Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
¿Recuerdan a la Meriva? La miniván subcompacta se ofertó en México algunos años durante la década pasada, aunque posteriormente desapareció sin un sustituto directo. En Europa se mantuvo unos años más y recibió una segunda generación, pero será la última.
Opel acaba de presentar la Crossland X, una crossover que si bien conserva un poco del perfil ovoide de la mencionada Meriva, se une a la tendencia de pretensiones estéticas todoterreno con un mayor despeje al suelo y una mayor proporción de lámina en los laterales.
Al frente, recibe una clara inspiración de la recién remozada Mokka X, conocida por estas tierras como Buick Encore, mientras que el techo en color contrastante es una clara referencia a su hermano menor, el Opel Karl. Por tamaño, se ubica apenas un paso por debajo de la mencionada Mokka, con un largo de 4.21 metros (4.28 para la Mokka), una altura de 1.59 metros (1.61 m) y un ancho de 1.76 metros (1.81 m). Pese a ello, se las arregla para ofrecer una cajuela mayor, con entre 410 y 520 litros, dependiendo de la posición de los asientos, contra 356 de la Mokka X.
Promete faros de LED adaptativos, sistema de proyección Head-up Display, ayuda para permanencia en el carril, reconocimiento de señales de tránsito, cámara de reversa, asistente de estacionamiento, arranque sin llave, Wi-Fi, Android Auto y Apple CarPlay.
En Opel prometen una orientación más urbana, como se puede comprobar al tener únicamente configuración de tracción delantera, aunque afirman que servirá para “las escapadas al campo”. No hay, de momento, detalles de la oferta mecánica.
La Crossland X se posicionará en el mismo segmento que la Mokka X, lo que no suena aventurado cuando en Europa, al igual que en los Estados Unidos, el apetito por los Crossovers es insaciable, aunque, a falta de conocer la gama de motores, su diferenciación no es tan obvia como, por ejemplo, la que hay entre una Nissan Kicks y una Juke.
¿Llegará a México? Su redundancia no parece darle muchas probabilidades, pero de nuevo, el creciente gusto por este tipo de vehículos al norte del Río Bravo, en detrimento de los sedanes medianos y compactos, podría hacer que en General Motors consideren ampliar la gama de Buick.