Más ligero, más eficiente, más refinado, más conectado, "más SUV" si me permitís semejante licencia por aquello de la moda, pero tan auténticamente puro todo-terreno como siempre. El Jeep Wrangler es otro de los iconos de la industria del automóvil, como lo es el Porsche 911, el Chevrolet Corvette o el VW Golf, de los que cuando toca profundamente evolucionarlo por las exigencias del paso tiempo, se recurre a la acción de cambiarlo todo para que todo siga igual. Y por supuesto, el nuevo Wrangler es un Wrangler de los de toda la vida.
Fiel a su chasis de largueros y travesaños y a sus ejes rígidos delante y detrás, posiblemente el Jeep Wrangler propone la mejor base para practicar todo-terreno extremo. Ha mejorado sus ángulos de ataque (44 grados), ventral (27,8) y de salida (37 grados); la altura libre también la ha aumentado (27,4 cm) y fija la distancia de profundidad de vadeo en 76,2 cm, valores todos ellos que dejan en evidencia a cualquier otro modelo que técnicamente se pueda considerar todo-terreno. Pero no solo ha mejorado por una cuestión de medidas del nuevo Wrangler. También mecánica y electrónica lo han evolucionado.
El nuevo Jeep Wrangler parte de una transmisión 4x4 conectable manualmente, pero también se ofrece una 4x4 permanente. Según versiones, puede incluir una caja reductora de 2,72:1 y un diferencial trasero con relación 3,45:1. Opcionalmente se ofrece con un diferencial de deslizamiento limitado. En los Wrangler Rubicon la reductora es más corta (4,0:1) y el diferencial trasero fija su relación en 4,1:1. Siempre en función a versiones u opciones, el Wrangler también puede bloquear los diferenciales delanteros y traseros, y además desacoplar la barra estabilizadora delantera. La capacidad de escalada del Wrangler por recorridos de suspensión y tracción (basta con que pise una suela rueda para avanzar), está a un nivel inalcanzable incluso para los más técnicos y avezados SUV del mercado. Las llantas son de 17 pulgadas y los neumáticos tiene características específicas 4x4 off-road. En cualquier caso, Jeep ha mejorado muchos parámetros del bastidor del nuevo Wrangler para adecuar también su utilización sobre asfalto. La nueva dirección es eléctrica y promete un mejor tacto y mejor eficiencia.
El nuevo Jeep Wrangler se ha presentado articulando su gama de motores en dos de gasolina, un 2.0 Turbo de 4 cilindros de 270 CV y un 3.6 V6 de 285 CV. Con las miras en el mercado europeo, el Wrangler ofrecerá un 3.0 V6 Diesel de origen VM de 260 CV. Se puede elegir entre cambio manual de 6 velocidades o automática de 8 por convertidor de par. A su vez, la gama se desdobla en dos carrocerías, de 3 o 5 puertas. El Wrangler "corto" de 4 plazas mide 4,29 metros y 4,85 la versión larga de 5 plazas. El nuevo modelo se mantiene fiel al estilo inequívocamente Wrangler, no solo por su inconfundible imagen, también por detalles como las bisagras de las puertas por fuera de la carrocería, el parabrisas abatible o las puertas desmontables. Por cierto, parabrisas, puertas, capó y estructura de los paragolpes son de aluminio. Los faros rigurosamente circulares que identifican al Wrangler ahí siguen, en los extremos de su también icónica parrilla... y pueden ser de led. Se ofrecerá doble tipo de techo, de lona o rígido, en ambos casos desmontables. Por dentro se mantiene fiel a su robusto estilo, pero se refina y actualiza con equipamiento de nuestros días. El arranque pasa a ser activado por un pulsador convenientemente protegido de la intemperie. y como no puede ser de otra manera, el Wrangler también estrena pantalla en el centro del salpicadero que incorpora un sistema multimedia compatible con Android y Apple.
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