Por Gilberto Samperio Islas (@gilsamperio) Fotos: Carlos Quevedo
La nueva generación de la Peugeot 3008 apunta por un estilo vanguardista en una carrocería muy vigente. Le acompaña un nivel de terminados y diseño que realmente crea una nueva expectativa de cara al cliente convencional.
El frontal luce nervaduras finas, donde una fascia se intercala entre los grupos ópticos –Full LED presume la firma–, para acentuar ese aire felino que distingue a la francesa. Acompañan delgadas branquias justo entre el cofre y la salpicadera, que a distancia se confunden con una línea más. Curiosamente, de aquí nace la fuerte cintura que bordea todo el ancho cuerpo de la 3008. Y el remate de la zona trasera nos evoca más a un coche concepto que a un vehículo de calle.
Basta apreciar el juego geométrico del cuarto poste, donde cromados, laqueados y cristal crean una visual que disimula casi artísticamente el portón. Al final, las calaveras interrumpidas otorgan un aire sombrío a una zaga sólida, apuntalada por escapes cuadrados y un cromado rectangular; formas vanguardistas nada usuales en un fabricante masivo.
El interior también exhibe un denodado esfuerzo por marcar estilo y deferencia. Se observa la misma disposición de cúpula y mandos que en el 308 –plataforma EMP2–, pero ahora la inspiración es aeronáutica: el mismo volante de dos brazos evoca a un timón mientras la consola frontal dispone de botones que emulan interruptores aviónicos, sin olvidarse de una palanca de cambios muy acostada, cual mando de potencia de vehículo aéreo. Acompañan unos asientos de singular aspecto; los delanteros poseen calefacción y masaje, inusual en este tamaño y orientación.
El contraste nace de los recubrimientos en tablero y paneles de puertas. Plásticos de mejor factura y embellecedores en metal blanco y tela fina –parecida al casimir–, nos dicen que la intención es premium, opinión ratificada por el sistema i-Cockpit de la casa. Desaparecen los medidores analógicos y todo se visualiza en dos pantallas. La principal incluye cuatro escenarios: Cuadrantes –evoca al clásico velocímetro y tacómetro analógicos–, Personal –con acelerómetro transversal y longitudinal, comparsas de la computadora de viaje-, Conducción –velocímetro y tacómetro en listones analógicos y una figura del coche al centro - y Mínimo –solo figura el velocímetro digital–.
La segunda pantalla facilita el ajuste del aire acondicionado, del equipo de sonido, del navegador y otras amenidades para el confort de los pasajeros. Lo interesante es que la interacción entre táctil y botones puede calificar como un puente entre lo nuevo y lo viejo de estos sistemas, vaso comunicante entre automovilistas.
Fiel a su iniciativa de propulsores alternativos, la filial mexicana nos invita a comprobar las virtudes del motor a diésel. En este caso, la 3008 recurre al 2.0 HDi de 150 HP y 370 Nm (273 libras-pie), que acoplado a una efectiva transmisión automática de seis escalones, cumple bien en lo general. Porque a pesar de entregar tanto par-motor, el rango de utilización resulta acotado por la capacidad de giro del endotérmico: el empuje se percibe desde las 1,500 rpm –con su obligado retardo o turbolag–, pero ese insuflo solo pervive hasta las 4,000 vueltas; hay fuerza pero dura poco, por lo cual no sería mala idea usar una caja de ocho relaciones para que se le extraiga todavía más jugo a este energético motor.
Si hablamos de su actitud dinámica, el Peugeot sigue fielmente las directrices establecidas por su hermano compacto y donante 308: agilidad y precisión. Su andar califica de firme, virtud de una suspensión reforzada. En zonas de curvas, gira con una facilidad envidiable y la trasera apenas se insinúa en cambios violentos de rumbo. En caso de exceso, presenta un fino subviraje que es fácil de llevar incluso si la experiencia del conductor no es tan completa como pudiera esperarse de un verdadero entusiasta. Eso sí, en curvas de radio corto también aparece un inevitable balanceo, ocasión de su mayor altura respecto al piso.
Donde se aprecian las cualidades del corazón a diésel es en el gasto de combustible. Resulta fácil apreciar que un tanque dure más de 800 km, una cualidad muy deseada entre los amantes de los viajes largos o las escasas visitas a los dispendios de gasóleo.
Solo el alto precio de esta variante HDi –más de 620 mil pesos– pudiera desanimar a los más ilusionados con las formas exquisitas del producto galo aunque existen variantes más accesibles, para los que gustan de apartarse del consumo repetitivo de las opciones asiáticas.
Unidad probada
624,900 pesos (a fecha de la publicación)
NOS GUSTA
- Diseño vanguardista
- Conducción ágil
- Ahorro de combustible
NOS GUSTARÍA
- Caja de ocho relaciones
- Tracción integral
- Eje trasero independiente
Resumen técnico
MOTOR
Tipo/cilindrada: L4, 1,997 cc, turbo (Diesel)
Potencia máxima: 150 HP a 4,000 rpm
Par máximo: 370 Nm a 2,000 rpm
TRANSMISIÓN
Caja: Automática, seis velocidades
Tracción: Delantera
DIMENSIONES
Peso vacío: 1,650 kg
Largo x ancho x alto: 444 x 190 x 162 cm
Distancia entre ejes: 267 cm
Cajuela: 520 litros
PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)
0 a 400 metros: 17.63 s
Rebase 80 a 120 km/h: 8.28 s
Frenado de 100 a 0 km/h: 37.5 m
Consumo medio: 15.1 km/l