La idea empezó a cobrar forma allá por el año 2000 con el New Beetle Dune, presentado en Los Ángeles. Algunos años antes, eso sí, en la década de los setenta, Volkswagen llegó a producir un buggie del que se llegaron a vender 5.500 unidades y que también ha servido de inspiración al nuevo Dune. A comienzos de este año, en el Salón de Detroit, Volkswagen nos mostraba una versión mucho más realista y cercana a la producción en serie. Este Dune, casi, casi, parecía un coche listo para echar a rodar. Pues bien, unos meses después, ese momento ha llegado. El Beetle Dune comienza a dar sus primeros pasos y lo hace de la mano de AUTOPISTA.
El lugar elegido, uno muy acorde con la naturaleza de este vehículo. Las dunas de la isla alemana de Sylt, situada a pocos kilómetros de Dinamarca, han sido el escenario ideal para esta primera toma de contacto. Todavía en forma de prototipo, pero después de conducirlo, podemos decir que pocas diferencias habrá entre éste y el modelo de producción. Por cierto, apuntad estas fechas. A finales del año que viene Volkswagen nos ha confirmado que el Beetle Dune tendrá lista su versión definitiva de producción. Un poco más tarde, ya entrados en el 2016, estará listo para iniciar su andadura comercial.
Aunque este primer concepto monta el motor de gasolina turboalimentado de inyección directa de 210 CV, sus responsables también nos aseguran que estará disponible con todas las mecánicas del Escarabajo actual. No sólo eso, también tendrá su versión descapotable. Preguntamos también sobre la posibilidad de una variante 4x4 –el Dune apuesta por la tracción a las ruedas delanteras-, pero parece que esta idea está descartada. Por cuestiones técnicas y de costes, principalmente, y porque, según apuntan en Volkswagen, el público de este tipo de coches lo que quiere es tener la estética de un modelo SUV pero no se va a adentrar nunca con él por caminos de tierra complicados.
Para hacer la transición del concepto al modelo de calle no serán necesarios muchos cambios. Los faros LED antiniebla, por ejemplo, que forman un semicírculo, y que son imposibles de trasladar a la calle. También perderá por el camino el mecanismo ideado en el spoiler trasero para poder dar cabida a un par de esquís. Una pena, todo hay que decirlo, porque hay que reconocer que la idea es buena, pero en muchos países no se podría llevar a la práctica por cuestiones meramente legales.
Diferentes dimensiones
El Volkswagen Beetle Dune crece 12 milímetros más con respecto al Escarabajo que conocemos ahora. También es más alto y más ancho, con unos pasos de rueda que ensanchan la carrocería 24 mm a cada lado. Estas medidas variarán ligeramente en el modelo que estará listo a finales del año que viene, pero seguirá creciendo. Visualmente es fácilmente reconocible gracias a detalles como el diseño de las llantas, de 19 pulgadas (nos comentan que podrá albergar incluso unas llantas de hasta 20 pulgadas), las aperturas de aire en el capó para la refrigeración del motor, las protecciones cromadas en los bajos o las carcasas de los retrovisores de aluminio, entre otros. También en el interior apuesta por desmarcarse del Escarabajo normal. El salpicadero está pintado en el mismo color exterior, conocido como Arizona (un amarillo-naranja metalizado), que le va como anillo al dedo a este modelo tan especial. Presume del logo Dune, especialmente llamativo en la maneta que se encuentra frente al asiento del acompañante y que sustituye a la clásica Beetle Box, y de una pantalla táctil de 7,7 pulgadas y sistema AMOLED. Un homenaje al Beetle Dune del 2000 es el display digital del sistema de balanceo del coche.
Al volante pocas conclusiones se pueden sacar de momento. Es un prototipo y algunos elementos todavía no están bien ajustados, especialmente en las suspensiones, lo que hace que se balancee más de la cuenta al conducirlo. Además, durante la prueba tampoco pudimos rebasar los 40 km/h. Pero sí que nos da una idea de lo avanzado del proyecto y, lo que es más importante, la confirmación, ahora sí, de que será producido en la planta de Puebla, en México.