No hay dos sin tres. Tras el Cupra Ateca y el Formentor llegará el Tavascan, un nuevo SUV cien por cien eléctrico que la marca presentará oficialmente en el Salón de Frankfurt y que se pondrá a la venta durante el segundo semestre de 2020. De momento, Cupra no se ha saltado una línea del guion que nos prometió, una sucesión de nuevos coches ya con identidad propia que abanderan tecnología, deportividad y sobre todo, emoción. El Tavascan se convertirá en el buque así en el nuevo buque insignia de la marca, en un deportivo con continente y contenido para competir de tú a tú en el segmento SUV Premium de tamaño grande.
Cupra Tavascan: SUV de lujo con espíritu del E-Racer
Sí, afortunadamente, Cupra va por libre. Tras el Ateca, ya no customiza modelos de Seat, sino que tiene libertad de movimientos como marca independiente dentro del grupo, autonomía total para diseñar creaciones propias con una plantilla específica y cuerpo directivo que no ha parado de crecer. Y lo mejor de todo es que Alejandro Mesonero, director de diseño de Seat, está también detrás de las líneas de Cupra… pero para dar rienda suelta a sus creaciones sin patrón establecido.
Por ello, el Cupra Tavascan no tiene hoy influjo de ningún otro automóvil del mercado aunque sí puedas ver en él una radical evolución del Formentor, coches que, a partir de ahora, eso sí, van a marcar el ADN Cupra para futuras realizaciones. Eso sí, no debemos olvidarnos de que Tavascan es, hoy por hoy, un coche de salón por más que su esqueleto, motores, baterías, etc, todo procedente del banco de órganos de VW, sí esté completamente listo para poner el “pie" en la tierra.
Desarrollado sobre la arquitectura modular MEB, la misma base que el inminente VW ID.3, que el el-Born de Seat, el futuro Q4 e-tron concept y otros tantos nuevos modelos del grupo, el Cupra Tavascan está pues ya concebido como vehículo exclusivamente eléctrico… pero con las especificaciones más atómicas de cuantas admite esta arquitectura. Para Cupra, el Tavascan es, más que un coche, un nuevo demostrador de tecnología dispuesto a reinventar la deportividad y demostrar que el rendimiento –que no potencia y velocidad— y electrificación son posibles y viables en un automóvil de calle. Cupra también ha aprovechado toda su experiencia en el E-Racer, un desarrollo "ad hoc" para competición.
Cupra Tavascan: la reinvención del habitáculo
Cupra no cita proporciones, pero el Tavascan es un automóvil imponente, como lo son sus llantas bicolor de 22 pulgadas y diseño aerodinámico, el logo frontal iluminado y las prominentes entradas de aire delanteras, diseñadas para conducir aire fresco a los motores y baterías con la finalidad de mantener siempre el rendimiento más homogéneo posible. Atrás, un muy trabajado difusor deja claro que la aerodinámica ha sido un componente fundamental a la hora de diseñar el coche, pero en esta zona la marca ha querido hacer especialmente visible su logo: destaca iluminado en la banda de luz que une los dos grupos ópticos traseros, un recurso semejante al utilizado en el Formentor que la marca denomina "coast to coast"—.
En el diseño lateral, por su parte, vemos constantes cambios de forma en sus paneles así como una línea de cintura donde no pasa inadvertido uno de los inconfundibles sellos del diseñador: las agudas líneas de tensión, a la par, también todo un reto industrial por la complejidad de la estampación y elevada precisión que requiere la fabricación de moldes. Vale, es cierto que estamos ante un concept, y aunque ya muy cerca de prototipo, puede que se pierda por el camino algo de su espectacularidad. Junto con las líneas maestras del Formentor, serán los modelos que establezcan el ADN de futuros nuevos modelos de la marca, porque Cupra no ha hecho más que empezar.
El habitáculo enfatiza aún más el concepto de automóvil deportivo que persigue Cupra, combinado tecnología, diseño inspirado en la competición pero a la vez, acabado con materiales nobles, como el cuero y la Alcántara; y también técnicos, como la fibra de carbono, todo ello sobre un nuevo concepto de salpicadero flotante con un diseño de cola de ballena, muy estilizado en la zona inferior, en la prolongación hacia el falso túnel de transmisión.
La pantalla del sistema de información y entretenimiento, de 33 cm de diámetro —13 pulgadas— puede ubicarse en las plazas traseras si se desea. Frente al conductor, un volante de agresivo diseño con mandos de control integrados para los diferentes modos de conducción —donde no faltará un ajuste Cupra para máxima deportividad— y un cuadro virtual de 31,2 cm —12,3 pulgadas con grafías configurables. Todos los asientos son de tipo backet, cuentan con altavoces integrados y tiene conectividad para smarthpone.
Cupra Tavascan: dos motores, 306 CV, 4x4 y 450 km de autonomía
Turno para la parte mecánica. MEB, la arquitectura modular eléctrica del grupo VW, garantiza un amplio catálogo de motores y baterías para configurar diferentes niveles de potencia, pero el Tavascan pretende ser uno de los eléctricos más prestacionales de su categoría, así que sólo se decantará por lo mejor de lo mejor. Aunque esta es una arquitectura que puede emplear sólo un motor —el trasero es el principal en esta plataforma— o dos —otro delantero adicional—, tanto el concept como la futura versión de calle serán siempre "bimotor", con lo cual, la prestación dinámica está garantizada por una eficaz tracción total con reparto variable.
En este caso, sus 306 CV —225 kW— parecen proceder del que, en un futuro, será su hermano de Audi: el Q4 e-tron, empleando por tanto 150 kW en el eje posterior y 75 kW en el delantero. Aquí, las baterías de 77 kWh ubicadas en el piso, entre las ruedas, y por tanto, en la posición más favorable para optimizar el centro de gravedad, prometen una autonomía en ciclo WLTP de hasta 450 km. Su aceleración es de 6,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h. Lo dicho, un deportivo en estado puro.