Casi simultáneamente, tres superventas de un mismo segmento se renuevan… lo que no es habitual. Opel Corsa, Peugeot 208 y Renault Clio son modelos que se sitúan entre los seis utilitarios más vendidos —los otros tres son el Seat Ibiza, el Volkswagen Polo y el Citroën C3—, lo que da una magnitud de lo que supone la llegada al mercado de esas nuevas generaciones. Porque en ninguno de los tres casos, además, se trata de modificaciones sobre las generaciones ya existentes: afrontan un cambio absoluto.
Esto es clave para dotarlos de argumentos que los hagan atractivos para los compradores, más cuando emplean como base plataformas de última generación. La CMF-B (Common Module Family) sobre la que Renault erige el Clio y la CMP (Common Modular Plattform) de PSA, que sirven de base a los Opel Corsa y Peugeot 208 —los dos «made in Spain», uno de Figueruelas, el otro de Vigo- están preparadas para, no sólo permitir a estos utilitarios evolucionar dinámicamente hasta el punto de sentirlos «más coche» cuando se los conduce, sino para avanzar mucho en tecnología. Así lo hemos podido experimentar con el Renault Clio, al que recientemente nos hemos subida ya a unidades de producción, y con los Opel Corsa, éstos sobre una de sus últimas fases como prototipo.
También sus arquitecturas eléctricas y electrónicas permitirán que estos utilitarios dispongan de un arsenal de ayudas a la conducción como exigen los tiempos. Hasta con pasos hacia la conducción autónoma como el Highway & Traffic Jam Companion del Renault —de funcionamiento muy progresivo, por lo demás— y que, presumiblemente, tendrá su equivalente en los modelos de PSA. Así, el Peugeot 208 ya ha anunciado que contará también con un control adaptativo (ACC), con función de parada y arranque automáticos en las detenciones de menor duración a tres segundos, más la posibilidad de regular la distancia con el vehículo precedente, vinculado a un sistema de mantenimiento en el carril.
Opel Corsa, Peugeot 208 y Renault Clio: cuándo se venden
Renault, que es la primera que pondrá a la venta su Clio (ya se podrán hacer sus pedidos este mes, como el Opel Corsa, pero las primeras entregas están previstas para septiembre, mientras que las del Opel no se harán hasta noviembre y el 208 no se espera hasta ya 2020, aunque desde abril se podían reservar sus GT Line), ya nos ha permitido poner a prueba su coche. De ese modo hemos podido tomar contacto con algunos de sus sistemas, como esa evolución del ACC.
En la lista de ayudas a la conducción del Renault Clio, como en la del Peugeot 208, figuran también la que elige entre luces de carretera y cruce con la ayuda de una cámara frontal que también puede leer señales de regulación de velocidad, los sistemas de frenado de emergencia que se activan en caso de riesgo de colisión o atropello, el aviso de vehículos en el ángulo muerto o la alerta de salida del carril. Además, y vinculados a las maniobras de aparcamiento, las cámaras que da una visión del entorno del coche o un sistema que se hace cargo de la dirección durante esos estacionamientos.
Electrificados, gasolina… y diésel
La utilización de esas nuevas plataformas también ha dado como resultado la posibilidad de contar con diferentes sistemas de propulsión ya no exclusivamente basados en motores térmicos. Hace unas semanas ya aportábamos información sobre las versiones eléctricas de los Opel y Peugeot. Corsa-e y e-208 contarán así con un motor eléctrico de 136 CV y, con una batería de 50 kWh, su autonomía homologada estará entre 330 y 340 kilómetros con la norma WLTP.
Renault por su parte, no tendrá versión eléctrica del Clio, flanco cubierto por el Zoe, recientemente puesto al día estéticamente y de estreno también con un motor de 136 CV, batería de 52 kWh y autonomía prevista de 390 km. A la gama del utilitario la electrificación llegará de otro modo, con la versión e-Tech que se pondrá a la venta al inicio del 2020, como los eléctricos de PSA. Este híbrido utilizará un motor 1.6 de gasolina que, combinado con un motor eléctrico de tracción —alimentado por una batería de 1,2 kWh—, alcanzará los 130 CV. El corazón del sistema es una caja de cambios multimodo desarrollada específicamente para esta versión.
Opel Corsa, Peugeot 208 y Renault Clio: sus motores
Sin embargo, hecha la salvedad de estas versiones electrificadas, el grueso de la oferta de unos y otros se basará en motores de gasolina… y diésel. Sí, porque ni en Renault ni en Opel y Peugeot renuncian —a diferencia de otros fabricantes de utilitarios como Nissan, Volkswagen, Audi, Skoda, Toyota, Mazda…— a ofrecer a sus compradores motores de gasóleo. Adaptados a las exigencias de emisiones con filtros de partículas y catalizadores de oxidación, en Renault el caballo de batalla seguirá siendo el 1.5 dCi, del que el Clio contará con versiones de 85 y 115 CV; en tanto que en los Opel y Peugeot su 1.5 ofrecerá una potencia intermedia: 100 CV.
Los motores de esa potencia, 100 CV, se estima que serán los más demandados entre la oferta de gasolina de todos ellos. Los tres utilitarios contarán con ellos desde el primer momento de su comercialización y, en los tres casos, se tratará de motores de tres cilindros e inyección directa sobrealimentados con turbo: un 1.0 para el Clio —del que habrá también versión apta para el GLP—, un 1.2 para los de PSA. Este mismo bloque motor será el que ocupe en los Corsa y 208 el siguiente escalón con su versión de 130 CV.
Para alcanzar esa potencia en Renault acudirán a uno de los más modernos del banco de órganos de la Alianza: el 1.3 TCe, desarrollado junto a Mercedes. Como en su equivalente de PSA, éste sólo se combinará con una caja de cambios automática, si bien frente a la EAT8, una con convertidor de par como nexo con el motor y ocho marchas, en Renault acudirán a la de doble embrague y siete marchas, la EDC7. Está previsto que también la emplee, como alternativa a la caja manual de seis marchas que será estándar en los Diesel de los tres coches, el Blue dCi más potente.
No será el único cambio automático del Renault Clio, a diferencia de lo que sí ocurrirá con los coches de PSA. Si aquí el motor de 100 CV de gasolina utilizará como opción a la manual de seis marchas la EAT8, en Renault será una Xtronic la que se utilice como variante para quienes no elijan la manual de cinco velocidades con el 1.0 TCe. Esta caja de origen Nissan llegaría a finales de año. Utiliza como conexión al motor un convertidor de par aunque, en lugar de engranajes epicicloidales como la de Corsa y 208 para la asignación de marchas, recurre a un variador continuo y, así, múltiples relaciones de cambio.
Como primer escalón de la oferta de motores, todos acudirán a los 75 CV, en el caso de Renault, tras haber desdeñado el de 65 CV para nuestro mercado. Ambos son 1.0 SCe, de inyección multipunto y sin turbo, al igual que el 1.2 que moverá a los básicos del Corsa y 208. Como en el caso del Clio TCe 100, el cambio estándar es un manual de cinco velocidades en todos ellos.
Ni familiar, ni tres puertas: sólo ya cinco
Renault Clio, Opel Corsa y Peugeot 208 se venderán exclusivamente con carrocerías de cinco puertas. El primero, por tanto, pierde con el cambio de generación el formato familiar y los otros dos, los de tres puertas. Con sus nuevos cuerpos, el que más crece de los tres respecto a su predecesor es el 208: la carrocería de esta segunda generación es nueve centímetros más larga que el 208 primigenio de modo que con 4,06 m de largo, como el Opel Corsa y con sólo uno de diferencia del Clio —que, anecdóticamente, reduce su longitud un centímetro—, el Peugeot se sitúa entre los utilitarios más largos del segmento: una posición diametralmente opuesta a la que con anterioridad tenía. Eso ocurre en tanto que en tanto que su anchura apenas se modifica y la altura decrece tres centímetros.
La tendencia a disminuir la altura está presente también en el Corsa y Clio, en el Opel en mayor medida —cuatro centímetros frente a sólo uno—, en tanto que en anchura ocurre justo lo contrario: frente a los siete centímetros que suma el francés, el hispanoalemán sólo añade dos.
En la generación del Peugeot 208 que arrancó su comercialización en 2012, la distancia entre ejes coincide con la del nuevo modelo. Sin embargo, como ya ha quedado dicho, se emplean plataformas diferentes: antes, la PF1; ahora, la CMP que también recibe el Opel, en este caso, en sustitución de la Gamma II del Corsa de quinta generación. Tomando como referencia la PF1, la nueva base de Corsa y 208 es más ligera —30 kilos menos—, tiene mejor aerodinámica, en parte gracias al uso de entradas de aire frontales controladas con motores eléctricos; y resistencia a la rodadura, además de haber mejorado en el confort acústico, térmico y vibraciones.
Todos esos beneficios se producen también en el cambio de plataforma del Renault Clio, donde se estrenan el 85 por ciento de piezas respecto a su predecesora. Renault afirma reducir 50 kilos con esta arquitectura nueva, además de mejorar 20 milésimas el Cx (0,36) con las mejoras aerodinámicas.
Opel Corsa, Peugeot 208 y Renault Clio: mejor conectividad
Estas plataformas dan pie, también, a una mejora en la conectividad que, en el caso del 208 —del Corsa aún no tenemos noticias— gira en torno la compatibilidad con los smartphones y del navegador conectado, según versiones. Para ello Peugeot lo dota de una pantalla táctil central que puede ser de 5, 7 o 10", según el nivel de acabado. Además, el 208 recibe una nueva interpretación del i-Cockpit, con una instrumentación que se ve por encima del volante y en la que la información se proyecta como si de un holograma se tratase.
En el Renault Clio, por su parte, el puesto de conducción se configura integrando en él también otra pantalla táctil que, apaisada y con navegador o no, puede tener 7"; mientras que en el caso de la vertical alcanza 9,3". Renault llama Smart Cockpit a esta distribución de elementos en la que esa pantalla queda ligeramente girada hacia el conductor, el cambio está en una posición elevada y la instrumentación, en algunas versiones, se encomendará a una pantalla TFT de hasta 10", configurable a través del My Sense. Este sistema también permitirá ajustar también la iluminación ambiental, respuesta del motor, dirección, etc a través de la pantalla central, la misma que dará soporte al Easy Connect, el sistema que integra todas las funciones —y son muchas— ligadas a la conectividad en el Clio.
No hemos podido contrastar aún la mejoras de habitabilidad que deben producirse en los dos modelos de PSA, especialmente en el Peugeot 208 en el caso de la espacio longitudinal; en tanto que sí lo hemos hecho ya en el Renault Clio, donde la cota que más beneficiada sale es la cota de altura trasera.