Mercedes-Benz GLB 250 4Matic: Prueba de manejo

mercedes benz glb prueba (1)
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Mercedes-Benz nos deja conocer a profundidad su SUV compacta GLB, que busca ser un éxito comercial en el competido segmento de los familiares premium. Y tiene todo para conseguirlo. Por Edmundo Cano              Texto: Gilberto Samperio                     Fotos: Carlos Quevedo     La nueva Mercedes-Benz GLB 250 4Matic, la más reciente SUV compacta de la firma de la estrella de tres puntas, figura como el escalón intermedio –no realmente justificado– entre el crossover GLA y el GLC –que fuese relevo de la icónica GLK hace un par de generaciones–, con el fin de aprovechar la efervescencia por esta clase de vehículos en todo el mundo. Es más, esta nueva GLB es construida en la planta COMPAS de Aguascalientes, México, complejo industrial compartido con Nissan Mexicana. Utiliza como base la misma plataforma de la GLA –MFA2, alguna vez compartida con Infiniti–, pero alargada 10 centímetros en su distancia entre ejes para lograr una cabina más amplia, capaz de albergar tres filas de asientos y encima poseer cualidades todoterreno livianas, suficientes para amantes del aire libre.

Estampa robusta

Lo que primero llama la atención de esta nueva SUV es que su frontal, pese a las huellas genéticas apreciables en faros y parrilla alusivas al superauto GT, resulta sensiblemente diferente al de sus compañeras de escaparate. De hecho, las proporciones de esta GLB apuntan a convencionales, con una fascia más discreta, grupos ópticos de tamaño regular y una efigie en general sólida, fuerte. Basta seguir la cintura para notar que el costado no luce tan propositivo ni existen nervaduras que indiquen otra cosa más allá de lo funcional. Y exceptuando el falso difusor cromado, el cierre del portón habla de una línea menos provocativa, más familiar.

Lo mejor, por dentro...

Donde se aprovechan las ventajas de esos 10 centímetros es en la habitabilidad. En efecto, hay tres filas de asientos para un total de siete plazas, siendo las últimas prácticas solo para infantes o bebés. Ello a pesar de que la segunda fila es corrediza, y puede conceder algunos centímetros extra para las piernas, aunque el sacrificio en comodidad ya alcanzaría a todos los pasajeros de esta área. Así, para conservar el espacio en la segunda fila lo mejor es dejarla en su posición más alejada/abierta. Por cierto, la cajuela resulta pequeña cuando se usan todos los sillones; apenas caben un par de maletines y poco más. Una solución muy europea. A descargo, vale la pena destacar la excelente calidad de materiales y terminados dispuestos en la cabina de la GLB. Sobre todo en los primeros sitios, donde el tablero escalonado conserva la doble pantalla alargada como despliegue informativo y administrativo de los sistemas de infotenimiento así como de las amenidades naturales al uso de un automóvil posmoderno. Entre los detalles que hermosean esta primera zona destacan las asas de aluminio que parecen barras extruidas del metal blanco así como las toberas de la ventilación; pocas veces tres ventilas al centro de todo el tablero resultan tan acertadas a la vista.   Volviendo al tema de las visualizaciones, el sistema MBUX nos otorga esa sensación de poder al gestionar algunos elementos o sistemas mediante comandos verbales; desafortunadamente, es necesario contratar el paquete GPS para lograr una mayor rentabilidad de esta tecnología de avanzada. El despliegue informativo principal, que ocupa el sitio de lo que llamamos cúpula, puede utilizar cuatro estilos –Clásico, Deportivo, Progresivo y Discreto–, mientras la segunda pantalla, que es táctil, deja gestionar el resto de los sistemas y amenidades ya conocidos (radio, ajustes del coche, datos de viaje, etc.).

Corazón bravío

Para su movilidad, esta GLB recurre al conocido dos litros turbocargado de 224 HP, cuya energía la administra una transmisión automática de ocho relaciones hacia las cuatro ruedas mediante un pulido sistema de embragues en cada diferencial para lograr un reparto de par de manera muy efectiva. Y vaya que lo consigue. El dinamismo de esta GLB sorprende por la respuesta tan voluntariosa del tren motor. Basta exceder un tercio del acelerador para tener una reacción casi instantánea, fiel a las maneras expeditas de la casa. Claro, hay que aclarar que esta primera impresión ocurre cuando activamos el modo Sport, lo que confirma una puesta a punto muy atinada de la firma de la estrella. Le siguen otros tres modos: Normal, Individual y Eco, con las ya sabidas afinaciones de cada uno. Claro que no todo es dulzura. Al momento de conducir en zonas de curvas, la notable dirección apunta justo donde queremos…siempre que no excedamos el punto crítico del chasís. Porque a pesar de la excelente retroalimentación que proporcionan sus mandos, la GLB acusa un notorio balanceo en cambios fuertes de apoyo. Y si apuramos el trazado al ápice, las ruedas derivan por la considerable masa que atiende a su propia inercia y nos presenta un subviraje discreto pero evidente.

Su elemento

Eso sí, en vías rápidas de menor exigencia física, la GLB resulta una delicia al volante. Se disfruta como si fuese un sedán de lujo bien balanceado, correcto al momento de acelerar y frenar. Buen mérito de esta actitud recae en la suspensión, que nos otorga una marcha muy fiel y aplomada, quizá un tanto firme en zonas maltratadas pero en general resulta óptima para travesías de cualquier especie. Por cierto, la pantalla de la cúpula nos deja saber la posición del coche en ángulos gracias a las esferas informativas concebidas para las incursiones fuera del camino. Interesante. Otro punto favorable de esta nueva GLB son sus rendimientos de combustible; el de carretera roza los 20 km/l. Perfecto.  

Ponderación

Con una etiqueta que supera los 850 mil pesos, tenemos una opción atractiva si el gusto por la conducción prevalece por las necesidades pragmáticas inherentes a la carrocería SUV. Y es que si bien tiene la posibilidad de llevar tantos pasajeros, en la realidad se pierde un poco esa ventaja por la reducida capacidad de carga. Eso sí, se tiene una camioneta familiar muy completa, de muy buen manejo, con excelentes acabados y equipamiento. Toda una SUV premium, la cual todavía puede darse una escapada a esos senderos polvorientos de escasa demanda 4x4 merced su tracción integral que castigarían mucho a un coche, pero no a esta camioneta.          

Datos Oficiales

PRECIO $859,900 pesos, (versión Progressive)   MOTOR
Situación: Delantero transversal
No. de cilindros: Cuatro en línea
Bloque/cabeza: Aluminio/aluminio
Distribución: DOHC, 16 válvulas, VVT
Alimentación: In­yec­ción directa con turbocargador
Cilindrada: 1,991 cc / 2.0 l
Diámetro x carrera: 83.0 x 92.0 mm
Compresión: 10.5:1
Combustible: Gasolina, 92 oct
Potencia máx. 224 hp entre 5,500 y 6,100 rpm
Par máximo 350 Nm (258 lb-pie) entre 1,800 y 4,000 rpm
TRANSMISIÓN
Caja: Robotizada, 8 velocidades
Tracción. Integral permanente
Embrague: Bidisco húmedo
BASTIDOR
Suspensión delantera: MacPherson
Suspensión trasera: Multibrazo, 4 elem.
Elemento elástico: Resortes helicoidales
Estabilizadora del / tras. Sí/ Sí
Frenos delanteros: Discos ventilados
Frenos traseros: Discos sólidos
Dirección: Eléctrica
Giros del volante: 2.9
Diámetro de giro: 11.7 m
RENDIMIENTOS
Velocidad máxima: 236 km/h
Aceleración 0-100 km/h 6.9 s
Consumo medio: 14.4 km/l
Emisiones de CO2: 161 g/km
CARRROCERIA
Peso/báscula: 1,670 / 1,770 kg
Largo/Ancho/Alto: 463/183/166 cm
Dist. entre ejes/vías: 283/283 cm
Cajuela: 570 litros

Nuestras mediciones

Potencia: 215.3 hp a 5,420 rpm
Par: 365 Nm (269 lb-pie) a 3,275 rpm
Relación peso/potencia: 8.22 kg/hp
Potencia específica: 107.65 hp/l
0-100 km/h 9.76 s
100-0 km/h: 37.2 m
Consumo medio: 12.1 km/l
Costo de neumáticos: 17,200 pesos
Gasto anual de combustible: 35,897 pesos
Servicios 60 mil km Sin costo