El Streamliner Challenger 2 1968 reclama un nuevo récord

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Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).

 

La atención del récord de velocidad en tierra la acaparan actualmente los autos de producción, con el Koenigsegg Agera RS y sus 447.19 km, así como el récord absoluto, en poder del Thrust SSC desde 1997, con 1,228 km/h obtenidos vía motores de reacción.

 

 

Pero antaño, cuando comenzó la carrera por la velocidad y su respectiva guerra de registros, la energía cinética no provenía de motores de avión, sino de ruedas tractoras, pese a la forma de cohete de los vehículos (o Streamliners, como se les denomina). Desde mediados de los años 60 este tipo de vehículos dejaron de luchar por el récord absoluto, aunque se les considera en una categoría aparte.

 

 

Esto no fue obstáculo para que un grupo de entusiastas se animaran a intentar un nuevo récord. Al frente de ellos se encontraba el piloto Danny Thompson, hijo del también corredor Mickey Thompson, quien ya había logrado una marca de 654.36 km/h (406.60 mph) allá por 1960, con el vehículo denominado Challenger I. En 1968, el volante estadounidense trató de romper su propio récord y rebasar los 700 km/h con un nuevo prototipo denominado Challenger 2, pero el intento se suspendió por lluvia.

 

 

Lamentablemente, Mickey fue asesinado en 1988, sin la oportunidad de un nuevo intento. Pero su hijo, a sus 69 años (70 en octubre, de hecho), decidió rescatar al Challenger 2 y modificarlo. El vehículo ya era impresionante, con un motor Ford 427 en cada eje y un combinado de 1,800 HP, que ahora fueron sustituidos por dos bloques HEMI alimentados por nitrometano y con un total de 2,500 HP.

 

 

El chasis y la carrocería de aluminio permanecieron tal como los dejó su padre hace 50 años. La cita fue una vez más en el salar de Bonneville, en dónde Mickey Thompson estableció su propia marca y donde no pudo realizar su segundo intento. Sin embargo, el clima no fue un obstáculo en esta ocasión y el Challenger 2 promedió una velocidad de 722.204 km/h (448.757 mph).

 

 

Con esto, Danny no sólo superó el récord de su padre, rebasando los 700 km/h, sino que también logró un nuevo récord de velocidad en tierra para un vehículo de ruedas tractoras, pues el anterior registro, establecido en 2012 por George Poteet a los mandos del Speed Demon, quedó en 706.540 km/h (439.024 mph). Con esto, el Challenger II también se convirtió en el automóvil propulsado por un motor de pistones más rápido del mundo.

 

 

El Challenger 2 alcanzó una velocidad máxima de 725.668 km/h (450.909 mph), que al promediarla con la carrera en sentido contrario (necesario para validar el récord) de 718.741 km/h (446.605 mph), nos da el resultado. Si algo de Mickey Thompson queda por ahí, en algún lugar, sin duda estará más que orgulloso.