Por Gilberto Samperio (@gilsamperio) Fotos: Carlos Quevedo.
Por fuera, una estampa fresca de cintura elevada y salpicaderas sólidas hace juego con una parrilla nueva, compartida con todos sus parientes vehiculares recién desembarcados en suelo azteca. Sus grandes puertas nos remiten a las vistas en una minivan, pero el portón trasero ligeramente más corto –no por ello menos capaz–, y el primer volumen de buen tamaño hablan específicamente de una SUV con todas las de ley.
Una serie de características que nos recuerda a otra apuesta asiática –Mazda CX9–, cual si fuese una inspiración del pasado reciente. Pero esta nueva Sorento viene elaborada en una plataforma desarrollada entre el departamento de diseño radicado en Corea del Sur y su filial estadounidense. Es construida para el mercado norteamericano en la fábrica ubicada en Georgia, Estados Unidos, base compartida con la vertiente versátil grupal de la casa, la minivan Carnival/Sedona.
Una de la cartas fuertes en términos estructurales de esta Kia descansa en el uso del 53% en aceros avanzados de alta resistencia en su manufactura. Ello proporciona una base muy consistente para su dinamismo y confort. Basta acceder al primer puesto para entenderlo a cabalidad. La posición alta y una excelente insonorización –idéntica a la de un vehículo premium, virtud de cristales dobles en ventanillas y un habitáculo bien aislado en lo acústico–, nos concede pleno dominio de esta SUV, aunque su largo y ancho en ocasiones nos obliga a recalcular nuestros movimientos en pasos estrechos. Ayudan mucho los espejos de buen tamaño y la cámara de reversa.
Si hablamos de volumen interior, esta Sorento dispone de cinco plazas muy amplias complementadas por dos emergentes que acomodan adultos esbeltos, no necesariamente de corta estatura. Muy buen punto. La segunda fila es corrediza y los respaldos junto a sus bases pueden plegarse lo suficiente para acercarse a un área de carga plana.
En cuanto a los despliegues informativos, la cúpula aloja dos relojes; el más grande, al centro, corresponde al del velocímetro mientras el tacómetro luce una figura de media luna a la izquierda. Del otro lado existen los obligados indicadores de nivel de combustible y temperatura del refrigerante. Como ya es costumbre, una pantalla mínima –alojada dentro del velocímetro– nos deja saber funciones primarias del vehículo y sus sistemas principales. La pantalla central ligada al infotenimiento es táctil y dispone de algunos extras más, ya obligatorios en el sector de precios que compite. El diseño en lo general es agradable, con ventilas rodeadas por cromo mientras un bisel bordea toda la base del parabrisas y alcanza los paneles superiores de las primeras puertas. Bonito, pero ya visto.
Su corazón se compone de una mecánica V6 de inyección directa cuya cilindrada de 3.3 litros eroga saludables 290 HP y 341 Nm (252 libras-pie). Esta energía viene dosificada por una moderna transmisión automática de seis relaciones, que apunta a efectiva, aunque no tan bien escalonada como nos hubiera gustado. Las tres primeras relaciones observan una caída normal en sus cambios pero al engranar la cuarta, el temperamento se vuelve sosegado, un tanto largo si vemos el potencial del 3.3 litros.
No obstante, existen tres modos para cambiar un poco el sentir del tren motor: Normal, Eco y Sport. El segundo siempre busca la relación más alta con miras a economizar combustible –no siempre posible, dada su masa y tracción integral–. Pero el Sport sí le concede una proactividad muy agradecida, con cambios más rápidos y una tendencia a conservar el latido del corazón térmico por arriba de las 2,500 rpm. Y aunque podemos jugar un poco con la palanca de velocidades vía su carril de modo Manual –no hay manetas tras el volante–, en honor a la verdad su actuación califica de consistente, ágil si nos compenetramos con su talla y masa, pero sin enamorar. De hecho, en nuestra zona preferida de curvas luce bastante bien a la consideración de su tamaño, con un subviraje evidente producto de su mayor peso –casi dos toneladas– y una geometría protectora de una suspensión que califica de suave antes que fiel a lo que discurre en los neumáticos.
Su mejor ambiente sucede en las autopistas amplias, donde la sedosa suspensión y el magnífico aislamiento acústico invitan a rodar grandes distancias en ocasión de un discurrir sereno, relajado y cómodo.
Su ahorro en gasolina no despertará el ansia tacaña, pero su buena respuesta al exceder un tercio de la carrera del acelerador nos dará satisfacción suficiente al intentar un rebase o sostener ritmos en carretera. Los frenos cumplen bien, aunque el tacto suave tiende a enmascarar el mordiente, lo que obliga a pisar con mayor fuerza al dudar de su capacidad de frenada en situaciones apuradas.
Por una etiqueta de casi 560 mil pesos, esta SUV de corte familiar y desempeño competente, aunada a su excelente comodidad y confort, resulta una alternativa atractiva a ojos pragmáticos amantes de los viajes largos sin complicaciones. Su capacidad de carga y un tren motor acoplado a una tracción integral la vuelven interesante para los que acostumbran remolcar los fines de semana su pasatiempo favorito. Y por precio, puede jugársela muy bien a las opciones premium menos espaciosas y de etiqueta más costosa. Una buena apuesta, aunque de uso muy específico.
Unidad probada
556,900 pesos (a fecha de la prueba)
NOS GUSTA
- Espacio interior
- Aislamiento acústico
- Calidad de marcha
NOS GUSTARÍA
- Más ahorro de combustible
- Frenos más consistentes
- Más equipo por el precio
Resumen técnico
MOTOR
Tipo/cilindrada: V6, 3.3 l
Potencia máxima: 290 HP a 6,400 rpm
Par máximo: 341 Nm a 5,300 rpm
TRANSMISIÓN
Caja: Automática, seis velocidades
Tracción: Integral permanente
DIMENSIONES
Largo x ancho x alto: 478 x 189 x 168 cm
Distancia entre ejes: 278 cm
Cajuela: 320 litros
Tanque de combustible: 71 litros
Peso vacío: 1,930 kg
PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)
0 a 400 metros: 18.10 s
Rebase 80 a 120 km/h: 7.69 s
Frenado de 100 a 0 km/h: 39.1 m
Consumo medio: 10.5 km/l