A pesar de no haber sido el iniciador de la revolución de tracción delantera para Chevrolet, el Cavalier sí fue el auto más exitoso de esta transición tecnológica, con más de 20 años en el mercado… y regresando por más en 2019.
Por Edmundo Cano
Imágenes: General Motors
A principios de los años 80, General Motors no tuvo otra opción más que subir a bordo de la transición técnica que prácticamente todas las demás marcas en el mundo estaban experimentando, por lo menos con una parte de su gama:
autos compactos de tracción delantera y eficientes motores, algo que el gigante de Detroit nunca había realizado antes.
Su primer intento, la plataforma X, que englobó al
Chevrolet Citation y a sus demás primos-hermanos de las demás marcas de GM, fueron un éxito al principio, y una total debacle luego de un par de años, por deficiencias en su diseño y armado que provocaron decenas de llamados a revisión para resolver múltiples problemas tan solo en los primeros dos años del modelo, y decenas también de demandas, incluida una de la mismísima NHTSA, que
lastimaron gravemente la reputación de General Motors y convirtieron al chasis X en un ejemplo clásico de cómo la mala calidad de un producto puede dañar a una compañía debido, irónicamente, a sus altas ventas.
Segunda oportunidad
Afortunadamente para General Motors, su segundo auto de tracción delantera resultó un absoluto éxito, y ayudó a lavar un poco la mala reputación de la plataforma X. Esta fue
la plataforma J, creada para vehículos subcompactos que reemplazarían al popular pero arcaico Chevette de tracción trasera. El chasis J fue empleado por el Buick Skyhawk, Cadillac Cimarron (en una jugada también perjudicial para la marca del laurel), Oldsmobile Firenza, Pontiac J2000 y Sunbird, y el más relevante de todos, porque
fue el auto que mayor volumen de ventas logró… y también porque fue el único de ellos que tuvimos en México:
el Chevrolet Cavalier.

Cuando fue lanzado en mayo de 1981 como modelo 1982, el Cavalier estaba disponible con
carrocerías coupé, sedán, hatchback de 3 puertas y una guayín. Su angular diseño encajaba perfectamente con las tendencias de la época, y su motor era un 4 cilindros de nueva generación, de 1.8 litros y carburación, que entregaba 88 hp.
Más tarde en el mismo año llegó un 2 litros opcional con 90 hp. También venía con una etiqueta de precio superior al Chevette por más de $1,500 dólares, lo que hizo que sus ventas no fueran tan explosivas al principio. Aun así,
casi 200,000 unidades encontraron nuevos dueños ese primer año.
Batiendo récords
El año siguiente llegó una carrocería convertible, y en 1984, el Cavalier se convirtió por primera vez en el coche mejor vendido de Estados Unidos, pues el fiasco del Citation, el auto que había sido el más vendido en ’81 y ’82, por fin salió a la luz y provocó que sus ventas se desplomaran.
Esto colocó al Cavalier como la nueva estrella de Chevrolet, y General Motors aprovechó el ‘momentum’ para otorgarle una revisión estilística con faros dobles y
un motor V6 opcional de 2.8 litros y 125 hp, y
una versión deportiva denominada Z24 que atrajo a muchos compradores jóvenes.
Mientras, la plataforma X fue descontinuada del mercado en 1985, quedando solo la plataforma J, y la plataforma A, empleada por el Chevrolet Celebrity, como los únicos ofrecimientos de tracción delantera de GM. Y durante todo este tiempo,
el Cavalier fue el auto mejor vendido no solo de GM, sino de todo Estados Unidos.
Evolución
En 1988, el Cavalier recibió
un rediseño total, que prescindiría de sus formas extremadamente cuadradas por un diseño más afilado con esquinas y fascias redondeadas, también muy acorde con la tendencia de entonces. Ya no estaban disponibles motores a carburador, todos usaban alguna forma de inyección electrónica de combustible, y la carrocería hatchback desapareció. A pesar de esta modernización,
las ventas del Cavalier cayeron por primera vez en varios años, colocándose solo como el cuarto auto mejor vendido de Estados Unidos.
Por fin en México
Fue esta segunda generación del Cavalier
la que llegó por primera vez a México como reemplazo del Chevrolet Celebrity –el Citation también fue descontinuado aquí en 1985- debido en gran parte a que por varios años de la primera generación,
se armó en la planta que GM tenía en Ramos Arizpe, Coahuila, por lo que era un producto casi lógico para el mercado mexicano, a donde de hecho se tardó en llegar.
El primer Cavalier en México fue solo el sedán de 4 puertas, no se ofreció ninguna otra carrocería, pero
eso cambiaría con el siguiente rediseño que sufriría el auto, en 1991, que lo privó de su parrilla, pues el sistema de enfriamiento había sido rediseñado para tomar aire de la defensa, por lo que la nariz del Cavalier ahora era totalmente lisa, dándole
un aspecto sumamente moderno, algo que llamó muchísimo la atención del público nacional.
También ayudó que por fin se ofreciera la carrocería coupé –ni el convertible ni la guayín estuvieron disponibles en México-, y en un movimiento instigado por la presencia en el mercado de deportivos como el
Chrysler Phantom y el
Ford Thunderbird SC,
Chevrolet también se animó a ofrecer la versión Z24, que aunque nunca pudo compararse en capacidades contra dichos competidores, su agresiva apariencia le permitió a Chevrolet hacerse de una presencia significativa en ese nicho del mercado.
Único para México
El Cavalier sufrió una actualización en 1993 que trajo consigo un modelo único para nuestro país, pues el Cavalier
empleaba la carrocería del Pontiac Sunbird estadounidense, solo que con emblemas Chevrolet reemplazando los de Pontiac, y con el interior del Cavalier, creando
un curioso híbrido exclusivo de nuestro mercado.

Este Pontiac Sunbird, con emblemas e interior distintos, fue nuestro Cavalier.
Recreación total
En 1995, el Cavalier llegó a su tercera generación, que
representó la primera reingeniería completa del modelo. Su plataforma era una evolución de la anterior, pero con mayor distancia entre ejes para un mayor espacio interior, y frenos ABS de serie.
El diseño era ahora totalmente redondeado y afilado, rompiendo con las líneas angulares de sus dos primeras generaciones, y el moderno interior ofrecía una mucho mejor ergonomía y bolsas de aire para conductor y pasajero como equipo estándar.
El motor V6 desapareció, quedando en su lugar un 4 cilindros de la familia Quad4 con 150 hp, empleado en el Z24. La carrocería guayín también desapareció y el convertible permaneció, aunque tristemente, no fue ofrecido en México.
La despedida
Esta fórmula básica, con algunas actualizaciones –una caja manual de 5 velocidades, un motor de doble árbol de levas-
le permitiría al Cavalier llegar hasta el nuevo milenio como un producto relativamente competitivo, pero que ya mostraba inevitablemente su edad, especialmente frente a sus competidores de manufactura más reciente.
En 2000 recibió un ligero facelift que, por primera vez en más de 15 años, lo dotó de una parrilla en el sentido tradicional, y
en 2002 adoptó a la familia de motores Ecotec, que le dieron un muy necesario insuflo de modernidad. Aun así, era claro que el Cavalier estaba ya desfasado para sus tiempos.
Un extenso facelift final en 2003, que generó
el que para muchos fue el Cavalier menos agraciado de toda la historia, fue la gota que derramó el vaso: el 6 de octubre de 2005 se produjo el último Cavalier, que sería reemplazado por el Chevrolet Cobalt.
El regreso
Para la gran mayoría del mundo, la historia del Cavalier terminó allí. Pero como todos sabemos, en los últimos 20 años el mercado chino ha cobrado una especial importancia, tanto como para que
Chevrolet reviviera el nombre Cavalier para un sedán compacto exclusivo de dicho mercado, que debutó en 2016 utilizando la plataforma Delta II. En 2018,
el Cavalier fue adecuado para el mercado mexicano, que
se convirtió en el único otro país, además de China, en donde es comercializado, arrancando un nuevo capítulo para uno de los Chevrolet más recordados y queridos en nuestro país, que aún se está escribiendo.