Chevrolet Camaro SS: prueba de manejo

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Por Héctor de Losada / Fotos: Carlos Quevedo

 

Las siglas SS fueron por mucho tiempo mal utilizadas por Chevrolet, al usarlas únicamente en modelos sin esa potencia que emociona al solo girar la llave y escuchar el motor. Eran épocas difíciles y severas para el músculo por las regulaciones, tanto, que se llegaron a ver motores V8 que no alcanzaban los 200 HP ni cepillándoles las cabezas. Esto orilló a que a algunos amantes de los muscle cars se fijaran en otras opciones y partieran hacia nuevos horizontes.

 

 

Algunos de estos modelos llevaban las SS en sus costados, pero las letras les quedaban muy grandes, considerando a lo que Chevrolet nos tenía acostumbrados.

 

 

El segmento, cuya existencia estaba dudosa no hace mucho tiempo, hoy está más fuerte que nunca, y los fans del acero de Detroit, el cual ha evolucionado mecánicamente como nunca, crecen día con día en número.

 

 

Chevrolet lo sabe, así como que una renovación de su Camaro era de vital importancia. Existían dos tendencias para ello, continuar como un auto grande disfrazado de deportivo, o tomar el camino de su archirrival, el Mustang, el cual optó por hacer un vehículo más pequeño de tamaño, aunque más ágil y potente. Como era de esperarse, la segunda opción era la obligada. El resultado fue grandioso, un Camaro que retoma la filosofía de 1968, más pequeño y atractivo sin perder esas voluminosas líneas que intimidan a su paso.

 

 

El largo cofre y la reducida cola ahora se ven mejor proporcionados, y si el Camaro anterior tenía el problema de visibilidad para el conductor por su bajísimo techo que lo hacía ver hermoso, te informamos que el modelo nuevo sigue igual. Ni hablar, la belleza cuesta.

 

 

Los pliegues del cofre y las tomas de aire, el alerón trasero, los rines de 20”  y la salida cuádruple de escape distinguen al SS de sus “hermanitos” con menos pistones. Y si tu vista no alcanza a distinguir esos cambios, seguramente el inconfundible gorgoreo de su V8 lo hará.

 

 

Por dentro la mejoría es notoria, si bien algunos materiales podrían llegar a incomodar a aquellos que nunca se han enterado de que la historia ha hecho grandes a los Camaro por su desempeño. Los asientos son de lo mejor; el acabado, material y atrevimiento de combinación de color le dan un toque exótico, que no cualquiera puede portar.

 

 

La consola central también es más funcional y práctica, al igual que los controles del aire acondicionado, los cuales se activan girando las perillas de las salidas de los ductos. La pantalla central es de fácil uso y cuenta con tecnología de punta, el diseño de los relojes es el indicado para este auto, aunque sentimos que en el resto del tablero está un peldaño por debajo.

 

 

Pero no estén tristes, ya que la sexta generación del Camaro rinde honor por completo a este par de consonantes del poder. Y es que desde que manejamos el Corvette Sting Ray, sabíamos que el motor LT1 de 6.2 litros sería el lógico heredado a su hermanito menor, solo habría que hacerle una carrocería, chasís e interior  nuevos, y llenarlo de tecnología amigable.

 

Lograr esos 455 HP en un motor de aspiración natural, obligó a los ingenieros de Chevrolet a sacar varios trucos de la chistera llevando prácticamente al punto de la casi perfección a un motor que sigue usando árbol de levas al bloque y dos válvulas por cilindro. Inyección directa, apertura variable de válvulas y un sistema de escape muy a la Corvette, el cual abre unas válvulas dejando salir toda su furia a través de cuatro salidas cuando tu pie derecho así lo disponga.

 

 

La transmisión del que probamos aquí es la automática de ocho cambios con paletas al volante, pero, afortunadamente, tuvimos la oportunidad de sentir la manual de seis en la presentación de Nebraska. Y aunque para una ciudad tan complicada y llena de tránsito como el Distrito Federal se pensaría en la comodidad de no sufrir con un embrague, sí preferimos en 99% la manual que deja exprimir cada uno de los HP y revivir esas rudas sensaciones de un musculoso de 1967, que Chevy nos vende con la carrocería 2016.

 

 

Si bien el motor del nuevo Camaro se lleva un gran aplauso, el secreto del éxito de este Six sin duda es la plataforma Alpha, sí, la que usa Cadillac en su ATS, la cual cuenta con avances nunca antes imaginados para un muscle car, como la ligereza obtenida gracias a la suspensión de aluminio McPherson adelante y multibrazo para la parte posterior. El sistema de amortiguación MagneticRide, antes exclusivo para el Corvette y ahora de serie para el SS, permite ajustarla a diferentes tipos de manejo. Y si sumamos los frenos Brembo de 345 mm al frente y 338 atrás, ambos de cuatro pistones y rines de 20”, se sabe la intención de nuevo Camaro: “Meterle y muy duro”.

 

 

En teoría, este Camaro debería ser más ágil, rápido, fácil de llevar y difícil de perder y, como dicen por ahí, los números no mienten y es más, se quedaron cortos. Y es que la conducción respecto al SS anterior es abismal, la nueva ligereza se percibe en todo momento, y aunque los 2,200 metros de altitud nos pasaron factura, la aceleración es progresiva y divertida usando el modo Track de sus múltiples settings de manejo. El sobreviraje bajó tanto como su peso y dimensiones, otra de las bondades de la tracción trasera es el juguetear con la cola, lo cual ahora es más fácil de hacer, y si lo que se quiere es hacer babear al vecino del Prius, los burnouts con humo son incluidos en la factura. El frenar en este auto se puede describir como implacable y sin dudar ni un segundo se la jugamos a cualquier europeo de seis cifras.

 

Digamos que lo malo del Camaro Six es lo mal que hará sentir a los dueños de Camaro modelos 2010 al 2015.

 

 

Unidad probada

664,600 pesos (a fecha de la prueba)

 

 

 

NOS GUSTA

-      Reducción de tamaño y peso

-      El rugido del LT1

-      Su comportamiento en curvas

 

 

NOS GUSTARÍA

-      Un spoiler de cola de pato

-      Caja de doble clutch en los automáticos

-      Una versión Z28 con motor de 7 litros

 

 

Resumen técnico

MOTOR

Tipo/cilindrada: V8, 6.2 l

Potencia máxima: 455 hp a 6,000 rpm

Par máximo: 617 Nm a 4,400 rpm

TRANSMISIÓN

Caja: Automática, ocho velocidades

Tracción: Trasera

DIMENSIONES

Largo x ancho x alto: 478 x 189 x 134 cm

Distancia entre ejes: 281 cm

Cajuela: 320 litros

Tanque de combustible: 72 litros

Peso vacío: 1,710 kg

PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)

0 a 400 metros: 14.16 s

Rebase 80 a 120 km/h: 3.59 s

Frenado de 100 a 0 km/h: 34.6 m

Consumo medio: 10.0 km/l