Máquina del Tiempo AP: Ford Maverick

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Pensado para combatir a los compactos de las marcas japonesas que inundaban el mercado norteamericano, el Ford Maverick fue un éxito rotundo para el óvalo azul, a pesar de que la marca no creyó completamente en él y le dio competencia interna en forma del Pinto. Por Edmundo Cano   El Ford Maverick vivió en un contexto extraño dentro de Ford Motor Company. Su principal rol cuando fue lanzado en 1970 era el de reemplazar al Ford Falcon, hasta entonces el compacto de Ford, que se había quedado obsoleto ante la popularidad del Mustang, y pelear el mercado no solo con los compactos de la competencia local, el Chevrolet Nova y el Dodge Dart y Plymouth Valiant, sino también tratar de defender terreno contra la oleada de compactos importados que marcas como Toyota, Datsun, Honda, Subaru y Volkswagen ponían ante el consumidor estadounidense como una alternativa más barata tanto en costo inicial como en consumo y mantenimiento.

Buen comienzo

En su año inicial, el Maverick fue un éxito sorprendente para Ford, con 579 mil ejemplares fabricados, casi alcanzando el récord de 619,000 del primer año del Mustang. Los números son aún más sorprendentes si consideramos que en el ’70 solo estuvo disponible como coupé de 2 puertas y con motores de 6 cilindros.

Todo cambió en el '71

1971 fue un año definitorio para el Maverick, pues prácticamente todos los eventos relevantes para la vida comercial del modelo tiene lugar en este año: se agrega la carrocería de 4 puertas –con toldo de vinilo opcional- y el motor V8 de 302 pulgadas cúbicas (5 litros) y 210 hp como opción.   También aparece la versión Grabber de apariencia más deportiva, con un paquete de franjas y gráficos en la carrocería, rines deportivos opcionales, spoiler delantero y trasero, y cofre con tomas de aire, aunque realmente no ofrecía ganancias de potencia sobre el V8 base, y de hecho podía ordenarse un Grabber con el motor 6 cilindros, aunque en los años subsecuentes solamente emplearía el V8. En 1971, también aparece la versión Mercury del Maverick, el Comet, que revive un viejo nombre de la marca intermedia de lujo de Ford, distinguiéndose del Maverick con calaveras, parrillas, cofre y algunos elementos del interior.

En México

También en 1971, el Maverick comienza a ser producido en otros mercados: Canadá, Venezuela, Brasil y por supuesto México, donde fue vendido primero como Falcon Maverick, para relacionarlo con el auto que debía reemplazar. En nuestro país, el Maverick fue muy exitoso gracias a ser una alternativa más asequible al Mustang. Durante este primer año, el Maverick mexicano portaba el V8 289, tal como el Falcon. Para 1972, casi todos los Mavericks usaban ya el 302.  

El Maverick Shelby

Si bien en nuestro país nunca estuvo disponible el Grabber, México sí tuvo su versión deportiva del Maverick, aunque fue mucho más limitada: ¡el Maverick Shelby! Durante los años 60, el empresario Eduardo Velásquez se convirtió en proveedor exclusivo de Shelby of America en México, y para 1967 fundaría una empresa denominada Shelby de México, que modificaba Mustangs de producción nacional con piezas de alto desempeño de Shelby, y cambios a la carrocería con piezas de fibra de vidrio para diferenciarlos de sus contrapartes ‘normales’. Para 1972, Shelby de México mostró en la Auto Expo México el único Maverick modificado ‘oficialmente’ por Shelby, un ejemplar verde con vivos blancos que portaba parrilla de Mercury Comet, toma de aire de un Mustang Boss 429, tacómetro en el cofre, ventilas en el medallón y rines ‘slot’ con llantas deportivas. Bajo el cofre, el 302 habría sido llevado hasta más de 300 hp gracias a las piezas Shelby. Ford Maverick 'Shelbymex' en la Auto Expo México de 1972  

Unicornio

Prácticamente todas las fuentes que se conocen de información respecto a ‘Shelbymex’ citan números de producción de 300 unidades del Maverick Shelby, pero los conocedores e historiadores de Ford en nuestro país piensan que fueron muchos menos… si es que alguna vez se construyó uno, porque hasta este momento no se sabe de ningún ejemplar plenamente documentado con factura de Ford de México y de Shelby de México; en contraste, sabemos de 10 a 15 Mustangs ‘Shelbymex’ sobrevivientes. Ni siquiera se conoce el paradero del ‘coche demo’ de la Auto Expo México. Por tanto, el Maverick Shelby es prácticamente una leyenda urbana del ambiente automotor mexicano. Ford Maverick 'Shelbymex' en la Auto Expo México de 1972  

Fuego Amigo

Regresando a los Estados Unidos, hubo otro evento en 1971 que fue crucial para la vida del Maverick, pero de forma negativa, y ese fue la introducción del Ford Pinto, un subcompacto que hacía mejor todo lo que el Maverick se supone que debía hacer para Ford: era más barato, más económico gracias a sus motores de 4 cilindros, y también mucho más pequeño, por lo que era una competencia mucho más directa contra los compactos importados que se suponía que el Maverick debía enfrentar.  

El declive

De un día para otro, el Pinto acaparó mucha de la popularidad, y de las ventas, del Maverick, lo que de inmediato se reflejó en sus números, que decrecieron año con año. Era obvio que Ford no planeaba mantener al Maverick más que durante una sola generación, pues hasta 1977, cuando su producción terminó dando paso al Fairmont como su reemplazo, la actualización más significativa que recibió el Maverick fue incorporar frenos de disco frontales como estándar. En contraste, el Pinto fue fabricado hasta 1980, recibiendo considerables actualizaciones y mejoras técnicas a lo largo de su ciclo.   A pesar de ser un buen producto, el Maverick llegó en un momento extraño para el mercado, que estaba evolucionando de los coches medianos a los verdaderamente compactos. Su inoportuna incorporación al catálogo de Ford fue su perdición, a pesar de haber tenido ventas sólidas durante los 7 años que estuvo en producción. Tal vez sin el controversial Pinto, el Maverick hubiera tenido mayor oportunidad de brillar en el mercado estadounidense. Sin embargo, en mercados no afectados por las regulaciones antiemisiones como el mexicano, y el brasileño, donde se produjo hasta 1979, fue uno de los coches más queridos de esa época, dejando huella entre los entusiastas por su asequibilidad y potencial de alto rendimiento. Ford Maverick de especificación brasileña