad probada

399,900 pesos

 

NOS GUSTA

Estética elegante

Calidad de marcha

Conducción divertida

 

NOS GUSTARíA

Motor más contundente

Asientos eléctricos

Más diferencia en modo Sport

 

 

Resumen técnico

 

MOTOR

Tipo/cilindrada: L4, 1.6 l, turbo

Potencia máxima: 205 hp a 6,000 rpm

Par máximo: 285 Nm a 1,750 rpm

TRANSMISIÓN

Caja: Manual, seis velocidades

Tracción: Delantera

DIMENSIONES

Largo x ancho x alto: 425 x 180 x 144 cm

Distancia entre ejes: 262 cm

Cajuela: 398 litros

Tanque de combustible: 53 litros

Peso vacío: 1,340 kg

PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)

0 a 400 metros: 16.39 s

0 a 100 km/h: 8.98 s  

Rebase 80 a 120 km/h: 7.77 s

Frenado de 100 a 0 km/h: 37.1 m

Consumo medio: 11.6 km/l