Audi A3 Cabriolet: prueba de manejo

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Tal vez por la distancia entre ejes, se ganó en agilidad y sentimos una trompa que entra con muchas ganas a los giros cerrados aun cuando se provoca la rápida dirección. El subviraje en buen asfalto y apoyado por las excelentes llantas de fábrica solo aparecerá al cometer un error de apreciación muy grande. 
 
Las frenadas, si hablamos de números y distancias, dieron casi los mismos resultados que en otros A3, salvo la fatiga mayor después de mucho abuso en montaña. Nada grave.
 
Lo más llamativo fueron unas aceleraciones invariables y hasta mejores contra el A3 sedán. Los tiempos, si no más concisos, se dieron casi calcados y no se mermó nada de esa saludable elasticidad del 1.8. La caja S-Tronic de siete velocidades sigue sin ser un alarde de suavidad bajo algunas circunstancias. En otros buenos modales, véase la excelente calidad de marcha.
 
El verdadero atractivo del A3 Cabriolet es que es un coche de usar sin problemas a diario y casi sin pormenores que condicionen la versatilidad del compacto en el que se construye. Este A3 es una opción especial y racional entre sus potenciales competidores. 
 
NOS GUSTA
Dinámica casi inalterada
Versatilidad
Equipamiento moderno
 
NOS GUSTARíA
Mejor ajuste del toldo
Caja más refinada
Otras opciones de motor
 

Resumen técnico

 

MOTOR

Tipo/cilindrada: L4, 1.8 l, turbo

Potencia máxima: 180 hp a 5,100 rpm

Par máximo: 250 Nm a 1,250 rpm

TRANSMISIÓN

Caja: Manual robotizada, siete velocidades

Tracción: Delantera

DIMENSIONES

Largo x ancho x alto: 442 x 179 x 140 cm

Distancia entre ejes: 259 cm

Cajuela: 275/320 litros

Tanque de combustible: 50 litros

Peso vacío: 1,505 kg

PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)

0 a 400 metros: 16.70 s

Rebase 80 a 120 km/h: 5.77 s

Frenado de 100 a 0 km/h: 39.06 m