Chevrolet Beat NB vs. Hyundai Grand i10 Sedán

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Por Manuel Fernández (@Mfer_89)                         Fotos: Carlos Quevedo

 

El Grand i10 Sedán es un auto que siempre nos ha parecido muy recomendable por su equilibrio entre calidad, refinamiento, practicidad y eficiencia. ¿Qué tiene el Beat para competirle? ¿Está a la altura aun cuando se basa en la anterior generación del Spark?

 

 

Lo primero es que, incluso cuando ambos se mantienen debajo de la barrera de los cuatro metros (exactamente 3.99), lo distinto en las plataformas que les dan vida se hace evidente en otras dimensiones que afectan el espacio. El Beat es siete centímetros más angosto, sus vías son hasta ocho centímetros menos anchas y su distancia entre ejes es cinco centímetros más corta. 

 

 

En la práctica y de acuerdo con nuestras mediciones, eso son unos 10 centímetros menos de lugar para las piernas de los pasajeros de atrás y dos a lo ancho para ambas filas en el Beat. Sumado a eso, quienes viajen en la segunda fila tienen cinco centímetros menos para sus cabezas. Sí, el Chevrolet no es el más amplio para llevar cuatro adultos, pero el Grand i10 es todo un ejemplo de aprovechamiento interior al ser, incluso, mejor en algunas cotas que su más costoso y voluminoso hermano: el Accent.

 

 

La habitabilidad es solo uno de los aspectos en que el Hyundai toma la ventaja, pues en calidades también está adelante del Chevrolet con plásticos de apariencia más sólida por su tratamiento de superficie y un brillo menos acentuado, que lo aleja de esa impresión de auto económico. Las vestiduras en tela lucen correctas en ambos, eso sí. El Grand i10 también está más pulido en pequeños detalles, como el hecho de contar con un apoyabrazos en los asientos posteriores, en espacios de almacenamiento mejor resueltos, en unos cinturones de seguridad delanteros que se ajustan en altura, en que la cajuela sí viene iluminada y se puede abrir de más formas remotas (si bien la portezuela no viene recubierta en su cara interna en ninguno), en que los cojines son más ergonómicos o los botones para subir o bajar los cristales sí pueden ir iluminados.

 

 

En donde empatan es que el Beat sí tiene un quinto cinturón central de tres puntos, aunque el i10 compensa con una quinta cabecera. El Chevrolet responde con una interfaz de entretenimiento más moderna, virtud de una pantalla táctil que puede replicar lo que se ve en un celular, además de contar con más botones en el volante que se encargan de la gestión del radio, aunque no alumbran en la noche. Algo muy importante es que el Beat NB sí ofrece anclajes ISOFIX para sillitas infantiles atrás, carencia notoria en el Hyundai que no lo hace idóneo para familias jóvenes.

 

 

Y ya citando la seguridad, existe una variante del Hyundai sin airbags y ABS, mientras que en el Beat todas las versiones tienen doble airbag, aunque el ABS únicamente está disponible hasta el más costoso y en el Hyundai desde el intermedio, junto a las bolsas de aire.

 

 

Siendo los dos muy competentes al volante, si tenemos en cuenta la función urbana para la que fueron concebidos, una vez más se notan los años de diferencia entre la arquitectura del Chevrolet y la del Hyundai. Recordemos que el Grand i10 con carrocería hatchback apareció en mercados internacionales tres años después del Spark, que da vida a este Beat, o lo que es lo mismo, casi una generación de diferencia entre uno y otro.

 

 

La modernidad del Hyundai saca la cara con una marcha más aplomada, aunque no necesariamente más cómoda que la del Beat, suave y agradable en entornos urbanos, pero con una estabilidad que se compromete más en asfaltos irregulares o apoyos fuertes en relación a un Grand i10 que rueda como un coche mayor, cortesía de esos centímetros extra en su pisada. También está mucho mejor insonorizado y, aun así, la diferencia de peso es marginal, lo que saca a relucir el 1.2 más enérgico en el Hyundai, debido a que así los dos arranquen con presteza, al subirlos de régimen el Chevrolet se nota más perezoso y eso se refleja en los números, que mejoraron muchísimo en el Beat NB contra los registros obtenidos en nuestra edición 276 (se lo endilgamos a un problema de señal de nuestro equipo Vbox). Sin embargo, eso no fue suficiente para superar a un Hyundai que con caja manual está muy bien relacionado y lleva una gran ventaja por lo elástico que resulta; incluso permite circular en tercera o cuarta, en situaciones que un coche similar necesitaría bajar a segunda o primera.

 

 

De paso, la transmisión del Hyundai es más suave tanto en la operación del embrague como del selector, es más llevadera, aunque en el Beat los pasos entre marchas siguen siendo precisos y el mayor peso del clutch al sacarlo hace que sea más lineal su operación, al menos en nuestro caso. La ventaja en desempeño desaparece si el Hyundai equipa caja automática (opción que no existe en el Beat), pues los cuatro cambios, así impliquen caídas no tan dramáticas del régimen de giro (unas 2,200 rpm de primera a segunda y otras 1,500 de segunda a tercera), no aprovechan tan bien lo que entrega el eficiente cuatro en línea. Su ventaja en comodidad implica algún sacrificio en suavidad, aunque al menos tiene un no muy rápido modo manual para poder tener más control.

 

 

El Chevrolet gana definitivamente con una dirección hidráulica más natural e intuitiva; la eléctrica del Hyundai está sobreasistida, algo perfecto para ciudad al poderse mover con un dedo, pero más delicada en carretera y con la particularidad de que su retorno a la posición del centrado no se da del todo, así que entre curvas conviene acostumbrarse a no dejar regresar solo el volante, pues el auto podría seguir girando sin que lo queramos. Otra victoria para el Beat son sus distancias de frenado más cortas, en caso de emergencia, siempre hablando, eso sí, de unidades con ABS en los dos coches, pues en ningún caso recomendaríamos adquirir uno sin este sistema. En contra: ninguno cuenta con control de estabilidad.

 

 

 Así al final el Hyundai resulte siento un vehículo más equilibrado, el Beat tiene con qué pelear en forma de una configuración de seguridad más sensata a lo largo de su gama, con una dirección de mejor funcionamiento o unos frenos de superior desempeño, siempre y cuando tengan ABS, pues según nuestros exámenes son, de hecho, mejores a los del recién lanzado Aveo, proveniente de China. El Hyundai tiene a favor su habitabilidad, una construcción más sólida y una suavidad y silencio propios de algo de mayor tamaño, además de una opción a caja automática que muchos valorarán en nuestras caóticas ciudades. ¿Nuestro veredicto? No compren ninguna de las versiones sin el equipamiento de seguridad mínimo. 

 

Hyundai Grand i10 Sedán

 

Unidad probada

GL MT: 220,300 pesos/GLS AT: 231,200 pesos (a fecha de la publicación)

 

NOS GUSTA

-      Calidad de acabados

-      Motor eficiente

-      Espacio

 

NOS GUSTARÍA

-      Anclajes ISOFIX

-      Versión GL con más seguridad

-      Mejor tacto de dirección

 

Chevrolet Beat NotchBack

 

Unidad probada

210,400 pesos (a fecha de la publicación)

 

NOS GUSTA

-      Marcha suave

-      Buenos frenos

-      Dirección más intuitiva

 

NOS GUSTARÍA

-      ABS en todas las versiones

-      Más espacio atrás

-      Portaobjetos más amplios

Resumen técnico

 

 

Hyundai

Grand i10 Sedán

Chevrolet

Beat NotchBack

MOTOR

 

 

Tipo/cilindrada:

L4, 1,248 cc

L4, 1,206 cc

Potencia máxima:

86 HP a 6,000 rpm

81 HP a 6,400 rpm

Par máximo:

119 Nm a 4,000 rpm

108 Nm a 4,800 rpm

TRANSMISIÓN

 

 

Caja:

Manual, 5 vel.

Manual,

 

Automática, 4 vel.

cinco velocidades

Tracción:

Delantera

Delantera

DIMENSIONES

 

 

Largo x ancho x alto:

399 x 166 x 150 cm

399 x 159 x 152 cm

Distancia entre ejes:

242 cm

237 cm

Cajuela:

407 litros

385 litros

Peso vacío:

969/987 kg

986 kg

PRUEBAS AUTOMÓVIL(a 2,240 msnm)

 

 

0 a 400 metros:

19.08/21.24 s

19.82 s

Rebase 80 a 120 km/h

17.44/14.31 s

13.53 s

Frenado de 100 a 0 km/h:

42.0 m

40.80 m

Consumo medio:

15.21/13.63 km/l

16.7 km/l