Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Recién impuesta una multa por 1,000 millones de Euros por parte de las autoridades alemanas a Volkswagen AG a causa del caso DieselGate, nos enteramos que personas que ocupan o han ocupado altos puestos en el consorcio fueron requeridas por las autoridades.
El principal fue Martin Winterkorn, CEO de Grupo Volkswagen en 2015, cuando se destapó el escándalo, pero las autoridades judiciales alemanas también pidieron la comparecencia de Rupert Stadler, quien ha fungido como CEO de Audi desde 2010, es decir, desde antes que se descubriera el DieselGate, por lo que su presunción como copartícipe, la cual se remontaría a 2012, no es gratuita.
Aunque Stadler fue varias veces respaldado por las altas cúpulas de Porsche SE, empresa propietaria de Grupo Volkswagen y subsidiarias, el temor que esté ocultando o tergiversando evidencia crucial en las investigaciones, además de una acusación de falsificación de documentos, hicieron que la fiscalía de Múnich solicitara una orden de arresto preventiva para el ejecutivo, misma que se cumplimentó este lunes por la mañana.
Audi llevará a cabo una junta de supervisión este día, en donde se podría nombrar a un director interino mientras se resuelve la situación del ejecutivo alemán de 55 años. Hay otros 20 directivos de Audi bajo investigación, incluyendo Bernd Martens, jefe de compras de la firma. Wolfgang Hatz, exdirector de desarrollo de motores, ha estado preso desde septiembre de 2017.
Volkswagen AG admitió en 2015 que habían instalado un software en algunos de sus motores a diésel, el cual al detectar que el auto se encontraba en una prueba de laboratorio estática, con velocidades constantes y el volante fijo en posición recta, usaba un algoritmo que ponía en funcionamiento los dispositivos antiemisiones y aumentaba considerablemente el consumo, mientras que en manejo normal, un segundo algoritmo bloqueaba dichos dispositivos, aumentando decenas de veces las emisiones.
Dichos motores falseados se encontraron en filiales como Volkswagen, Porsche y Audi, por lo que también se investigó a sus directivos por presunta participación. El caso le ha costado hasta ahora unos 26,000 millones de Euros a Volkswagen AG, contando multas, cancelación de inversiones y recalls.