Por Ernesto Roy Ocotla (@ErnestoRoyOfi)
Estuvimos presentes en el lanzamiento estático de la nueva Hyundai Creta en la Ciudad de México. Pero no era suficiente verla, había que manejarla y para ello viajamos a Puerto Vallarta, Jalisco.
Se habla del tercer producto Hyundai en el segmento de las SUVs, que mucho ha crecido tanto en tamaño como en importancia. Después de subcompactos y compactos, lo que mas se vende en el país son las camionetas y ahí hay una gran oportunidad para todas las marcas.
Por fuera nos encontramos una camioneta que por proporciones recuerda a sus dos hermanas mayores. La caída del medallón es muy similar a Tucson, y también la temática corporativa, nombrada “Fluidic Sculpture 2.0” que se nota en faros y más específicamente en parrilla, hexagonal en silueta.
En cuanto a seguridad se agradece que todas las versiones cuenten con seis bolsas de aire, frenos ABS y ESP de serie. El habitáculo ofrece un espacio suficiente para que cuatro adultos viajen con comodidad. La posición de manejo es mas la de un auto, ligeramente elevada, que permite observar el entorno con facilidad. Los ajustes del asiento del conductor, eléctricos en la versión tope que probamos, permiten encontrar la posición correcta tras el mando principal. Lo dominante en cuanto a materiales son plásticos duros al tacto, aunque eso sí, se juega con texturas y acabados.
El ensamble se percibe sólido y en estos primeros kilómetros de contacto no aparecieron ruidos de rodamiento, a pesar de que circulamos por terrenos un tanto desiguales que sometían a torsión a la Creta.
Sin duda una de las grandes dudas cuando se conoció la información técnica de la Creta era si los 121 HP que ofrece el 1.6 l serían suficientes para el tipo y tamaño de producto. Durante este primer contacto a nivel del mar, y rodando a ritmos un tanto acelerados, nos encontramos con suficiente energía para desplazarnos. Una de las cuestiones que penalizan en alguna manera es la calibración de la caja, lo que genera que las recuperaciones e incorporaciones a vías rápidas tomen tiempo. En ciudad este comportamiento cambia, pues las transiciones entre marchas son suaves y cuando se hacen cambios en el modo manual de la caja automática toman poco tiempo en efectuarse. Tal vez con una posible aparición de modos de manejo que recalibren los elementos mecánicos podría sentirse más vivo el conjunto, al menos en línea recta.
La situación mantiene un buen tono cuando ponemos nuestra atención en el comportamiento de la Creta en curva. Es más, podríamos vaticinar que este es uno de los apartados donde destaca frente a su competencia, pues el ajuste de los elementos de suspensión tiene un buen balance entre el control de la oscilación y el filtrado de las imperfecciones en el asfalto. Disfrutamos de una zona de curvas de montaña y encontramos un conjunto bien plantado en los cambios continuos de dirección. Existe una ligera tendencia a seguir de frente, pero la dirección apoya con un tacto suave y comunicativo para colocar a esta SUV justo donde queremos. Los ritmos acelerados no serán habituales en el uso diario, pero se tiene la capacidad de disfrutar una buena sesión de manejo. En cambio, en la ciudad es donde se percibe natural. La absorción de baches y topes es suave y en ningún momento tacha de seca o corta en recorrido, contribuyendo para que la calidad de marcha sea agradable para el concepto familiar.
En cuanto a rendimientos y consumos, estaremos a la espera de tener de visita una de estas unidades para llevar a cabo nuestra prueba a fondo, pero a manera de referencia, durante el trayecto entre Sayulita y Puerto Vallarta logramos un consumo medio de 12.7 km/l. Se entiende entonces que el propulsor se enfoca mayormente a conseguir buenas cifras de consumo frente a un desempeño que destaque en línea recta.
Habrá que ver la aceptación que le de el consumidor mexicano, pero por lo pronto, podemos asegurar que el balance entre equipamiento, prestaciones y nivel de precios la ubican de manera competitiva frente a los diversos rivales del segmento.
