La historia del Super Bee mexicano es total y completamente diferente a la de su contraparte estadounidense, aunque ambos fueron, en su momento, los máximos representantes de los muscle-car en sus correspondientes países.
Por Edmundo Cano
En 1968,
Plymouth lanzó el Road Runner como un muscle-car ‘de entrada’, un paquete de apariencia y rendimiento basado en el Satellite que carecía de lujos innecesarios –si alguien quería un muscle-car lujoso, ahí estaba el GTX- pero
ofrecía todas las opciones de alto rendimiento que un entusiasta pudiera desear, incluido el todopoderoso motor HEMI y los componentes de uso rudo asociados a él, por un precio muy asequible.
Sus espectaculares ventas llevaron a que
Dodge produjera una versión propia del Road Runner, el Super Bee, basado en el Coronet, que seguía la misma fórmula: un paquete de apariencia y rendimiento con todas las opciones posibles, a un precio muy alcanzable.
Mientras que el Plymouth utilizaba los entrañables personajes de Warner Brothers para su tratamiento estilístico,
la identidad del Super Bee se inspiró en el logotipo del programa ‘Scat Pack’ de componentes de alto rendimiento de Dodge, que derivó en el nombre y el logo de la ‘super abeja’ plasmada en los costados y emblemas del auto.
El Coronet fue el depositario del paquete Super Bee hasta 1971, cuando
pasó al renovado Charger, pues en ese año el Coronet pasó a ser solo un sedán familiar sin carrocería 2 puertas, por lo que ya no tenía lugar en el ambiente de los muscle-cars.
El Charger fungió como Super Bee por ese solo año, pues para 1972 la Super Abeja se descontinuó del catálogo de Mopar.
Abeja mexicana
Eso pasó en Estados Unidos, pero en nuestro país, los años 70 fueron el inicio del nombre Super Bee.
Chrysler de México ya tenía una tradición de alto rendimiento que venía desde 1967, cuando introdujo el primer Dart GTS y la segunda generación del Plymouth Barracuda, los primeros pony-cars mexicanos de Chrysler en portar un motor V8, que llegaron a hacerle compañía al Coronet.
Todos ellos empleaban el motor de 318 pulgadas cúbicas, el único V8 ofrecido aquí por Chrysler, que nunca produjo en México ninguno de sus motores ‘big block’, ni siquiera su ‘small block’ que seguía en tamaño, el 340. Sin embargo, gracias a componentes tomados directamente del 340 estadounidense,
el 318 del Dart GTS nacional y el Barracuda llegaban a desarrollar 270 hp, suficientes para convertirlos en los coches más potentes y rápidos que podían comprarse en México.
Para 1970, el Barracuda fue descontinuado en nuestro país por su cambio de generación, y
el Dart GTS fue producido solamente por medio año, para dar paso a un ofrecimiento de alto rendimiento totalmente nuevo: el Valiant Super Bee.
Distintivo
Tal como en Estados Unidos, el Super Bee era un paquete de apariencia y alto rendimiento, pero aquí no fue aplicado en el Dodge Coronet, sino
en el recién introducido Valiant Duster, el nombre nacional del Plymouth Duster.
El Super Bee era totalmente imperdible: además de los chillantes colores propios de un muscle-car de los 70,
las tomas de aire gemelas y el tacómetro exterior en el cofre, su toque más icónico, lo volvían absolutamente inconfundible. Si alguien lo veía desde atrás,
el enorme logotipo de ‘Super Bee’ en una contrastante franja contorneada a las formas del cuatro trasero dejaba bien claro que no era un Duster cualquiera. Llantas Goodyear ‘Super Aguila’ deportivas y rines ‘Rally’ completaban el paquete.
Bajo el cofre del Super Bee vivía prácticamente el mismo V8 que había portado el Dart GTS, un 318 con componentes del 340 estadounidense, que
erogaba 270 hp, respaldado por una transmisión manual A833 de 4 velocidades. El interior tenía asientos de cubo, consola que alojaba la palanca Hurst ‘chanfleada’ clásica de los Super Bee, velocímetro de 240 km/h y volante deportivo. Todos estos elementos eran estándar en el Super Bee, mientras que en sus equivalentes estaodunidenses, el Dart Sport y el Plymouth Duster 340, eran opcionales.
Nuevo Corazón
Con el paso de cada año-modelo, el Super Bee cambiaba en cuanto a detalles –diseño de franjas diferentes, las tomas de aire gemelas dieron paso a una sola toma de aire central con entradas dobles, etc- pero su exitosa fórmula se mantuvo sin cambios significativos hasta 1975, cuando Chrysler de México
dejó de producir el motor de 318 pulgadas cúbicas para dar paso a uno nuevo de 360 pulgadas, que si bien era más grande, ya no tenía los componentes del 340 que portaba el 318. Chrysler proclamaba 300 hp, pero la realidad es que los Super Bee 360 nunca fueron tan potentes como los 318.
También eran menos distintivos. A partir de 1975 la toma de aire en el cofre desapareció, quedando
solo el tacómetro externo como indicativo de que el Duster que tenías ante tus ojos era una Super Abeja. Claro, eso y las franjas laterales, que clamaban ‘Super Bee 360’. Aun así, el Super Bee seguía siendo el coche más rápido de México, por mucho.
Nueva abeja
En 1977,
Chrysler introduce al mercado la nueva plataforma F, que en Estados Unidos encarna al Dodge Aspen y Plymouth Volare; en nuestro país, Chrylser de México también comenzó a comercializarlos como el Dodge Dart, continuando la tradición, y el Valiant Volare.
Este último fue el heredero del paquete Super Bee.
Si bien ya no tenía las distintivas tomas de aire y tacómetro en el cofre,
el Super Bee de segunda generación se distinguía por un ‘body kit’ que lo dotaba de spoiler frontal, loderas para cada salpicadera, rendijas horizontales para las ventanas laterales traseras, y un alerón de ‘cola de pato’, además del infaltable tratamiento gráfico con franjas a los costados y el logotipo de Super Bee por todos lados. Bajo el cofre
portaba el mismo motor 360 heredado de la generación anterior, mientras que el interior era, de nuevo, mucho mejor equipado y más deportivo que el del Volare regular.
El final
En esta época, el Super Bee enfrentó fuerte competencia en forma del Chevrolet Nova Malibú Rallye, y en menor medida, del Mustang II, cuya iteración mexicana tenía un V8 bajo el cofre. Aun así,
se mantuvo sin demasiados problemas como el auto más rápido de México hasta 1980, último año del Super Bee nacional, que recibió faros cuadrados como regalo de despedida. Para 1981, la estafeta del alto rendimiento de Mopar en México sería transferida al Dodge Magnum, un auto sobre el que
ya ahondamos en nuestra Máquina del Tiempo.

Luego de la muerte del Super Bee mexicano,
el legendario nombre estaría ausente durante 27 años, hasta que en 2007 el paquete Super Bee regresaría como un modelo especial del Charger del nuevo milenio, un enorme sedán de 4 puertas que poco tenía que ver con el Charger de antaño y con el Super Bee nacional; sin embargo, esta vez
la Super Abeja sí estuvo disponible en México con la misma especificación que en los demás países. Y dado que, a diferencia de los años 70, el mercado mexicano es hoy en día uno de los más abiertos y globalizados del mundo,
muy probablemente nunca veremos de nuevo ediciones exclusivas de nuestro país como en su momento fue nuestro Super Bee.