Dadas sus singulares características que la hacían un modelo prácticamente único en el mercado de nuestro país, la Dodge Ram Charger disfrutó de un amplio éxito en México. Tanto, que se continuó produciendo aun después de haber sido descontinuada en los Estados Unidos.
Por Edmundo Cano
Los orígenes de la Ram Charger nos remontan a 1974, cuando
Dodge quiso enmendar el haber llegado tarde a un sector de los vehículos recreativos que Ford y Chevrolet habían estado capitalizando desde los años 60. La marca retiró el toldo de una pick up Ram Series D de plataforma corta y lo reemplazó con una cubierta rígida removible que cubría hasta la parte trasera de la caja, donde instaló un par de asientos, creando
un muy peculiar vehículo familiar/todoterreno convertible para competir con la Bronco de Ford y la Blazer de Chevrolet. En aquellos primeros años, la Ram Charger y su hermana, la Plymouth Trail Duster, tenían como opciones incluso motores ‘big block’ de 7.2 litros.
Por fin en México
La segunda generación, que llegó en 1981 con el rediseño de la línea Ram y Serie D,
perdió la particularidad del toldo removible, pasando a ser una SUV convencional de 2 puertas, aunque seguía siendo un producto relativamente poco común.
Fue justamente
en esta forma que el modelo llegó a nuestro país, aunque su llegada fue bastante tardía, hasta 1988. Sin embargo, eso no fue obstáculo para que de inmediato ganara notoriedad por ser un producto prácticamente único en su tipo en el mercado nacional, pues nunca antes se había ofrecido en México una camioneta de sus características.
Única
La Ram Charger representaba
una especie de punto medio entre las entonces más comunes guayines basadas en automóviles, y las SUV familiares de gran tamaño. Su peculiar carrocería de 2 puertas era atractiva para quien quería una camioneta familiar más grande que una ‘station wagon’ pero no quería –o no tenía el espacio- para un modelo de tamaño completo. Su motor V8 de 318 pulgadas cúbicas (5.2 litros) la movía con relativa soltura dado que no era tan pesada, por su tamaño.
Se podría decir que
la Ram Charger tuvo un nicho de mercado propio (Chevrolet ofrecería algo similar, la Silverado, hasta finales de los 90), por lo que fue muy exitosa en suelo nacional. Las constantes mejoras a su mecánica y equipamiento la mantuvieron vigente en el gusto del público, especialmente
cuando se incorporó el motor V8 Magnum 360 de 5.9 litros con cabezas “roller”, que ofrecía más de 240 hp, y modernas transmisiones automáticas electrónicas.
Tan exitosa fue que, de hecho,
en el mercado nacional se mantuvo en venta durante dos años más luego de que el modelo fue descontinuado en los Estados Unidos en 1994. En nuestro país (y en Canadá), gracias a la demanda por el modelo, estuvo disponible hasta 1996, cuando fue descontinuada.
Segunda (tercera) oportunidad
Sin embargo, los directivos de Chrysler de México sentían que
aún había un espacio en nuestro mercado para una SUV de 2 puertas, y plantearon a Chrysler USA la posibilidad de traer de regreso a la Ram Charger. ¡Y fue aprobada! Una tercera generación de la Ram Charger,
diseñada, desarrollada y vendida exclusivamente en nuestro país, fue lanzada en 1999, basada, como el modelo anterior, en la recién actualizada y novedosa pick-up RAM. La nueva Ram Charger se vendió relativamente bien para haber sido un producto exclusivamente mexicano, con
alrededor de 30,000 unidades fabricadas antes de que se descontinuara en 2001, poniendo el punto final –ahora sí- al nombre Ram Charger.

Y sí,
estamos trabajando para hacer una Máquina del Tiempo de esta tercera generación, pero encontrar una de estas en buen estado es más difícil de lo que parece…