Dodge Challenger SRT Hellcat: prueba de manejo

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Por Franky Mostro Fotos: José Luis Ruiz Edición para online: Manuel Fernández

 

https://www.youtube.com/watch?v=G5L3xr8yNsE

 

Todo era cuestión de tiempo con esta guerra desorbitada entre muscle cars que no solo abusan de sus litros de más en sus bloques de ocho cilindros, sino que ahora son sobrealimentados con supercargadores que igualan el desplazamiento de un motor de cuatro.

 

Nunca nadie lo anunció en todos estos años, sin embargo, era de esperarse un motor HEMI con un twin screw coronando el múltiple de admisión. La pregunta era: ¿cuántos caballos logrará esta bestia? Pues los 485 de un SRT atmosférico no eran poca cosa.

 

 

Ya en México

 

Si bien soñábamos con hacer un burnout de toda la primera y parte de segunda en cuanto estuviéramos atrás del volante, esto no ocurrió así. Nos llevó más de 15 minutos juguetear con todas las monadas que te ofrece el Hellcat como la pantalla táctil, el launch control, el monitoreo de prácticamente todas las funciones deportivas y el ajuste electrónico de varios modos de manejo. Todo, al mismo tiempo que, con la otra mano, mañosamente sentíamos los buenos acabados de consola, volante y asientos, mientras nuestras bajas pasiones cruzaban ya nuestra mente.

 

Por fin estábamos solos y la chica parecía acceder a mis piropos y se sonrojaba al decirle que me atraía mucho el sonido de su escape y el tornillo justo rebasando las 3000 vueltas sin ninguna velocidad engranada.

 

Empezamos a rodar despacio pues, aunque ya nos conocíamos, la pista de baile era otra. Una curva, otra más rápido… el auto no se va. La electrónica, aún en “modo pista” le ayuda barbaridades a controlar todo ese despampanante torque y, así, continuamos a velocidades muy sexys. Al fin una agarradita de pierna era factible después de tanto tiempo.

 

Y como era de esperarse en un amor tan anunciado, finalmente le robamos un beso al Challenger: pedal a fondo y el tan prometido arrancón estaba consumado. El auto es capaz de enllantarse durante las tres primeras marchas de sus ocho –no solo dos como creíamos-, envolviendo todo su entorno con humo blanco y acompañado de un delicioso aroma de llanta cara quemada.

 

Y no estamos muy seguros de si éramos correspondidos de amor o la furia y la ofensa impulsaban su cardán, pero el auto no dejó de acelerar. La sensación de cómo nos puede llegar a fundir con el asiento es difícil de igualar, tal vez solo la hayamos llegado a sentir en dos o tres autos y una novia. No más.

 

 

Mucha pasión

 

La capacidad de devorar metros de asfalto es inaudita, solo la falta de una recta apta en la pista de Pegaso nos impidió comprobar que la aguja del velocímetro rebasara los 300 km/h que ofrece la ficha técnica oficial. Pero ¿saben que? Sí los da, confíen en nuestra palabra, sobre todo en nuestro estómago que intercambió lugar con los pulmones.

 

La pregunta de siempre y obligada para un auto americano es: la chica es muy guapa y roba suspiros pero… ¿sabrá bailar? O, lo que es lo mismo, en recta es un monstruo de aceleración; ¿qué tal en las curvas?

 

Pues bien, su comportamiento fue una agradable sorpresa. La suspensión independiente –pensada para la tortura- nos dejó ir al ritmo que le pedíamos y, si bien no cuenta con el manejo tan leal de un Born Racer como el Viper, sí es tal vez uno de los mejores en un muscle car, aventando colazos y recuperando sus más de 2,000 kilos espectacularmente.

 

Cuando más emocionados estábamos con el Challenger, sus 707 hp y su comportamiento, una tremenda cachetada nos hizo saber que habíamos llegado demasiado lejos. Y vaya que tenía la mano pesada, ya que sus principios inculcados por Brembo y unos discos de 391 milímetros nos hicieron sentir una frenada contundente. Podemos decirles que tratamos de fatigarlos con lujo de lujuria y nunca flaqueó.

 

Sin duda la historia de amor que se puede tener con un Challenger Hellcat superaría la de Elizabeth Taylor y Richard Burton. Simplemente, como en toda relación, siempre se deben saber los límites de cada uno.

 

 

NOS GUSTA

Saber que tienes 707 hp aunque no se usen ni 200 en el tráfico

Que sobreviva un “Big Block” supercargado

Manejo caprichoso no apto para novatos

 

NOS GUSTARÍA

Versión mexicana con tres pedales

Que usara llantas más barata

La paleta completa de colores de 1970

 

 

Resumen técnico

 

MOTOR

Tipo/cilindrada: V8, 6.2 l, supercargador

Potencia máxima: 707 hp a 6,000 rpm

Par máximo: 881 Nm a 4,000 rpm

TRANSMISIÓN

Caja: Automática, ocho velocidades

Tracción: Trasera

DIMENSIONES

Largo x ancho x alto: 502 x 192 x 148 cm

Distancia entre ejes: 294 cm

Cajuela: 458 litros

Tanque de combustible: 72 litros

Peso vacío: 2,245 kg

PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)

0 a 400 metros: 13.30 s*

Rebase 80 a 120 km/h: 3.76 s

Frenado de 100 a 0 km/h: 39.5 m*

 

*: La unidad de pruebas iba en su segundo juego de llantas, las cuales eran de inferiores especificaciones a las de fábrica. De ahí se derivaron problemas de tracción en la arrancada que resultaron en tiempos impropios para el nivel de potencia y torque. Probablemente pudieron mejorar también las distancias de frenado.