Bugatti produce los más exclusivos, poderosos y veloces autos del mundo. “Es un reto, es emocionante y muy satisfactorio ser parte de ello”, dice Frank Heyl, Director Adjunto de Diseño, un hombre que no sólo ama el buen diseño, sino también la velocidad: el complemento perfecto para el fabricante de hiperdeportivos francés radicado en Molsheim.
Por Edmundo Cano Fotos: Archivo
Frank Heyl, diseñador de 41 años, se graduó del Royal College of Art en Londres, y trabajó con varias armadoras antes de comenzar su carrera en Bugatti en 2008. Aquí, formó parte de los equipos de diseño de vehículos como el
Veyron Supersport, Vision Gran Turismo, y
Divo.
Luego fue nombrado Director de Diseño Exterior en 2014, y ha sido el diseñador adjunto del Director de Diseño Achim Anscheidt desde 2019. Es un rol que lo lleva al límite. Se toma descansos creativos y dinámicos varias veces al año, asistiendo a track days en sus tiempos libres.
Trabajo de ensueño
Ajusta con fuerza el arnés de seis puntos y enciende el motor.
Cuando Frank Heyl está al volante de su propio Porsche 911 GT 3, se siente en su elemento.
“No soy piloto de carreras, pero me gusta manejar rápido y llevar el vehículo al límite. Todos sabemos que un circuito de carreras es el mejor lugar para eso”.
El trabajo diario de Heyl consiste en desarrollar los autos más rápidos del mundo. El diseñador, oriundo de Hamburgo, es modesto y aterrizado. Los resultados y el rendimiento son lo importante para él, no formar una impresión descarada –justo en línea con la tradición de Bugatti.
Y justo como en el trabajo,
Heyl pasa meses refinando cada ínfimo detalle hasta que ha implementado perfectamente sus ideas, llevándolas a cabo a la perfección. Ha registrado varias patentes durante los últimos años, por ejemplo, un cofre especial con una función de vacío para el Chiron. En lugar de usar orificios de ventilación para el motor, Heyl diseñó un cofre de doble capa que incorpora una guía de aire con diseño de sándwich, que sólo se abre una vez que el vehículo se encuentra en movimiento, para extraer el calor del compartimento del motor hacia la parte trasera del auto, sin necesitar de agujeros de ventilación adicionales.
“Eso hubiera echado a perder la vista trasera del auto. No me gustaba”, dice.
La forma sigue al rendimiento. Como diseñador, Heyl sabe
lo difícil que es crear un producto holístico que combine adecuadamente todas sus propiedades, sin sacrificar un buen diseño.
“Me encanta trabajar todos los días en lograr estos objetivos, y hacer que estos autos sean aún mejores”, explica.
Forma y función
Heyl no es un diseñador convencional que únicamente se enfoca en la estética. Considera a la función y los detalles técnicos igual de importantes. Como parte de su rol en Bugatti,
toma inspiración de la colaboración cercana entre ingenieros y diseñadores, incluso después de tantos años. Ya que Bugatti produce hiperdeportivos en pequeños lotes, la compañía requiere de procesos de producción muy diferentes a los utilizados en la producción a gran escala.
“En Bugatti, desarrollamos soluciones especiales enfocadas específicamente a nuestra necesidad de construir cada auto de la forma más perfecta posible. Esto produce resultados que solamente se encontrarían en autos de carreras, para ejemplares homologados para las calles”, añade.
“Nuestro equipo de diseño desarrolla nuevas aproximaciones, junto con nuestros ingenieros, desde el boceto inicial hasta el lanzamiento de un modelo, o incluso pedidos de personalización especial por parte de nuestros clientes. Siempre somos parte del círculo, durante todo el proceso de desarrollo”, explica Frank Heyl.
En el contexto de la manufactura de hiperdeportivos,
él y su equipo tienen todas las libertades de diseño que podrían desear.
“Como resultado, somos capaceas de implementar tres estilos completamente diferentes con el Divo, el Centodieci y el La Voiture Noire, sin alejarnos de los valores clave de Bugatti”, señala.
A Frank le fascinan dos aspectos de los vehículos. Primero el diseño, las proporciones; por ejemplo,
la altura del habitáculo en relación a las ruedas. La postura de un vehículo también forma parte de este elemento. ¿Sus líneas se ven echadas hacia atrás, o saltando hacia adelante? ¿Luce atlético, o más bien elegante? Y qué hay con el lenguaje de diseño del vehículo, ¿incorpora elementos orgánicos o técnicos?
Para Heyl, la segunda categoría la forma todo aquello que tiene que ver con el rendimiento.
“Además de la arquitectura del tren motriz y el concepto del motor, este elemento se centra por encima de todo en el concepto aerodinámico”, explica.
También le fascinan la historia y el éxito en el deporte motor. “Me apasiona la tecnología, a pesar de que soy un diseñador”, dice.
“Esto es en parte debido a mi pasión por jugar con los autos, aunque tenga tan poca oportunidad de hacerlo”, añade con una sonrisa.
Por sobre todo, Heyl está interesado en nuevas tecnologías y materiales.
“Éstos resultan en nuevas oportunidades de diseño y soluciones potenciales, como las calaveras fragmentadas del Divo”, señala Heyl.
La termodinámica y aerodinámica también juegan su parte en este contexto. El fundador de la compañía, Ettore Bugatti, quien convirtió la ingeniería en una forma de arte a través de buscar siempre la perfección, estaría de acuerdo.
Lo que le gusta a Heyl del actual Chiron es que incorpora un diseño minimalista con características a prueba de tiempo.
“En mi opinión, el Chiron representa un atleta fornido y bien entrenado, que se enfoca en buenas proporciones y usa ropa a prueba del tiempo”, explica. Los dos tonos de pintura en la carrocería dividen el volumen del Chiron de forma única, y
esto les da a los clientes opciones de configuración individual para que puedan expresarse a través de combinaciones de color casi ilimitadas. Frank Heyl está seguro de que
“esta es otra razón por la que el Chiron superará el paso del tiempo”.
El más rápido
Esto pasa en el
Super Sport 300+, donde Heyl fue el responsable de la apariencia visual y el concepto aerodinámico.
Este hiperdeportivo fue el primer auto preserie en llegar a 300 millas por hora (482.803 km/h) y garantizar su lugar en los libros de historia de los coches más veloces del mundo.
“Hemos llegado al máximo potencial técnico con este vehículo, y puedes sentir un genuino espíritu pionero, es como si fuera mi propio alunizaje”, afirma con orgullo.
Sus autos de ensueño incluyen el Porsche 911, McLaren F1, Red Bull X2010, Peugeot 905 EVO1, Mazda 787B, Aston Martin Valkyrie, pero también el Divo con sus 16 cilindros.
“Me fascina la arquitectura extraordinaria en los vehículos, y el concepto de sus motores, porque la disposición del tren motriz es la clave para sus proporciones, que es el elemento principal del diseño automotriz”, concluye Heyl, quien no puede esperar para develar al mundo su nuevo proyecto, muy pronto.