Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Al parecer, Fiat-Chrysler Automobiles comienza a ver la luz al final del túnel. Fiat sufrió una severa crisis en años anteriores que obligó al entonces director de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, a hacerse cargo del consorcio hasta la llegada del italo-canadiense Sergio Marchionne, que luego de reflotar el consorcio hubo de soportar los embates de la crisis europea.
Chrysler, por su parte, venía de su divorcio con Daimler-Benz, por lo que no tuvo la fuerza para soportar la crisis hipotecaria de Estados Unidos. Mientras que General Motors fue rescatada por el gobierno americano y cerró varias divisiones (Oldsmobile, Pontiac, Hummer, Saturn), Ford vendió sus marcas europeas (Volvo, Jaguar, Land-Rover, Aston Martin) y cerró Mercury. Pero Chrysler había cerrado Plymouth desde 2001, por lo que su solución fue ser absorbida por Fiat.
El conglomerado hizo un esfuerzo por refrescar parte de su cartera, pero Lancia no prosperó con modelos Chrysler reetiquetados, mientras que el Dodge Dart y el Chrysler 200 tampoco obtuvieron los resultados esperados, mientras que el calendario de renovaciones sufrió una serie de atrasos, con modelos como el 300 o la Journey acumulando años.
Si bien estuvo sobre la mesa la venta de Magneti Marelli e incluso recibieron ofertas por las firmas Alfa Romeo y Maserati, Marchionne prefirió abogar por una nueva fusión con algún grupo automotor, pero recibió reiteradas negativas por parte de General Motors, Ford, Toyota, PSA y Nissan-Renault.
Sin embargo, las cosas parecen estar yendo mejor en el consorcio italoamericano, gracias al lanzamiento a bolsa de Ferrari, el aumento de producción en la casa de Maranello y el éxito de divisiones como la mencionada Alfa Romeo, además de Jeep y RAM. La presentación reciente de modelos de nicho como la Pacifica, la Grand Cherokee Trackhawk o el Challenger SRT Demon son el mejor indicativo de que las cosas comienzan a tomar un mejor sendero.
Ahora, es Sergio Marchionne quien recula y afirma que en este momento son otras las prioridades del fabricante: “Debemos tener mucho cuidado de no comenzar con sueños poco realistas acerca de la consolidación, cuando estamos en camino a lograr importantes resultados históricos y una posición libre de deudas. No estamos en un punto de tiempo para hablar de cualquier alianza”, señaló en Ámsterdam, en la reunión anual de inversores.
El directivo espera que FCA sea una empresa libre de deuda para el 2019, es decir, el año de su retiro. Los compromisos del grupo ascendían a siete mil millones de dólares a finales de 2016. Este anuncio se da a unas semanas de que el Grupo Volkswagen mostrara apertura para entablar acuerdos comerciales con Fiat-Chrysler, aunque Marchionne señaló que de momento no están en negociaciones con los germanos, mientras que seguirán poniendo empeño en el desarrollo de más SUV-Crossovers.