Por Gilberto Samperio Fotos: Carlos Quevedo Edición para online: Manuel Fernández
Donde destaca este urbano es en habitabilidad, cuyas cotas no sorprenden, pero la sensación de viajar en un auto más grande nos envuelve en cada paseo. Un punto muy agradecido, si consideramos su intención citadina.
Los interiores, de estilo sencillo y actual, son muy amables con sus detalles a considerar como los tornillos que fijan el tablero por abajo o los de las asas de las puertas. La cúpula es dominada por un velocímetro de buena lectura. A su lado, un tacómetro de menor diámetro cierra el despliegue principal de información. Abajo, el odómetro y computadora de viaje. A la derecha, varios testigos.
Como tuvimos la versión tope de gama, el equipo de sonido –Sony Xplod–, dispone de pantalla táctil y varias opciones de conexión. Debajo, el climatizador automático supone un extra de lujo. Ambos sistemas enmarcados por una aplicación de plástico imitación laca de piano.
Dinamismo acotado
Su propulsor es un tres cilindros de 1.2 litros, que eroga 76 HP. En nuestro caso, la energía es dosificada por una transmisión continua, mejor conocida como CVT. La premisa es el ahorro de combustible, pero el ruido de la caja conmociona un tanto la conducción veloz, claro, dentro de las posibilidades de su motor.
La calidad de marcha resulta cómoda, con buena retroalimentación, aunque por la carrera corta de sus amortiguadores, en zonas de baches puede lucir seca. Pese a la liviandad de la dirección, en carretera se percibe mejor de lo que ocurre en la ciudad. A ritmos de 90 a 100 km/h se halla su punto dulce; satisfactorio.
Dada su altura, en curvas cerradas surge ese balanceo más propio de una SUV, sin olvidarse de un notorio subviraje que obliga a corregir o anticipar con más tiempo el giro.
Su motor posee brío suficiente para movilizarse con agilidad, no con rapidez, en las vías de la ciudad. A ello coadyuva su reducida dimensión, que lo favorece en tránsito pesado. Así el MIVEC satisface las exigencias de transporte urbano con la ventaja añadida de un considerable ahorro de combustible.
El punto de consideración es el tacto de los frenos. Carrera larga y un mordiente tardío propician maniobras anticipadas. A cambio, bajo exigencia total, el Mitsu presume muy buenas distancias de frenado virtud de un ABS al día. Notable.
Una franja de precios entre los 150 y 200 mil pesos coloca a este Mirage en el promedio de la categoría. Su mayor ventaja es que incluye bolsas de aire en todos los modelos y frenos ABS a partir del segundo escalón. Mitsubishi apuesta discreto, pero certero con un Mirage competente, atractivo y razonable.
Unidad probada
199,900 pesos
NOS GUSTA
Imagen fresca
Rendimiento de combustible
Espacio interior
NOS GUSTARÍA
Más potencia
Mejor dirección
Tacto de frenos más consistente
Resumen técnico
MOTOR
Tipo/cilindrada: L3, 1.2 l
Potencia máxima: 76 hp a 6,000 rpm
Par máximo: 100 Nm a 4,000 rpm
TRANSMISIÓN
Caja: Automática, CVT
Tracción: Delantera
DIMENSIONES
Largo x ancho x alto: 371 x 166 x 150 cm
Distancia entre ejes: 245 cm
Cajuela: 235 litros
Tanque de combustible: 35 litros
Peso vacío: 865 kg
PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)
0 a 400 metros: 20.81 s
Rebase 80 a 120 km/h: 14.36 s
Frenado de 100 a 0 km/h: 40.3 m
Consumo medio: 15.6 km/l